REBECCA | «Last night I dreamt I went to Manderley again… I came upon it suddenly; the approach masked by the unnatural growth of a vast shrub that spread in all directions… There was Manderley, our Manderley, secretive and silent as it had always been, the gray stone shining in the moonlight of my dream, the mullioned windows reflecting the green lawns and terrace. Time could not wreck the perfect symmetry of those walls, nor the site itself, a jewel in the hollow of a hand»…
De esta manera es como comienza la novela de la escritora británica, Daphne du Maurier, Rebecca… Una novela que he leído infinidad de veces, cuya primera versión cinematográfica también suelo visionar de tanto en tanto. Una película que dirigió Alfred Hitchcock en 1939 y que, a pesar del paso de los años y los otras dos versiones que la han seguido (1997 y 2020), es la única que consigue mantener ese hilo angustiante, a la vez que fascinante, a lo largo de toda la trama.
Y hablar de Rebecca nos lleva, inevitablemente, a pensar en Joan Fontaine, la actriz protagonista de la versión del 39. Una Joan Fontaine que, tras su fallecimiento en 2013, volvió a abrir portadas con el titular “Rebecca ha muerto”… El nombre de pila femenino que dio título a la que fue la película más emblemática en la carrera de la actriz y que la lanzó a la fama, pero que, curiosamente, nada tiene que ver con su personaje. Ella nunca fue Rebecca.
Datos bibliográficos
Joan de Beauvoir de Havilland fue una actriz de origen británico, nacionalizada estadounidense desde 1943. Nació en Tokio en 1917, hija de Walter Augustus de Havilland, que ejercía de abogado y de profesor en la Universidad Imperial de Tokio y de Lilian Augusta Rosé, una actriz principiante que adoptaría el nombre de Lillian Fontaine.
Su única hermana, quince meses mayor, es la también actriz Olivia de Havilland, con la que nunca mantuvo buenas relaciones, y por vía paterna fue familiar del ingeniero aeronáutico, Sir Geoffrey de Havilland, diseñador del avión De Havilland Mosquito.
Tras el divorcio de sus padres, marchó a vivir a los EEUU, concretamente a Saratoga en California, donde se iniciaría en el mundo de la interpretación. A causa de que su hermana mayor optó por usar su verdadero nombre en su carrera al estrellado, Joan tuvo que buscar uno ficticio, y tras elegir primero el de Joan Burfield, lo acabó cambiando por el de Joan Fontaine, apellido del segundo marido de su madre.
La Joan Fontaine actriz de cine
Joan debutó en el cine en 1935, con un pequeño papel en la película “No more ladies”, aunque la fama mundial no le llegaría hasta 1940 cuando la eligieron para interpretar a la “heroína sin nombre” y segunda esposa del aristócrata británico Maximilian de Winter en la película Rebecca.
Debido a que este papel le llegaría a dar tanta fama que, como hemos comentado, ha hecho que los medios de comunicación y el público en general la recuerden con ese nombre. Parece ser, que como la protagonista de la obra no tenía nombre de pila, cuando se preparó el guión se contempló la posibilidad de llamarla Daphne, en honor de la escritora, pero como finalmente no hubo quórum, se descartó y se optó por continuar manteniendo la incógnita, lo que dio pie a que acabase siendo identificada con el nombre del papel que no interpretó.
También se explica que Joan Fontaine tenía un nivel de inteligencia de 160 y que, además de actriz, fue piloto de avionetas y una gran chef de cocina. Consiguió ganar un Oscar con la película Suspicion, y formó parte del Hollywood dorado, interpretando papeles de mujer tímida, reservada y dulce. Su estrella está en el 1645 de Vine Street, en el Paseo de la Fama, desde el 8 de febrero de 1960.
Y como parte del contenido principal de este blog gira alrededor de los viajes y el protocolo, vamos a por una ración completa, a propósito de Rebecca.
Manderley
En primer lugar os propongo ir a conocer Manderley. Sí, la casa en donde vivía Rebecca, una impresionante mansión en el interior de una finca junto al mar.
Para ello hay que acercarse hasta el condado de Cornualles, situado en el extremo sudoeste de Inglaterra. Concretamente a la parroquia de Tywardreath, en la península de Gribben, al oeste de Fowey. Allí está la casa y el entorno en donde Du Maurier se inspiró para situar la trama.
Menabilly
Se trata de Menabilly, nombre que en córnico significa «piedra de potros» (Men Ebeli), una finca de grandes dimensiones, con una casa señorial que ha pertenecido a una familia noble originaria de la zona desde el siglo XVI hasta la actualidad. La mansión es de estilo georgiano y, según parece, se construyó en el mismo lugar en donde hubo una casa anterior de estilo isabelino.
Debido a que no dispongo de una buena imagen del lugar, os enlazo con la que hay publicada en Wikipedia, para que busquéis los puntos comunes con la masión que aparece en la película.
Como explican en el artículo de Vanity Fair, «La romántica historia de Menabilly, la casa que inspiró Manderley en ‘Rebeca’ de Daphne du Maurier», fue la propia Daphne du Maurier quien descubrió la casa mientras daba un paseo por los alrededores. Y fue tan positivo su influjo en la escritora, que acabó convenciendo a los propietarios para que se la alquilasen con la finalidad de instalarse a vivir en ella.
Milton Hall
Y si Menabilly inspiró los exteriores de la trama, el modelo para el diseño de las dependencias interiores de la mansión los tenemos que buscar en el condado de Cambridgeshire, al este de Inglaterra, en donde está Milton Hall. Otra gran mansión, considerada la casa privada más grande de la zona, y concretamente ubicada en la localidad de Peterborough.
Según explican, en 1917, durante la Primera Guerra Mundial, Daphne du Maurier la visitó junto a su familia en diferentes ocasiones. La amplitud de sus interiores y su encanto quedaron tan grabados en el recuerdo de la futura escritora, que no dudó en incluirlos en la descripción de los detalles de la residencia de Rebecca.
Etiqueta y buenas maneras
Y siguiendo con el menú propuesto, vamos con un análisis de la etiqueta y el protocolo que se observan en muchas de las escenas de la película, que os enlazo a continuación por si queréis ir comprobándolo mientras la veis de nuevo.
Normas sociales de la alta sociedad inglesa
Uno de los elementos más significativos es cómo las estrictas normas sociales de la aristocracia y de la alta sociedad inglesa de mediados del siglo XX quedan perfectamente plasmadas en la película. Unas normas a las que la protagonista (una tímida señorita de compañía de clase media) tiene que enfrentarse, sin tener apenas conocimientos previos sobre ceremonial y etiqueta.
La primera parte de la película refleja, de manera magistral, el glamur y el lujo de los grandes hoteles de la Costa Azul francesa.
Otro punto interesante es el momento de la llegada de los protagonistas a la mansión familiar en la campiña inglesa. Unas escenas en donde se muestra cómo era la organización de los miembros del servicio de las grandes mansiones de las familias nobles, donde la tradición es de obligado cumplimiento.
La protocolaria recepción de los señores por parte de los miembros del servicio, la supervisión de la agenda del día por parte de la señora de la casa junto al ama de llaves, las funciones específicas de cada uno de los miembros del servicio, el uso de las estancias de la casa dependiendo de la hora del día, y la obligatoriedad de cambiar el atuendo de día por uno formal para la cena, donde los caballeros visten black tie y las damas vestido largo.
En resumen, un excelente ejemplo de cómo la alta sociedad llevaban a la práctica las exigentes normas del «saber estar» en la primera mitad del siglo XX. ¿Te habías fijado?
La rebeca como prendra de vestir
Para finalizar, entre las curiosidades que se derivaron del estreno de esta película (que por cierto fue la primera que rodó Alfred Hitchcock en Estados Unidos), hay que recordar que el nombre de Rebecca acabó identificándose con el tipo de chaqueta de punto que lucía Joan Fontaine en diferentes ocasiones. Un detalle que dió pie a que la Real Academia Española incorporase el término a su diccionario, con la siguiente definición:
Rebeca: (Del n. p. Rebeca, título de un filme de A. Hitchcock, basado en una novela de D. du Maurier, cuya actriz principal usaba prendas de este tipo).
1. f. Chaqueta femenina de punto, sin cuello, abrochada por delante, y cuyo primer botón está, por lo general, a la altura de la garganta.
¿Alguna vez te lo habían contado?
Nota: Artículo revisado y actualizado. Publicado inicialmente el 17 de diciembre de 2013.
Para saber más:
La nobleza inglesa
Una taza de té en la campiña inglesa
Monográfico sobre Rebeca (Rebecca, 1940), de Alfred Hitchcock