Londres, la capital del Támesis (o como la llaman en su propia lengua los londinenses «The Smoke»), es todo un referente en nuestra familia. Es una ciudad que apasiona al 100% de los miembros que la constituimos.
Desde 1985 la hemos visitado de manera individual, en pareja, con niñas pequeñas, con adolescentes y en viaje de chicas, y la vida ha querido que abramos oficina y enviemos corresponsal. Algo que hace años fue solo un sueño, ahora se ha convertido en realidad.
Nunca hasta ahora le habíamos dedicado a Londres un espacio en el blog, pero gracias a poder vivir allí como un/a londoner durante los próximos doce meses, hemos creído oportuno hacer un pequeño resumen -a modo de prólogo- de aquello que conocemos de la ciudad, que ahora se va a convertir en parte de nuestro hogar familiar.
El primer viaje en solitario
Viajar por primera vez al extranjero es todo un reto y, si además lo haces en solitario y como el primer viaje que te puedes pagar con tu propia nómina, todavía es más tentador. Además, hacerlo a la capital británica era un sueño de juventud.
La multiplicación de series de la BBC y de la London Weekend TV habían ido incidiendo en los intereses culturales de una joven de 18 años un tanto soñadora y, además, la New Wave británica estaba en su máximo esplendor. De ahí mi interés por conocer en persona la ciudad.
Por lo que fue empezar a ganar un pequeño sueldo, y comprar un billete hacia el Reino Unido a la primera oportunidad. Era el verano de 1985. El mismo verano en que se celebró el «Live Aid» en el estadio de Wembley.
¿Y qué te puedo decir de ese viaje? Pues que regresé enamorada de la ciudad y de sus alrededores, después de recorrerla de manera pormenorizada a lo largo de una semana. Paseos que me llevaron a conocer todos esos lugares que hay que ver cuando la visitas por primera vez. Sí, todos esos lugares que un verdadero turista -y no digo viajero- nunca debe dejar de ver en Londres.
Desde Buckingham Palace hasta el museo de Madame Tussauds, recorriendo el Westminster gubernamental y parlamentario, Trafalgar Square y sus zonas aledañas, sus míticos parques, su abadía, su torre, su catedral, sus puentes y, por supuesto, sus zonas de shopping y sus dos museos imperdibles: la National Gallery (especialmente interesante la Portrait National Gallery, donde son más famosos los retratados que los retratistas), y el British Museum (un museo que te recomiendo visites antes de viajar a lugares como Grecia o Egipto, ya que cuando estés frente a más de una de sus maravillas arqueológicas te recomendarán que vayas de visita a Londres para poder ver las piezas originales.)
Por cierto, y a título particular, una de mis fijaciones en ese primer viaje fue ir a visitar Eaton Place en el barrio de Belgravia, calle en donde vivía la familia Bellamy -protagonistas de «Upstairs and dowstairs»-, cuando todavía no se había institucionalizado la moda de organizar recorridos temáticos en busca de localizaciones de cine o televisión.
Un viaje de «luna de miel»
Mi segundo viaje a Londres fue durante mi viaje de bodas. ¡Sí, lo habéis entendido bien! Elegimos Londres para ir de luna de miel, y la verdad es que poco tiene que envidiar a Paris o a Roma para unos recién casados.
Fue momento de volver a recorrer algunos de los lugares que ya conocía y de los que guardaba un bonito recuerdo. Lugares tan maravillosos como Hyde Park. Recorrer el parque en el mes de octubre, especialmente a primera hora de la mañana, resulta de lo más romántico.
Visitar Londres por segunda vez te puede dar pie a recorrer algunos de los lugares que te quedaron pendientes en tu primera visita, o bien, dependiendo de los días que vayas a la ciudad, puedes optar por incorporar alguna excursión a los alrededores o a ciudades próximas.
Entre las sugerencias están las visitas a Hampstead, Greenwich o Hampton Court, o a lugares más lejanos como Cambridge y Canterbury, Oxford y Stradford-upon-Avon, Stonehenge o Dover, algunos lugares a donde puedes ir y regresar en el mismo día.
Descubriendo Londres con niños
Y regresamos a Londres. Y como la familia había ido creciendo, en esa ocasión lo hicimos con dos niñas, una de 10 y otra de 8 años, respectivamente.
Es evidente que Londres es una ciudad con infinidad de actividades y lugares interesantes para que los pequeños se lo pasen lo mejor posible. Aunque también es interesante tener en cuenta la edad de los más pequeños, y de sus propios intereses.
En nuestro caso, en esta tercera visita, optamos por ir al Natural History Museum y al Imperial War Museum, a ver un musical en el West End, a «cazar» ardillas con la cámara de fotos en los principales parques de la ciudad, y a darnos algún que otro goloso capricho, como es un afternoon tea para cuatro.
Es evidente que pasear por Londres es todo un «must», pero recorrer la ciudad desde el piso superior de uno de sus autobuses rojos es algo de lo más divertido para los más pequeños.
Dado que en la época en que fuimos Harry Potter era solo un sueño futuro en la mente de J.K. Rowling, en nuestro caso optamos por ir a visitar la «supuesta» vivienda de Sherlock Holmes, próxima al zoológico Londinense, ubicado en Regents Park.
¿Qué otras recomendaciones? Una muy divertida. Preparad una gimcana y haced que los pequeños vayan buscando estatuas mientras paseamos por la ciudad. Hyde Park es una buena alternativa para centrar el tema, aunque es factible ampliar el círculo proporcionalmente a la edad de nuestros pequeños.
Por cierto, no dejéis de daros y darles el capricho de degustar un 99 Flake ice cream, el helado «british» por excelencia.
Y si vais en adviento, como hicimos nosotros, recorrer las calles disfrutando de las iluminaciones y las decoraciones navideñas es todo un incentivo, así como visitar tiendas de golosinas o juguetes, como Hamleys, perfectamente decoradas para la ocasión.
Otra actividad ideal para los pequeños de la familia es subir al London Eye, pero que nosotros todavía tenemos en nuestra agenda de actividades londinenses pendientes.
Escapada de un día para recordar viejos tiempos
Y nos vamos hasta el año 2007. En medio de una ruta por el sur de Inglaterra siguiendo la huella de Jane Austen, no estuvo de más reservar un día para escaparse e ir de nuevo a Londres. Ya sea a la llegada a Inglaterra, antes de marcharse o, incluso, en medio de la ruta, Londres siempre es una buena idea.
En nuestro caso, dado que nuestro cuartel general estaba situado en la ciudad de Swindon -punto equidistante entre la capital inglesa y la galesa-, optamos por conducir hasta un Park and Drive situado en zona 4, aparcar el coche, comprar un pase de metro de un día (horario out peak) y viajar hasta el centro Londres, en donde dedicamos todo el día a pasear e ir de compras.
Dado lo ajustado del horario, en esta ocasión no le dimos demasiado margen a las improvisaciones y fuimos a visitar lugares previamente seleccionados y consensuados de antemano con el resto de la familia. A ciertas edades ya todos tenemos que opinar.
En el recorrido panorámico estuvimos en King’s Cross, para ver al andén 9 y 3/4, desde «el que se toman los trenes destino a Hogwarts» y, por supuesto, no dejamos de ir a buscar «una varita mágica» a Leadenhall Market, situado en plena City londinense.
Nos quedó tiempo para almorzar en una pizzeria del Soho, rellenar una bolsa de coloridos M&M’s en la tienda de Leicester Square e ir a comprar unos scones al Food Hall de Harrods.
Y por supuesto, guardamos tiempo suficiente para poder ir a tomarnos la foto de familia que ya hemos institucionalizado en cada una de nuestras visitas, y que os compartimos al pie del post.
Un viaje de chicas y de shopping
Puede ser una visita «muy loca», pero como soy persona tranquila y que siempre tengo algún lugar nuevo que visitar, recomiendo ir sin ruta prefijada y perderte por la ciudad.
Estamos en 2017. Mi quinta visita a la ciudad. Todavía tenía infinidad de lugares pendientes -y muy famosos- por pisar por primera vez, como por ejemplo ir a Abbey Road a hacerse una fotografía cruzando el paso de peatones más popular de la ciudad.
Y por supuesto, después de cuatro ocasiones, es el momento de incluir visitas a lugares específicos, como por ejemplo es realizar un recorrido por the Houses of Parliament (previa reserva), donde a través de una audio guía puedes sumergirte en la historia parlamentaria británica y aprovechar para observar esos lugares que tan habituados estamos a ver por televisión, pero que no vamos a poder fotografiar debido a la prohibición de tomar imágenes en una buena parte del recorrido.
No obstante, la visita te llevará a recorrer espacios tan emblemáticos como la cámara de comunes y la cámara de los lores, y podrás pisar por los mismos suelos que en su tiempo pisaron personajes tan emblemáticos como William Wallace (para ser juzgado), Lord M (primer ministro, mentor de la reina Victoria) o Winston Churchill, a quien en Barcelona guardamos un especial afecto.
Londres con domicilio fijo
Y tras cuatro visitas, la vida ha querido que llegase el momento de «abrir oficina» en la ciudad. El destino ha querido que profundicemos en nuestro aprecio hacia la capital londinense.
Si el primer Erasmus nos llevó a compaginar la vida familiar entre Barcelona con Groningen durante seis meses, en esta ocasión nos va a permitir hacerlo con Londres, y además a lo largo de todo un año, del que ya se ha cumplido el primer mes.
Todavía estamos acabando de instalarnos para poder explayarnos demasiado en este post, pero lo que tenemos claro es que la historia continuará…
De momento ya tenemos pista de hielo instalada en Somerset house, donde está nuestro lugar de referencia en la ciudad: The Dickson Poon School of Law, King’s College London!!
Para saber más:
Visit London. Official visitor guide