Pueblos del Montgrí | Desde que llegó a nuestras manos el folleto de rutas en coche que propone Costa Brava Pirineus (un conjunto de rutas para ir recorriendo de manera reposada el Baix Empordà menos conocido), esta primavera lo hemos ido usando de hoja de ruta para organizar algunas excursiones de media jornada, durante nuestras habituales escapadas de fin de semana a la zona.
El resultado ha sido de lo más positivo, ya que nos ha permitido descubrir rincones y pueblecitos del Baix Empordà que no acostumbran a salir en las guías turísticas habituales. Algunos de los cuales ya tenemos en nuestra agenda de futuras escapadas, para repetir. Encantadores pueblecitos que conservan la huella patrimonial de antiguos castillos y fortalezas medievales, cuando la zona fue un lugar de relevante importancia estratégica.
Hoy os invitamos a que nos acompañéis a la primera de la lista: la ruta por el Montgrí. Que, aunque marca como punto de partida l’Estartit, por nuestra ubicación habitual, lo cambiamos por Pals Platja.
Torroella de Montgrí
En Torroella de Montgrí nos recomiendan hacer la primera parada. Y, aunque es nuestra población de referencia a donde solemos ir a comprar, tomar un aperitivo o un café, hacemos caso a la guía y aparcamos junto al Auditori Espai Teatre Ter, en el aparcamiento público gratuito que os recomendamos usar, y en el que siempre encontraréis un espacio libre (si es que no hay algún evento especial en la población).
¿Qué no te puedes perder en Torroella de Montgrí? En primer lugar, dar un paseo por el núcleo antiguo. En segundo, subir hasta el castillo situado en la cima del macizo del Montgrí. Aunque el tiempo necesario para llegar a la cima, disfrutar de las panorámicas sobre les Medes y la vuelta os requerirá dedicarle un tiempo en exclusiva, de ahí que hacer esa excursión puede ser una buena razón para regresar allí de nuevo.
La plaça de la Vila, una encantadora plaza porticada de forma irregular pero perfectamente proporcionada, es uno de los imperdibles del paseo. De hecho es el lugar en donde te recomiendan inicies el recorrido.
Desde allí podrás recorrer los ejes principales del núcleo antiguo, que siguen el mismo trazado urbano del siglo XIII, así como acercarte hasta l’església de Sant Genís, una de esas iglesias de l’Empordà que tiene aspecto y dimensiones de «gran catedral». De hecho, su impresionante aspecto lo puede explicar que fue palacio real, en donde residieron monarcas como Jaume I el Conqueridor o Joan I el Caçador.
Durante el paseo por la parte antigua, te irás cruzando con diferentes restos de muralla y torres de época medieval, que todavía se conservan.
Una de las curiosidades de Torroella de Montgrí es el antiguo lavadero público, perfectamente conservado. Construido en 1929, durante cuarenta años fue lugar de reunión de los «montgrins/montgrines», ya que ir a lavar la ropa era toda una actividad social.
Finalizado el paseo, partimos dirección a Figueras hacia Bellcaire d’Empordà. Por el camino, y según indica nuestra guía, pasamos por Ullà, aunque por falta de tiempo dejamos la visita para más adelante.
Bellcaire d’Empordà | Sobrestany
Tras escasos diez minutos de viaje llegamos a Bitinga/Bedenga, nombre original de Bellcaire d’Empordà, que en época medieval evolucionó hacia Bellcayre y Bellicadro. Y que finalmente se fijó en el que hoy en día conocemos, aunque pronunciado como “Bilcaire”, tal como nos dicen que hacen sus vecinos.
Como muchos pueblecitos del Baix Empordà, Bellcaire también está situado sobre una pequeña colina. Y también está «coronado» por los restos del antiguo castillo medieval (por cierto, muy bien conservado), que fue propiedad y residencia de los comtes d’Empúries.
Evidentemente, te recomendamos aparcar el coche antes de acceder al pueblo (en el aparcamiento público que encontrarás en la entrada), y acércate a recorrerlo a pie (como se debe hace en cualquiera de los pueblos que vamos a visitar por la zona).
Aparte del castillo, otro lugar interesante del lugar es la pequeña iglesia románica de Sant Joan de Bedenga, que dicen que está considerada como una de las joyas de la arquitectura religiosa del Baix Empordà. Las constantes transformaciones arquitectónicas que ha experimentado desde el origen de su construcción, y la huella que han dejado en su estructura, son un libro abierto para identificar la evolución de los estilos arquitectónicos de cada época.
Su origen se establece en el siglo VI dC en época visigótica, cuando se construyó un edificio de sencilla planta rectangular. Sus consecutivas ampliaciones han quedado perfectamente marcadas en su estructura, evolución que podrás ver con detalle en el cartel informativo que hay justo al lado.
Sobrestany
Aunque no forme parte de la ruta, junto a la iglesia de Sant Joan encontraremos un panel informativo que nos habla de Sobrestany. Por lo que decidimos acercarnos hacia allí.
Sobrestany es una pedanía de Torroella de Montgrí, pero que por proximidad geográfica está más identificada con Bellcaire d’Empordà. El nombre de Sobrestany [sobre = encima, estany = laguna; «encima de la laguna»], como no podría ser de otro modo, se refiere a que está situado cerca del antiguo estanque de Bellcaire. Una laguna que se desecó para convertirla en tierras de cultivo.
Se da por hecho que la idea de conseguir nuevas tierras de cultivo y pastoreo en la zona fue razón suficiente para el aumento de la población. Por lo que, tanto el origen como la historia de Sobrestany está directamente relacionado con la agricultura y el pastoreo.
Aunque no hay demasiados lugares que podamos recomendar visitar, sí que no podemos dejar de mencionar la Torre Ferrana. Una masía fortificada -actualmente casa de colonias-, de época moderna, cuyo aspecto de fortificación (torre de defensa de planta cuadrada) tiene que ver con la protección frente a las incursiones de piratas en las costas catalanas, especialmente importantes durante el siglo XVI.
Tras finalizar el recorrido por Sobrestany, y una vez en nuestro coche, deshacemos camino y nos dirigimos hacia Albons, nuestro próximo destino de la ruta por el Montgrí.
Albons
Estacionado el coche junto al Centro Social, empezamos a caminar en sentido ascendente por las calles que nos llevan hacia el núcleo principal, situado junto a la iglesia de Sant Cugat, que dado nuestro habitual lugar de residencia -Sant Cugat del Vallès- nos despierta especial curiosidad. Como nos hemos ido encontrando hasta ahora, también Albons es un pueblo situado en lo alto de una pequeña colina.
Aunque nuestro objetivo principal era recorrer los restos medievales y visitar l’església de Sant Cugat, al llegar a la plaza principal, una de las vecinas que nos da la bienvenida nos recomienda que no dejemos pasar la oportunidad de visitar la exposición que hay en la Sala d’Art Pujolboira. Por lo que dejamos de lado nuestro paseo, y entramos en la mencionada sala, donde descubrimos la figura y la obra de Ramon Pujolboira que, como nosotras, nació en Barcelona y se enamoró perdidamente de l’Empordà.
Tras regresar a la plaça del Poble, ya sin demasiado tiempo antes de proseguir nuestra ruta en coche por el Montgrí, no dejamos pasar la oportunidad de entrar a visitar la iglesia. Una de las primeras impresiones es que poco queda de su estilo románico original, pero nos atrapa su aspecto acogedor. Y donde podemos ver el «Sant Sopar» que Pujolboira pintó en la parte interior del ábside.
Anexa a la fachada de la iglesia están los restos del antiguo castillo. Un edificio que, debido a las diferentes modificaciones, parece más una casa fortificada que un castillo, y que actualmente se ha reconvertido en edificio de viviendas.
En resumen, nuestra visita a Albons nos ha sorprendido gratamente, ya que el cambio de programa nos ha descubierto diferentes e interesantes lugares fuera de programa, como por ejemplo aprender que el Baró de Maldà (nuestro Baró de Maldà) también tenía el título de Senyor d’Albons. Algo que hemos descubierto a través de las investigaciones posteriores a la visita, dada la mención que se le hace en la placa que encontramos en la fachada del castillo, y que despertó nuestra curiosidad.
Regresamos hacia el Centro Social, subimos al coche, y ponemos rumbo hacia Tor y la Tallada d’Empordà, a través de la C-31, cuyo acceso está a las afueras del pueblo.
Tor | La Tallada d’Empordà
Tor y la Tallada d’Empordà, municipio al que pertenece Tor, están separados por un kilómetro de distancia, y ambos lugares destacan por los restos que se conservan de sus antiguas torres y murallas medievales. Es decir, seguimos nuestra ruta viajando por la historia medieval del Baix Empordà.
Tor
Dentro del pequeño núcleo de Tor, la iglesia de Sant Climent es la obra patrimonial más destacada. Una iglesia románica de pequeñas dimensiones, pero que nos llama poderosamente la atención por la vista exterior de su ábside semicircular, construido directamente sobre la roca, lo que le otorga una imagen todavía más imponente.
Y aunque en esta ocasión no lo incluimos en nuestro paseo, nos recomiendan que cuando regresemos de nuevo, no dejemos de hacer una excursión hasta el Puig Segalar, desde donde se puede disfrutar de unas magníficas panorámicas de todo l’Empordà.
La Tallada d’Empordà
Tras Tor, conducimos hacia la Tallada d’Empordà, donde estacionamos el vehículo, y empezamos la visita a este interesante pueblo que, como hemos dicho, es cabeza de municipio.
A diferencia de Tor, en la Tallada d’Empordà sí que podemos realizar un extenso paseo por el núcleo antiguo, donde sí que se conservan bastantes restos de su patrimonio medieval. Especialmente destacable la gran torre que se levanta junto al ábside de la iglesia románica de Santa Maria.
Según podemos ir leyendo en los carteles informativos que vamos encontrando en nuestro recorrido, hay evidencias documentales de la existencia del recinto amurallado de la Tallada d’Empordà desde el siglo XI. Se conserva gran parte del trazado que rodeaba al castillo, así como cinco torres de las mínimo siete que se cree tenía. De las que hay tanto de planta circular, como rectangular.
Leemos que, como si de un castillo de las películas se tratase, la zona amurallada de la Tallada tenía un puente de acceso sobre un foso de 2 metros de profundidad y 3 de anchura. En la actualidad, para nuestra desilusión, solo se conserva el arco del puente y el muro que lo sellaba. Por lo que tenemos que aparcar la idea de gritar desde el puente un «¡Ha del castillo»!
Entre otras curiosidades, también nos hablan del descubrimiento de 19 silos (a modo de graneros), algunos de ellos anteriores a la propia construcción del castillo. No obstante, a pesar del interés histórico y patrimonial de ello, la fragilidad del terreno obligó a tener que cubrir el yacimiento, una vez documentado. En su lugar se colocaron unos círculos metálicos sobre el pavimento para marcar su ubicación exacta.
Y tras finalizar la visita que realmente nos ha encantado, ponemos rumbo hacia Garrigoles, dejando atrás la población de Verges, que ya habíamos visitado de manera exclusiva y pormenorizada en una ocasión anterior, y que ya incluimos en nuestro post: «Cuando el Baix Empordà entra en tu vida para quedarse«.
Por la carretera GI-634, pasando por Verges, nos dirigimos dirección a Jafre. Un par de kilómetros mas allá encontramos una indicación hacia la derecha, donde giramos y ponemos rumbo a Garrigoles, la próxima parada recomendada por la guía que estamos siguiendo.
Garrigoles
La verdad es que Garrigoles nos sorprende por sus pequeñas dimensiones. De hecho, es un pequeño grupo de casas construidas alrededor de la iglesia parroquial de Sant Sadurní, por lo que hay poco que visitar. Además, nos encontramos con una fiesta privada en una de las casas, en la que los invitados casi han «invadido» todo el pueblo.
Pero como de una excursión siempre nacen otras nuevas, en esta ocasión descubrimos un mapa de la zona en la que marcan cuatro itinerarios para recorrer la zona a pie, con salida desde Garrigoles. De nuevo nos invitan a no dejar pasar la experiencia de acercarnos hacia el Puig Segalar y a la Illa de Canet.
También se nos despierta la curiosidad investigadora al leer que l’església de Sant Sadurní tiene que ver con los caballeros de la Orden del Santo Sepulcro, quienes establecieron allí una comunidad en el siglo XII. Algo que ya nos ha hecho que nos pongamos deberes para investigar más sobre ese tema, y aumentar nuestro interés por las órdenes de caballería en la Edad Media.
A punto de finalizar el recorrido por Garrigoles, empieza a anochecer y a llover ligeramente. Ponemos rumbo a Vilopriu, nuestra última visita de hoy.
Vilopriu
A través de la GIV-6311, a 4,1 km de distancia y 6 minutos de coche llegamos a Vilopriu.
[Nota: Por la carretera hemos pasado por Les Olives, núcleo agregado a Garrigoles, pero cuya visita hemos querido aparcar por la lluvia. Dejamos en la agenda de visitas conocer la iglesia de Sant Vicenç y acercarnos hacia Can Ros de les Olives, una casa pairal del siglo XVIII que hay en la población.]Quizás porque ya ha anocheciendo, o porque el núcleo de Vilopriu está dividido en dos zonas, la cuestión es que iniciamos un primer recorrido por un conjunto de casas sin interés alguno y de nueva construcción, hasta que nos damos cuenta que estamos fuera del núcleo antiguo, por lo que cambiamos inmediatamente el sentido de nuestro paseo, y nos acercamos hacia el entorno de la iglesia parroquial y el antiguo castillo-palacio.
Una de las principales curiosidades de Vilopriu es que es un municipio del Baix Empordà que limita tanto con el Gironès como con l’Alt Empordà. Conocido por diferentes nombres a través de la historia (Villa Elpirici, Villaprivo, Villa Ulprici…), queda constancia de la antigüedad de su existencia.
El recorrido por el núcleo medieval te lleva de nuevo a viajar en el tiempo, tal y como nos ha ido ocurriendo en gran parte de la ruta que hemos estado haciendo por el Montgrí. Algo habitual en la mayoría de pueblecitos de la zona. Aunque en Vilopriu hay algo especial… quizás sean las escaleras que te permiten el acceso a la misma zona amurallada.
Entre los imperdibles del lugar está la iglesia parroquial de Sant Pere, que se encuentra junto al castillo y la muralla, conjunto de tres construcciones que constituyen la imagen más característica del núcleo de Vilopriu. Su imagen de postal.
De regreso a Pals Platja
Tras tomar las últimas fotografías con las vistas panorámicas de una espectacular puesta de sol desde la muralla de Vilopriu, y ya con el cielo oscurecido, damos con finalizada nuestra ruta en coche por los pueblos del Montgrí, y regresamos hacia Pals Platja por la carretera, a través de Jafe, Verges, Ultramort, Parlava, Serra d’aro… Nuestro camino habitual.
La verdad es que nos llevamos una libreta lleva de deberes y visitas pendientes… Pero eso tiene fácil solución: ¡regresaremos pronto!
Aquí os dejamos el enlace al folleto de las diferentes rutas en el que hemos inspirado el recorrido de hoy:
Para consultar más información turística de la zona:
Costa Brava i Pirineu de Girona
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