Naked Cakes | Si traducimos literalmente del inglés “naked cakes” lo haremos por “pasteles desnudos”. ¿Y a qué viene eso de «pasteles desnudos”? Sencillamente porque son tartas donde el bizcocho se presenta sin ningún tipo de cobertura, ya sea fondant, merengue, nata, chocolate o crema. Se prepara, se hornea y, una vez frío, el bizcocho se rellena con crema y frutas, y ya está listo para servir.
Una tendencia de la repostería especialmente destacable en el mundo de los eventos, donde siempre se busca sorprender llevando a la práctica el denominado factor ¡Oh!, que en la actualidad apuesta, especialmente, por el minimalismo.
¿Los naked cakes son una creación estadounidense?
Más que creación, llamémosle tendencia nacida al otro lado del Atlántico, donde el fondant ha sido el rey de la «pastelería de gala” durante muchos años, frente a una pastelería europea mucho más ligera.
La apuesta por las dietas saludables y sanas ha hecho que se dejen atrás las grasas y los azúcares (de los que hay una buena cantidad en el fondant), y se reduzca al máximo su contenido en los postres. De ahí que la apuesta por los naked cakes ayude a preparar unas tartas más ligeras y fáciles de digerir, a la vez que facilite disfrutar más intensamente de los auténticos sabores de los ingredientes que se usan para preparar cualquier bizcocho básico.
El atractivo de la sencillez
En el mundo de los eventos lo minimalista es lo que se considera más cool, término que se contrapone al concepto tradicional de relacionar elegancia y sofisticación con la ornamentación más recargada.
Pues esa misma manera de pensar es la que se transmite con los naked cakes en eventos como una boda, en sustitución de las super recargadas y «consistentes» tartas nupciales de antaño que, tanto por su relleno de ron y frutas escarchadas como por su cobertura de pasta de azúcar, permitían que se pudiese subastar un pedazo de las mismas décadas después del propio enlace.
Y aunque parezca extraño, la falta de cobertura da pie a tener que preparar y hornear el bizcocho con mucho más cuidado, ya que los posibles fallos no se podrán ocultar con la cobertura como pasaba antaño. De ahí que la propia elaboración de la base ya sea todo un reto, que se tendrá que completar con un perfecto acabado.
Los naked cakes son tartas que muestran el atractivo de una sencillez, perfectamente controlada.
Y esta tendencia nos ha hecho volver la vista atrás y recuperar los olvidados «recetarios de las abuelas», en donde encontraremos más naked cakes de lo que nos hubiésemos pensado. Uno de los ejemplos más destacados de este tipo de tartas es el pastel por excelencia en los afternoon teas británicos. Concretamente la tarta Queen Victoria Sponge Cake, también conocida como Sándwich cake.
La Victoria Sponge Cake
Como ya explicaremos en el blog más adelante, existen diferentes platos o alimentos cuyo nombre se corresponde con el de un personaje famoso, ya sea porque fue quien lo inspiró o porque se creó para él o ella. Y eso es lo que ocurre precisamente con la tarta Victoria Sponge Cake, dedicado a la Reina Victoria.
Como no podía ser de otro modo, durante el largo reinado de Victoria del Reino Unido muchos platos y alimentos recibieron el nombre de la monarca. Desde filetes de lenguado como los Fillets of sole Queen Victoria, pasando por ensaladas (Salade Queen Victoria), salsas (Queen Victoria’s eglantine sauce), hasta incluso darle el nombre a una variedad de manzana como la Early Victoria apple, entre otros.
The afternoon tea o el té de las cinco
La historia de la Queen Victoria Sponge Cake está directamente relacionada con la instauración de la costumbre de “tomar el té de las cinco”, que se estableció durante el reinado de Victoria, un invento que se atribuye a Anna Maria Russell, duquesa de Bedford, una de las damas de honor y confidentes de la reina Victoria.
Dado el largo espacio de tiempo que transcurría entre el desayuno y la cena, y la ligereza del lunch que se solía servir al mediodía, la duquesa adoptó la costumbre de tomar un té con pan a primera hora de la tarde en sus habitaciones privadas de Belvoir Castle. Con el tiempo decidió empezar a invitar a otras damas amigas suyas para que la acompañasen y se uniesen a esa comida adicional, que acabaría convirtiéndose en todo un evento social de las clases altas británicas.
Rutina diaria de la Corte británica
En 1855, el té de las cinco ya formaba parte de la rutina diaria de la Corte británica, y al menú inicial de té y pan se le acabó añadiendo sándwiches y dulces variados, así como alguna que otra tarta de frutas o semillas.
Debido a que el té también se servía en las zonas de palacio en donde residían los niños (recordemos que la reina tuvo nueve hijos), por motivos de seguridad de los pequeños, se decidió eliminar los pedazos de frutas de las tartas y servir únicamente el bizcocho básico con mermelada y crema batida. En definitiva, un pastel esponjoso y ligero (sponge cake), que acabaría incorporándose al menú de los adultos.
Dicen que esta tarta recibió el nombre de la reina Victoria en Osborne House, cuando la monarca se retiró allí tras el fallecimiento del príncipe Alberto, con la finalidad de darle ánimos y motivarla para que dejase atrás su reclusión.
La reina de las meriendas de lujo
En el libro de Isabella Beeton, Mrs Beeton’s Book of Household Management, publicado en 1874, ya aparece una receta de la tarta.
La tarta Queen Victoria sponge cake está considerada como la tarta “reina de las meriendas de lujo” y “la quintaesencia de la hora del té”, y se caracteriza especialmente por su esponjosidad y textura fina.
Se compone de dos capas de bizcocho, unidas por un relleno de mermelada y crema batida, y se sirve en pequeños pedazos triangulares, conocidos como “sándwiches”. En resumen, absolutamente un naked cake.
¿Qué tal echarle un ojo a la receta? Queen Victoria Sponge by Jamie Oliver
Para saber más:
Best British recipes: Victoria’s secret of the perfect sponge
History of Afternoon Tea