Tal y como ha confesado Mario Vargas Llosa en alguna que otra ocasión: «Barcelona fue la ciudad que me hizo escritor«.
“Una fuerza más grande que la que el vino y la música habían puesto en mí, me vino al mirar el gran corro de sombras de piedra fervorosa. La Catedral se levantaba en una armonía severa, estilizada en formas casi vegetales, hasta la altura del limpio cielo mediterráneo. Una paz, una imponente claridad se derramaba de la arquitectura maravillosa. En derredor de sus trazos oscuros resaltaba la noche brillante, rondando lentamente al compás de las horas. Dejé que aquel profunda hechizo de las formas me penetrara durante unos minutos. Luego di la vuelta para marcharme… Al hacerlo me di cuenta de que no estaba sola en la plaza…”
Desde que empecé a escribir en Barcelona en horas de oficina y a relatar mis paseos por Barcelona, toda la información que ha ido llegando a mis manos sobre publicaciones literarias que hablasen de esta ciudad, las he ido catalogando a modo tesoro. Tanto las que hablan de la ciudad en sí, como aquellas cuyos autores se han inspirado en ella para escribir sus novelas (a excepción de alguna que otra bazofia, que también la hay). Mencionaré solo algunas, como por ejemplo Donde la ciudad cambia de nombre de Paco Candel, l’Estiu de les joguines mortes de Toni Hill, la Ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza, la Plaça del Diamant de Mercè Rodoreda, la Sombra del viento o Marina de Carlos Ruiz Zafón, Te daré la Tierra y Mar de fuego de Chufo Llorens, No te laves las manos, Flánagan de A. Martin y J. Ribera o Ultimas tardes con Teresa de Juan Marsé, que además ha dado pie a la producción de un interesante documental de Cultibar, Últimos bares con Teresa, sobre cuatro bares de Barcelona que aparecen en la novela. Por supuesto, no olvido incluir Nada de Carmen Laforet, a la que me he tomado la libertad de robarle un párrafo, para incluir como introducción. Dicho listado me ha servido en más de una ocasión para ir a barcelonear y descubrir algún que otro lugar novelístico, como los que visité en Sarrià acompañada de Marina, o en el Guinardó de la mano de la obra de Juan Marsé.
Ahora el periodista Raúl Montilla ha hecho una selección de algunas de esas novelas para invitarnos a usarlas de punto de partida para ir de ruta por Barcelona.
El resultado es Barcelona de novela, un libro-guía, publicado en catalán y castellano, que te invita a visitar la ciudad a través de doce rutas temáticas por diferentes puntos de Barcelona, que une lugares, novelas y autores. Una temática que hay que reconocer que no deja de ser atrayente.
El pasado mes de diciembre Barcelona recibía el título de Ciudad de la Literatura dentro de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco, y no es para menos. Desde que parece ser que el mismo Miguel de Cervantes vivió junto a la playa de la Barceloneta, un importante número de escritores de aquí y de allá han pasado por la ciudad, gracias especialmente al excelente trabajo de una catalana universal, como fue Carme Balcells. La agente literaria nos dejó el pasado año, pero el potencial literario de la ciudad sigue adelante. Barcelona de novela ha sido el primer libro editado desde la concesión del título Unesco, por lo que tiene una relevancia especial.
Para mí siempre ha sido todo un incentivo visitar la ciudad buscando localizaciones literarias, y es evidente que gracias a este nuevo libro-guía ahora tendremos una buena base para seguir callejeando. Con la ventaja añadida de que cada ruta incluye una selección de librerías y restaurantes situados a lo largo de las mismas, lo que todavía las puede hacer mucho más interesantes de recorrer.
Por cierto, a vueltas con el tema literario, este pasado verano tuve la alegría de descubrir una obra de la que hasta ese momento no había oído hablar. Se trata de Barcelona de Robert Hughes, y que los críticos describen como “a modern homage to a proud, cosmopolitan city where Gaudí, Picasso and Miró learned how to break all the rules”.
Siempre que viajo al extranjero tengo la manía de intentar encontrar algún que otro nexo de unión del lugar que visito con Barcelona. Las últimas vacaciones las pasé recorriendo los Países Bajos, y durante una buena parte del viaje el único punto de referencia que encontré fue oír hablar del dutch style del FC Barcelona o visitar el Hemp Museum de Ámsterdam, hermano mayor del que tenemos en Barcelona. No obstante, a punto de finalizar el viaje, cuál fue mi sorpresa cuando curioseando por las estanterías de la Boekhandel Dominicanen de Maastrich (librería curiosa y muy recomendable), me topé con el libro que os he mencionado. Evidentemente que no me pude estar de comprarlo, y no puedo por más que incluirlo en este post literario barcelonés.
Su autor es Robert Hughes, un escritor y crítico de arte nacido en Sidney, que en 1970 se instaló en Nueva York donde trabajaba como crítico de arte en la revista Time. Llama la atención que un australiano, asentado en Estados Unidos, escribiese un libro para hablar de Barcelona, pero la cuestión es que ahí está. En reconocimiento a su deferencia, durante la Olimpiada Cultural de Barcelona 92 se le concedió el Premio Internacional de Literatura y Comunicación «Brusi», y en 2006 fue galardonado con la Creu de Sant Jordi por la Generalitat de Catalunya.
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