Tal y como ha venido haciendo desde su creación, el Moritz Beer Lab ha seguido innovando y experimentando para colaborar a incentivar la incipiente cultura cervecera de este país.
Primero jugó con la sofisticación del lúpulo, que dio como resultado la Moritz Red Ipa. Con la llegada del verano apostó por crear la Moritz Blat, una variedad de cerveza fresca hecha con trigo y levadura de masa madre de pan. El 160º aniversario de la fábrica se celebró con la recuperación de la Moritz Negra, una clásica que muchos antiguos consumidores de la marca habían pedido poder volver a degustar. El interés por la reedición limitada ha superado todas las expectativas, de ahí que se haya estado produciendo mucho más allá de la propia celebración.
Pues bien, transcurridos cuatro meses (periodo de tiempo limitado durante el que se fabrica y se puede consumir cada nueva especialidad de la microcervecería) ha llegado el momento de volver a crear e innovar. En esta ocasión, además, ha venido a coincidir con la celebración de la 6ª Edición del Barcelona Beer Festival, en el cual colaborará Moritz Barcelona y presentará su nueva propuesta de cerveza. Será la primera vez que una de las creaciones del Mortiz Beer Lab salga fuera de la propia Fábrica Moritz Barcelona.
El resultado ha sido una cerveza de estilo clásico, donde la malta es la protagonista y que, además, se ha planteado como un homenaje a Escocia, país donde la tradición por producir bebidas alcohólicas a partir de la malta es indiscutible, y donde el whisky es el primer exponente.
Es por ello que la imagen de la Moritz Scottish Ale viene envuelta en un tartán de color rojo intenso, cuyo diseño se ha elegido por motivos estéticos, tal y como explican sus ideólogos.
Moritz Scottish Ale
Tal y como nos explican nuestros anfitriones, la Moritz Scottish Ale está hecha con seis tipos distintos de malta y levadura ale, alcanzando una graduación de 7/8º. Un contenido alcohólico que puede parecer elevado, pero que viene matizado para adaptarlo al gusto local y para que nadie se abstenga a probarla.
Tiene un color rojizo –que se intensifica a mayor volumen- conseguido a partir del juego de las diferentes maltas utilizadas, que presenta matices ámbar y cobre que pretenden recordar los whiskies envejecidos que se producen en las destilerías escocesas.
La sensación olfativa recuerda aromas de fresas o mermelada de fresas (aportados por la levadura ale), que se combinan con otros a caramelo, galletas y frutos secos, procedentes de las maltas. En boca, puede tener un punto dulce inicial, que se compensa con el amargor que aporta el lúpulo, para que tenga un final apetitoso, sin empalagar.
Propuesta de maridaje
Dada la graduación alcohólica y la intensidad de la Moritz Scottish Ale es ideal para consumir preferiblemente en temporada invernal o cuando las temperaturas son frías. Esa característica hace que sea ideal para acompañar quesos intensos o platos consistentes, pero poco grasos.
Con la finalidad de realizar un guiño a la gastronomía escocesa, la propuesta que nos realizan nuestros anfitriones incluye paté de campaña (equiparable al haggis escocés), salmón ahumado con una base de mantequilla fundida al whisky, rollito de roast-beef y una deconstrucción de patata con queso Blue Stilton.
Y para finalizar: ¿qué tal hacerlo degustando una shortbread?. ¡Dejemos volar la imaginación!
Moritz Beer Lab
Cada vez es más evidente el incremento del interés general por la cultura de la cerveza, y por probar otras tipologías de esta bebida alcohólica no destilada que se salgan de la lager tradicional.
Desde su puesta en marcha, la filosofía del Moritz Beer Lab ha sido apostar por poner su grano de arena en ese aumento de la cultura cervecera, experimentando e innovando para crear cervezas nuevas, con estilo y carácter, pero que sean fáciles de consumir.
Hasta el momento, todas sus creaciones han tenido un leitmotiv (tendencia del mercado, llegada del verano, aniversario de la fábrica, Barcelona Beer Festival…), pero siempre apostando por promover el conocimiento de los diferentes ingredientes cerveceros, el proceso de fabricación y la variedad de estilos de cerveza que se pueden elaborar.
Si primero fue el lúpulo, y después el trigo y la levadura, con la Moritz Scottish Ale le ha llegado el turno a la malta, pero incorporando el estilo y la tradición de las Highlands.
De ahí que nos sumemos al homenaje y os deseemos, como dirían en Escocia: Slàinte!
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