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LA CEREMONIA DE CLAUSURA DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS

Como complemento al post que publiqué el pasado 25 de julio, con motivo de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Paris 2024, hoy quiero completar la información con un breve recordatorio del protocolo que la Carta Olímpica establece en su Capítulo 5º, Sección IV, con relación a la Ceremonia de Clausura.

Aunque es menos institucional que la Ceremonia de inauguración, también existen una serie de pasos de obligado cumplimiento.

Pasos que se han de cumplir en la Ceremonia de Clausura

De acuerdo con dicha Carta, la ceremonia de clausura se debe celebrar en el estadio olímpico, una vez finalizadas todas las pruebas competitivas programadas y la entrega de las últimas medallas.

La duración de los juegos no puede exceder de los dieciséis días desde el día de la apertura.

Solo para abanderados

Todos los deportistas que hayan participado podrán asistir a la ceremonia, aunque en esta ocasión no participarán en ningún desfile de delegaciones. Únicamente los abanderados deberán acceder al estadio siguiendo el orden de precedencias de la ceremonia de inauguración, es decir, el orden alfabético de los nombres de los países en el idioma del país organizador, empezando por el abanderado de Grecia, y acabando por el del país anfitrión. El resto de deportistas entrarán tras el último abanderado, sin que haya distinción de nacionalidades. Una vez en el estadio, el grupo de deportistas deberán dirigirse a ocupar los asientos que el Comité Organizador les haya asignado, mientras que los abanderados deberán situarse cerca del estrado.

Izado de bandera griega y arriado bandera olímpica

La ceremonia protocolaria e institucional se inicia con el izado de la bandera de Grecia en un mástil colocado próximo a la Bandera Olímpica, mientras suena su himno nacional en homenaje al país donde nacieron los Juegos Olímpicos.

Par Original author: Pierre de Coubertin (1863-1937) — Travail personnel avec: https://olympics.com/images/static/b2p-images/logo_color.svg, Domaine public, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=12569757

A continuación, se procede al arriado de la Bandera Olímpica mientras se interpreta y canta el Himno Olímpico. Sin que llegue a tocar el suelo se recoge a pie de mástil, y desplegada en posición horizontal la sacan del estadio siguiendo el procedimiento inverso al de la llegada. En este caso es habitual que sea portada por miembros del ejército o de los cuerpos de seguridad del país anfitrión.

Recoge el testigo la futura ciudad sede

Tras la salida de la bandera, sube al estrado el alcalde de la ciudad anfitriona sujetando una Bandera Olímpica de tamaño inferior a la recién retirada, seguido del presidente del COI y del alcalde de la ciudad que acogerá la próxima edición de los Juegos Olímpicos.

Tras hacer ondear la bandera, el alcalde se la pasa al presidente del COI, que a su vez se la entrega al alcalde de la próxima ciudad sede, con la finalidad de que sea expuesta en el edificio principal del ayuntamiento de la próxima sede, hasta el año en que se celebren los nuevos Juegos. Seguidamente, se procede a izar la bandera del próximo país sede mientras se interpreta su himno nacional. Las autoridades se sitúan de cara al mástil.

Olimpiadas
Placas con la relación de las diferentes sedes que han acogido unos Juegos Olímpicos desde su recuperación, en Atenas

El programa protocolario continúa con los discursos del presidente de Comité Organizador y del presidente del COI, en el que suele agradecer el esfuerzo realizado en la organización en nombre de la organización a la que representa, e incluye una frase en la que declara clausurados esa edición de los Juegos Olímpicos, e invita a los jóvenes del mundo a participar en los próximos, dentro de cuatro años.

Y la llama olímpica deja de iluminar

Por último, se procede al apagado de la Llama Olímpica. Tras la ceremonia de clausura, y tal como especifica la Carta Olímpica:

«Ninguna antorcha olímpica, caldero u otro dispositivo destinado a mantener en combustión la llama podrá ser utilizado en ningún lugar del mundo, sin la aprobación del COI» («After the closing ceremony of the Olympic Games, any Olympic torch, cauldron or other device intended for any form of combustion of the Olympic flame may not be used, in any host city or elsewhere, without the approval of the IOC»).

BƏRSƏLÓNƏ
Pebetero del Estadi Olímpic

Símbolos olímpicos

La bandera

De acuerdo a la definición que realizó el mismo Pierre de Coubertin, la Bandera Olímpica tiene un fondo blanco con cinco anillos entrelazados en el centro: azul, amarillo, negro, verde y rojo, que representan a los cinco continentes, mientras que los seis colores figuran en todas las banderas nacionales del mundo. Vale añadir que la teoría popular que relaciona cada color con un determinado continente está rechazada por el COI.

El himno

También se conoce como «Himno del Comité Olímpico Internacional», lo compuso Spyridon Samaras en base a un poema de Kostis Palamas. Oficialmente, solo existe en griego (idioma en que se compuso), inglés y francés (las lenguas oficiales del COI), pero extraoficialmente se ha traducido a otros idiomas de países que han acogido unos Juegos Olímpicos. Se interpretó por primera vez en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Atenas, en 1896.

La llama

Es el símbolo más antiguo, heredado de los Juegos Olímpicos Antiguos, en los que era tradición mantener un fuego ardiendo en todas las sedes en que se celebraban pruebas, y según la mitología simbolizada el robo del fuego de los dioses por Prometeo y su entrega a la humanidad. En la Carta Olímpica se especifica que la llama se enciende en Olimpia bajo la autoridad del COI, y se traslada hasta la sede los Juegos Olímpicos en una antorcha portable aprobada por dicho comité. Se reintrodujo en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam, en 1928, y en 1936 se realizó el primer viaje de relevos, recorrido que no se realizaba en la Grecia Clásica.

El lema

Está formado por tres palabras latinas «Citius, altius, fortius« que significa «Más rápido, más alto, más fuerte». La frase la pronunció el barón de Coubertin durante la inauguración de los Primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna, y se instituyó como lema en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972.

Nota: Artículo revisado y actualizado. Publicado inicialmente el 9 de agosto de 2014.

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