Nota: Artículo revisado y actualizado | Este artículo fue publicado por primera vez el 8 de marzo de 2016 en Gabinete de Protocolo.
A punto de celebrarse una nueva edición de entrega de los Óscars (tal y como se conoce popularmente esta ceremonia), hoy os invito a sumergirnos y analizar algunos detalles de la fiesta más emblemática del cine mundial.
Conocida oficialmente como ceremonia de los Premios de la Academia (Academy Award), es la ceremonia de premiación más antigua de este ámbito, que se sitúa por delante de los premios Tony (teatro, 1947), premios Emmy (televisión, 1949) y los premios Grammy (música, 1959).
Un poco de historia hollywoodense
La primera ceremonia se celebró el 16 de mayo de 1929 en el Hotel Hollywood Roosevelt de los Ángeles y se entregaron quince estatuillas, cuyos ganadores ya se habían anunciado con tres meses de anterioridad. A diferencia de los multitudinarios actos que se celebran hoy en día, el acto consistió en un almuerzo privado al que asistieron unas 270 personas.
A partir de la siguiente edición, en 1930, se optó por comunicar los nombres de los premiados mediante una nota de prensa embargada que no se podía hacer pública hasta las 11 de la noche, durante la celebración de la ceremonia. Debido a que en 1940 Los Ángeles Times rompió el compromiso, adelantándose al resto de medios, a partir de 1941 se optó por introducir los sobres sellados que aún se usan hoy en día, y que se abren dentro de la propia ceremonia.
El evento, que a pesar del paso de los años sigue suscitando un espectacular interés mediático, ha ido acumulando una larga lista de anécdotas que incrementa edición tras edición, y que hemos recogido en este post que hoy les dedicamos.
La estatuilla más famosa
El boceto inicial se dibujó en papel en 1928 bajo la supervisión de Cedric Gibbons, director de arte de la Metro-Goldwyn-Mayer. Tomando como modelo al actor y director mexicano Emilio “el indio” Fernández –a propuesta de la actriz Dolores del Río– el escultor George Stanley realizó un molde en arcilla y Sachin Smith creó la estatuilla definitiva usando estaño y cobre bañado en oro.
El diseño representa a una persona desnuda que sostiene una espada con las manos y que apoya sobre un disco –parecido a un rollo de película- con cinco circunferencias en la superficie, que representan las cinco profesiones originales del mundo del cine: los actores, los directores, los guionistas, los productores y los técnicos. Cada estatuilla es única y está numerada, por lo que se consideran una serie limitada.
A lo largo de la historia de los Óscars, el diseño de la estatuilla solo se ha modificado en dos ocasiones. En 1938, cuando se le concedió al ventrílocuo Edgar Bergen por el muñeco Charlie McCarthy, y se fabricó una estatuilla de madera y con la boca articulada. Y en 1939, cuando se le concedió el premio a Walt Disney, por Blancanieves y los siete enanitos, y la estatuilla original se acompañó de otras siete de menor tamaño en referencia a la película.
Respecto al origen de su nombre y a las tres teorías que lo sostienen, nos quedamos con la de la secretaría Margaret Herrick que cuando vio el premio por primera vez comentó que le recordaba a su “tío Oscar”, lo que dio lugar a que Sidney Skolsky, famoso columnista de chismorreos de Hollywood, declarase en uno de sus artículos que: «los empleados han nombrado afectuosamente su famosa estatuilla como Óscar».
La alfombra roja
El simbolismo que engloba el uso de una alfombra roja representa honor y respecto y, además, el color púrpura está estrechamente ligado a la realeza y a las altas jerarquías eclesiásticas. En la actualidad cualquier evento de cierto nivel la utiliza como un elemento material irrenunciable, que ha dado lugar a que el momento en que los invitados la pisan se convierta en el momento más mediático del evento.
Un sinónimo de glamur, que ayuda a resaltar la importancia tanto del acto como de los asistentes.
Aunque según la bibliografía la primera mención a su uso se sitúa en el siglo V aC, parece ser que institucionalmente y como elemento de honor se usó por primera vez en 1821, en una plantación de Georgetown, para recibir al presidente de los Estados Unidos, James Monroe, durante una visita oficial.
Ya como toque de sofisticación y exclusividad, se explica que en 1902 la compañía ferroviaria 20th Century Limited –una de las mejores y más exclusivas del mundo- colocó una alfombra roja desde los andenes hasta el vestíbulo en la Grand Central Terminal de Nueva York para recibir a los viajeros que descendían de sus trenes.
En el mundo del espectáculo, la primera alfombra roja se colocó en 1922, para la inauguración del Egyptian Theater de Los Ángeles, y a partir de los años 40 empezó a consolidarse tal y como hoy en día la conocemos.
Etiqueta made in Hollywood
De acuerdo con la etiqueta del evento, los caballeros deben vestir esmoquin negro y las damas vestido de cóctel o vestido largo. Una etiqueta que también se exige, tanto a los profesionales de los medios de comunicación que acuden a retransmitir el evento (presentadores, redactores y cámaras), como al staff de la organización, que lucen sus mejores galas con una gran acreditación colgando del cuello y calzando zapatos planos o zapatillas deportivas, para hacer más llevadero su trabajo.
Es necesario que todos contribuyan a transmitir una imagen de glamur, elegancia y distinción ya que debemos recordar que ¡esto es Hollywood, amigos! ¿Recuerdas Pretty Woman?
Dado que la alfombra roja es una de las mejores pasarelas del mundo de la moda, de unos años para acá los outfits, tocados y complementos de las estrellas se han convertido en puro negocio.
Cada vez es más habitual que las actrices lleguen a cobrar hasta 250.000 dólares por lucir un determinado modelo de alta costura o joyas de algún que otro diseñador, de ahí que el glamur sea un poco prefabricado, a diferencia del que se vivía en los años dorados del cine.
El protocolo del evento
Dentro del protocolo del evento existen tres partes principales: la llegada y paseo por la alfombra roja, la ceremonia de entrega de premios y la cena oficial posterior que se conoce como Governors’ Ball after-party.
Llegada y desfile sobre la alfombra roja
La llegada y el desfile por la alfombra roja de los invitados es de por si un evento -quizá el más mediático- y requiere estar perfectamente controlado.
No solo se establece un estudiado cronograma de las llegadas, sino que los directores de imagen de las estrellas tienen la obligación de irlos guiando durante todo su paseo por la alfombra roja, con el tiempo controlado tanto para atravesarla como para responder a los medios presentes.
Es muy importante evitar que coincidan en la misma dos de los nominados o de los actores más destacados, lo que se consigue haciendo que guarden un riguroso turno para desencochar y, a continuación, esperen su turno en una carpa cerrada, situada al inicio de la alfombra roja, que permitirá controlar los tiempos fuera de la vista del público.
The show must go on
Una vez están todos los invitados en sus butacas se inicia la ceremonia de entrega de premios que, desde hace muchos años, siempre dirige un maestro de ceremonias, quien se encarga de dar la bienvenida a los asistentes, de dar paso a las actuaciones musicales o proyecciones de imágenes y a las parejas o grupos de actores que se encargan de realizar la entrega de premios.
Éstos se encargan de leer los nombres de los nominados, abrir el sobre cerrado, leer el nombre del ganador y entregar la estatuilla al ganador, una vez éste ha subido al estrado desde su butaca en la platea, y permanecen junto a él o ella durante el discurso de agradecimiento.
El control del tiempo es uno de los principales problemas del programa, de ahí la rigurosidad con los minutos de duración de los discursos de los ganadores.
Y tras finalizar la ceremonia, los galardonados y el resto de invitados se dirigen al lugar donde se celebrará la cena oficial. Una celebración en done la gastronomía juega un importante papel y la inclusión de productos de lujo o especialmente elaborados siguiente la temática de la noche: los Óscars.
Algunas curiosidades
Inicialmente los actores y las actrices eran premiados por el conjunto del trabajo que habían realizado, mientras que a partir de la cuarta edición empezaron a premiarlos por una película en concreto, tal y como sigue ocurriendo.
La primera mención a la estatuilla con el nombre de Óscar fue la revista Time, en 1934.
Walt Disney es el personaje que más premios ha ganado, otorgados tanto por su trabajo como honoríficos.
Desde 1950, para evitar que se especule con ellas, las estatuillas se entregan en usufructo a los ganadores que, aunque pueden dejarlas en herencia a sus descendientes, tienen prohibido venderlas. En caso de que quieran hacerlo, tienen la obligación de restituirlas a la Academia por el simbólico valor de un dólar, que pasa a guardarlas en su tesorería.
La primera retransmisión de la ceremonia de los Óscars la hizo la NBC a partir de 1953 hasta 1960, cuando obtuvo los derechos la ABC. De 1970 a 1976 volvió a recuperarlos la NBC, hasta que los consiguió de nuevo la ABC que tiene contrato hasta 2020.
Y más curiosidades
Actualmente ya nos hemos acostumbrado a escuchar la fórmula “and the Oscar goes to…” que pronuncian los que entregan la estatuilla, pero tenemos que reconocer que nos costó dejar de oír la de “and the winner is…” que se usó hasta 1989.
Con relación a la duración de los discursos de agradecimiento, la actriz Greer Garson tiene el record del discurso más largo. Hablo cerca de siete minutos tras recibir un Óscar por su papel en Mrs. Miniver.
Liza Minnelli es la única actriz y cantante oscarizada (en 1973 obtuvo el de Mejor Actriz por Cabaret) cuyos padres también ganaron o fueron nominados a un Óscar. Su padre, el director Vincente Minnelli recibió el de Mejor Director en 1958 por Gigi. Y su madre, la actriz Judy Garland, obtuvo un Academy Juvenile Award en 1940 por su papel en el Mago de Oz, y en 1955 fue finalista al de Mejor Actriz por la película A star is born.
Recuerda: ¡nunca se rompe el protocolo!
Por último, aunque no sea nada correcto, vamos a hablar de dos casos en que se «rompió el protocolo» durante la entrega de los premios, y las responsables fueron dos actrices latinas que entregaron los premios a la mejor película en habla no inglesa.
La primera fue Sofia Loren cuando en 1998, después de pronunciar la obligatoria frase de “and the Oscar goes to..”, abrió el sobre y gritó: ¡¡Roberto!!, en lugar de pronunciar el título de la película ganadora La vita è bella de Roberto Benigni.
La segunda fue la española Penélope Cruz, cuando gritó ¡¡Pedroooooooooooooooooooooo!!, en lugar de Todo sobre mi madre de Pedro Almodóvar, tras leer el nombre del triunfador en el sobre.
Nota: Artículo revisado y actualizado. Publicado inicialmente el 8 de marzo de 2016 en Gabinete de Protocolo.
Para saber más:
Academy of Motion Picture Arts and Sciences
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