Lady Whistledown | Desde siempre he sentido una verdadera inclinación hacia la escritura. Hacia crear relatos. Hacia explicar hechos interesantes de mi día a día, de mis pensamientos, de mis anhelos y de mis frustraciones.
Tanto Barcelona en horas de Oficina (como mi ya desaparecido segundo blog, GP) nacieron como dos proyectos para llevar a la práctica esa vocación de escritora aficionada. Un medio accesible y económico para compartir historias y curiosidades por medio de los relatos, sin necesidad de agentes literarios, ni editoriales. Especialmente indicado cuando no esperas un retorno monetario.
Si Barcelona en horas de oficina llegó al mundo para compartir historias del lugar en donde nací y otros lugares que he ido visitando a lo largo de mi vida, GP vino al mundo como un proyecto pensado para compartir material didáctico sobre el mundo de la etiqueta y el protocolo, después de años de formación, investigación y aprendizaje en ese campo.
Ambos proyectos fueron evolucionando, adaptándose al momento y cambiando. Un crecimiento que me ha llevado a ampliar ventanas e incorporar nuevos bloques de contenido temático, especialmente motivada por el interés que observaba por parte de los lectores, en sus comentarios y sus valiosas sugerencias.
Dos en uno
Hace un año aproximadamente, esa evolución acabó con la fusión de los dos blogs en uno solo. Un paso que realicé conservando el que tenía más años de recorrido (Barcelona en horas de oficina), en el que abrí un nuevo menú desplegable para incluir historias y curiosidades inspiradas en el segundo (GP), que decidí cerrar.
El resultado final ha sido un mix de contenidos sobre el mundo de los viajes, la cultura, la gastronomía y el protocolo. Una especie de agenda personal en donde me explayo y expongo el resultado de investigación, ampliación y aprendizaje sobre temas y curiosidades que van llegando, y me van inspirando a escribir y a compartir.
Un blog cuyo nombre tendría que haber cambiado, pero que la optimización y el recorrido del SEO me obligaron a conservar.
Desde el momento de esa fusión, el contenido del blog se ha diversificado y ampliado, por lo que lo mismo puedes leer un post sobre alguna curiosidad del lugar en donde resido o al que suelo ir de vacaciones, así como consejos para organizar eventos o historias varias sobre tradiciones, cocina o saber estar. Incluso he compartido algún que otro post sobre el resultado de investigaciones realizados alrededor de futuros lugares a los que espero poder ir algún día.
Historias, muchas historias y curiosidades que me han llamado la atención por uno y otro motivo, y que quiero compartir con mis lectores que, de hecho, son la parte más importante de este proyecto. Lectores que estoy segura que están ahí, aunque haya dejado de cuantificarlos en Google Analytics… Recibir un buen comentario, de tanto en tanto, es mucho más agradecido.
Lady Whistledown en el siglo XXI
Pues bien, sin hacer comparaciones con el estilo o la época, para titular el post de hoy me he tomado la libertad de escoger el nombre de un personaje que está en tendencia, pero que resulta enigmático e incisivo en el mundo de la literatura. ¿Sabes quién es Lady Whistedown, espero?…
Un post que se limita a ser una pequeña reflexión sobre el porqué y el cómo de mi día a día como creadora de contenidos vocacional, sin nómina, pero orgullosa de su trabajo. Un trabajo libre de imposiciones e hipotecas, donde escribo sobre lo que me gusta, y sobre lo que me parece más interesante compartir en esta mi bitácora.
Después de un largo camino en el mundo de la blogosfera, repleto de piedras en el camino de diferentes medidas y procedencias y decisiones erróneas, desde ya hace más de un año, he conseguido que las publicaciones se hayan regularizado semanalmente, y me haya permitido hasta crear el hashtag #sihoyesviernestenemosnuevopost, para certificar esa regularidad… Algo que espero que Google sepa reconocer en algún momento, ya que técnicamente no sé hacerlo.
Un post de agradecimiento
Y ¿a qué viene el artículo de hoy? Sencillamente para decirles a los lectores que sí, que sigo ahí. Ni los imprevistos, ni los problemas técnicos que tiene que asumir cualquier creador de contenidos sin apoyo técnico, lograron hacerme desistir en el empeño.
Mi camino por la blogosfera sigue hacia adelante. Y cada vez con pasos más seguros y profundos.
Y para ir acabando, solo quiero deciros que aquí sigo, adaptándome a la realidad que me rodea. Y con toda la voluntad de seguir adelante con esta dinámica creadora que ya tiene un recorrido que va camino de cumplir los 15 años.
En definitiva, luchando por seguir siendo Lady Whistledown… Eso sí, con el permiso de Julia Quinn.
¡Un gran y afectuoso saludo a todos mis queridos lectores!
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