A diferencia de lo que ocurre en la cultura mediterránea, en la que la celebración de la Semana Santa (sinónimo de luto y lágrimas) es la festividad más destacada del inicio de la primavera, en los países del norte de Europa y en EEUU la celebración predominante en esa época del año es la Pascua, con todas sus tradiciones.
Dos de los elementos más significativos que suelen representar la Pascua son los huevos y los conejos, relacionados ambos con la fertilidad y la vida que comporta la llegada del equinoccio de primavera. Mientras que el huevo representa la fertilidad y la vida, el conejo encarna la capacidad de reproducción y la alegría de vivir.
El origen del concepto
Tal y como suele ser habitual, el origen de las tradiciones de la Pascua se pierde en el tiempo, ya que nos tenemos que remontar a ancestrales épocas paganas para ubicarlas. Mientras que si queremos situarlas en el espacio, tenemos que viajar hacia Alemania y rebuscar en su mitología.
El término alemán para denominar la Pascua es Ostern, que se asemeja al Easter que utilizan los anglosajones. Ambos provienen del nombre de la diosa pagana Eostre, divinidad germánica de la primavera, protectora de la fertilidad y de la nueva vida, que se solía representar junto a una liebre o a un conejo. De ahí que, pasados los años, se acabasen atribuyendo las cualidades de la diosa a los propios conejos, especialmente en la zona de Sajonia (Alemania).
La tradición de los conejos y los huevos de Pascua
Según explican, el físico y botánico alemán, Georg Franck von Franckenau, fue quien recogió esa tradición en su publicación «De ovis paschalibus», allá por el siglo XVII.
De hecho, y como suele ocurrir, con la llegada del Cristianismo muchas tradiciones paganas fueron reinterpretadas y adaptadas a la nueva religión. De ahí que la virtud reproductiva de los conejos se identificase como la nueva fertilidad que nos trae la primavera, y que los huevos, símbolo de la nueva vida, se identificasen con Cristo y se pintasen de color rojo para recordar la sangre de su muerte.
La cuestión es que huevos y conejos acabaron convirtiéndose en un símbolo de la Pascua que no solo se transformaron en un elemento decorativo, sino que a partir del siglo XIX se convirtieron en una delicia gastronómica de la Pascua, al comenzar a fabricarse con chocolate y azúcar.
Decoración temática en Käthe Wohlfahrt
Y como ocurre en la Navidad, cada vez es más habitual que en la Pascua también se decore la casa con motivos típicos del momento, no solamente en la gastronomía como solía hacerse hasta el momento con huevos y conejos de chocolate, además de nuestras tradicionales monas.
Uno de los lugares donde podemos descubrir elementos decorativos propios de la Pascua de primera calidad en Barcelona es la empresa de decoración navideña Käthe Wohlfahrt.
En su tienda de la calle dels Banys Nous podemos encontrar gran variedad de detalles decorativos de lo más exclusivo, como huevos de Pascua en todos los colores y diseños, fabricados con huevos de gallina naturales de diferentes tamaños y pintados a mano en Austria, donde no faltan dibujos de gansos, conejos y prados verdes, al más puro estilo de los Alpes Bávaros.Así como diferentes pirámides de madera de Erzgebirge, típicas de la Navidad, pero con una decoración propia de la Pascua, así como conejitos hechos de paja y materiales naturales, que no pueden faltar en una decoración temática.
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Todo sobre la tienda de la Navidad en Barcelona Käthe Wohlfarht
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