“La Confraria de Teixidors de Vels de Barcelona, també coneguda com a Gremi de Velers de Barcelona, s’organitza corporativament mitjançant unes ordinacions compreses en un privilegi reial atorgat per l’emperador Carles V el 16 de desembre de 1533. En la introducció del document expressa que, a causa del gran increment que havia pres l’ofici i del gran nombre de teixidors que l’exercien, els consellers de Barcelona concedien la facultat de formar una confraria sota l’advocació de la Mare de Déu dels Àngels amb seu a l’Església dels Frares Menors de la ciutat.” (Texto extraído del documento emitido por el arxiu historic de la ciutat de Barcelona sobre “catàleg del fons del gremi dels velers de Barcelona”.)
Cuando hace ya un tiempo me dediqué a callejear por la Ribera y el Barri Gòtic a la búsqueda de lugares que por su nombre nos recordasen el pasado gremial de la ciudad de Barcelona, solo comenté de pasada el edificio que hoy he ido a visitar, y que por su magnificencia y significación se merece un post también especial.
La importancia y el poder del sector textil es evidente en la historia de Barcelona, y la existencia del edificio que hoy nos ocupa es una de las mejores evidencias relacionadas con el mismo. Se trata de la única casa gremial de las que se conservan que ha abierto sus puertas al público, lo que ha hecho que podamos disfrutar de las maravillas arquitectónicas, artísticas y documentales que guarda en su interior.
El gremio
Tal y como se desprende del párrafo extraído al inicio del texto, el gremio se oficializó en 1533, cuando el rey promulgó las ordenanzas que autorizan su actividad. Estaba integrado por “els velers” o tejedores de velos de seda, cuya actividad giraba en torno a la producción y al comercio de telas finas de seda, a pesar de la confusión que existe respecto a relacionar a los veleros con los fabricantes de velas para embarcaciones, en lugar de velos de seda.
En 1833, la abolición del régimen gremial dio origen a la creación del Col·legi de l’Art Major de la Seda de Barcelona (CAMS), que absorbió el gremi del velers y lo fusionó con el gremi dels velluters (artesanos sederos especializado en la elaboración de terciopelos, adamascados, brocados y tapicerías) y el gremi dels perxers (artesanos que fabricaban cintas de seda), tres de los siete oficios que integran el arte de la seda que complementan: els barreters d’agulla (fabricantes de gorras), els passamaners (fabricantes de pasamanos), els torcedors (torcedores de la seda) y els tintorers (artesanos encargados del teñido).
El edificio
La Casa de la Seda es un edificio de estilo barroco que se construyó entre 1758 y 1763 bajo las órdenes de Joan Garrido Bertrán, uno de los maestros de obras del momento. Antes de disponer de una sede social oficial, los miembros del gremio llevaban a cabo sus reuniones institucionales en la Col·legiata de Santa Anna y, posteriormente, en el Convent de Santa Caterina, tal y como certifican las pinturas que hay en uno de los armarios originales que se conservan el el despacho presidencial de la planta noble.
La planta del edificio original es de un solo cuerpo y prácticamente rectangular, tal y como se puede apreciar en una de las fotografías que se conservan en el archivo de la institución. Tiene cinco niveles de altura y numerosos balcones y ventanas en las tres fachadas que todavía conserva. El cuerpo adjunto que hay en la plaça de Lluis Millet se construyó para ampliar el edificio en 1930, como se aprecia perfectamente comparando ambas imágenes.
El 2 de junio de 1919 fue declarado monumento arquitectónico-artístico y entró a formar parte del registro de Béns culturals d’Interès Nacional, acción que promovió el arquitecto Jeroni Martorell y que evitó que el edificio fuese demolido, tal y como perseguían personajes tan influyentes como el propio Lluís Millet, para conseguir darle mayor visibilidad al Palau de la Música desde la recién estrenada Vía Laietana.
Los esgrafiados de la fachada
Tal y como expliqué en uno de los post que le dediqué a Sarrià, el uso de la técnica de los esgrafiados en la decoración fue muy popular en los siglos XVIII y XIX, ya que pretendía externalizar la condición económica y la categoría social de los propietarios de los edificios. Lo más curioso del caso es que esta técnica decorativa, que permite obtener resultados tan extraordinarios, es sencilla de realizar y de bajo coste.
Los esgrafiados de la Casa de la Seda están considerados la muestra más importante y antigua que se conservan en la ciudad. Como la propia técnica exige, están hechos a dos colores, y representan columnas e imágenes de cariátides y atlantes que simulan sostener el techo de las diferentes plantas.
La escultura que hay en la hornacina de la esquina corresponde a la patrona del gremio, la Mare de Déu dels Àngels, que data también del siglo XVIII y es obra de Joan Enric, a quien se le atribuye también la autoría de los esgrafiados originales.
El interior
Pero si el exterior llama la atención, su interior te ofrece la posibilidad de viajar en el tiempo e introducirte en el ambiente elegante y recargado siglo XVIII, con paredes tapizadas con adamascados de seda, marquetería, retablos, hornacinas y tapices varios.
Hall o entrada
Destaca especialmente el rojo intenso del tapizado de las paredes. Entre los elementos expuestos más interesantes está la reproducción del documento que recoge el privilegio emitido por Carlos I para la fundación del gremio, la cana (unidad de medida) original del gremio, la reproducción de la pintura Gremis de Barcelona de Joan Vila (que se conserva en el Museu d’Història de la Barcelona) y los cinco angeles putti que formaban parte del paso procesional «El misteri de la Santa Espina» con el que el gremio participaba en la procesión de Jueves Santo, que organizaba la Arxiconfraria de la Puríssima Sang (uno de los dos únicos pasos gremiales que todavía se conservan).
La saleta
La visita sigue por una pequeña sala de reuniones a petit-comité, en la que podemos ver la reproducción de un Bombyx mori o gusano de seda, y donde nos comentan que se necesitan 3000 capullos para poder tejer un kimonio, a pesar de que cada uno produce un hilo de seda que lleva a medir hasta más de un kilómetro.
El despacho presidencial
Es una sala que llama la atención por su magnificencia y donde destaca un armario, decorado con pinturas florales y religiosas, original del siglo XVII, usado para guardar documentos, así como un crucifijo de marfil del siglo XVIII, recuperado de una de las iglesias demolidas de la zona y que fue donado por el gremio.
La biblioteca o sala-archivo
Aunque los documentos originales del archivo de la institución se conservan en el archivo de la Casa de l’Ardiaca, en la sala dedicada a biblioteca están expuestas bastantes reproducciones, así como un libro muestrario original que se ha recuperado en el que se pueden ver diferentes muestras de tejidos, cada uno de ellos con su correspondiente número de referencia. Llama la atención especialmente la evolución en el colorido de las telas que, a medida que pasa el tiempo, desaparecen los colores apagados y oscuros, para transformarse en otros mucho más intensos y luminosos.
La sala principal o salón gremial
Es el salón principal de la planta noble, donde se reunían los miembros del gremio y en el que cada uno tenía una silla asignada. La sala está presidida por una imagen de la patrona, la Mare de Déu dels Àngels, y el paso procesional del gremio. Como no podía ser de otra forma, también tiene las paredes tapizadas en seda.
Además de los nombres de todos los presidentes del gremio desde su creación en 1533, escritos en plafones de madera que rodean la sala, hay cuatro tapices que explican el proceso de producción, fabricación y elaboración de la seda, y que antiguamente habían servido para engalanar los balcones exteriores durante las celebraciones en las que participaba la agrupación gremial.
En uno de los laterales de la sala hay un balcón de músicos -típico de las construcciones del barroco-, de lo que se deduce el posible uso de la sala para conciertos musicales o celebraciones litúrgicas, además de otras más institucionales.
Algunas curiosidades
- Los miembros de este Gremio integraron la 7ª compañía del IV Batallón “Santa Madrona” de la Coronela de Barcelona durante la Guerra de Sucesión, participando en la defensa de la ciudad.
- Para los fans del protocolo, en el fondo de documentos del archivo de la ciudad se conserva un manuscrito original que da “Testimonio auténtico de la visita […] de Fernando VII […] en la sala gremial de los Maestros Tejedores de Velos de Barcelona.» Fechado el 31 de marzo de 1828.
- En la película “Todo sobre mi madre”, de Pedro Almodóvar, el edificio aparece como fondo de imagen en la escena donde Cecilia Roth y Antonia San Juan caminan por la calle Sant Pere Més Alt, dirección hacia Via Laietana.
Si os interesa visitar el edificio (con guía o en una visita privada) o conocer los diferentes servicios que ofrece (alquiler de salas), podéis consultarlos en su web oficial.
Casa de la Seda
Sant Pere Més Alt, 1 pral.
Barcelona
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El Col·legi de l’Art Major de la Seda i el seu entorn. Conferència de Lluís Permanyer. 16.10.2002.