“Qui no celebra el Nadal, és home que poc se val”... Barcelona inspira Nadal.
El Natalis Invicti Solis. Como ya he explicado en otras ocasiones, la celebración de la fiesta del día de Navidad el 25 de diciembre tiene sus orígenes (según algunos expertos en cultura popular) en las celebraciones romanas del solsticio de invierno, que posteriormente adaptaría la iglesia católica a la fe cristiana para promover la conversión de los pueblos paganos. Asimismo hay que mencionar la coincidencia en el tiempo con la celebración de las saturnales romanas, cuyos actos sociales más importantes tenían lugar también para esa fecha.
Mil y una leyendas y tradiciones en la Navidad barcelonesa
Barcelona inspira Nadal | La historia de la Navidad en Barcelona está repleta de leyendas y tradiciones que, por extraño que nos parezca, todas tienen su porqué, e incluso se pueden identificar con un lugar concreto de la ciudad donde se iniciaron o con el que se las relaciona, por lo que recorrer la ciudad siguiendo ese hilo argumental no es ninguna idea descabellada. Y si además vas cargado con una máquina fotográfica o con un smartphone, las imágenes que captes serán un buen aliado para dejar constancia de ello en las redes sociales.
La Fira de Santa Llúcia y la plaça de la Catedral
Barcelona inspira Nadal | El paseo lo puedes empezar paseando por las calles comerciales por excelencia, donde la luz artificial juega un papel esencial en estas fechas, iluminando la noche barcelonesa a modo de fuegos artificiales o trazos de luz y color en la oscuridad. Seguir el recorrido por la calle Petrixol (santuario histórico de los dulces navideños) camino de la Plaça del Pi para recordar la antigua Fira de Sant Tomàs, y a continuación dirigirte hacia la plaça de la Catedral para visitar la emblemática Fira de Santa Llúcia.
Retroceder hacia la Rambla y visitar la mítica administración de Lotería Valdés, y desde allí darte un paseo hasta llegar hasta la plaça de Sant Jaume donde no podemos dejar de visitar el pessebre de rigor, que junto al abeto y el cagatió son tres tradiciones imprescindibles durante estas fechas ya que, autóctonas o foráneas, todas ellas son tradiciones arraigadas a la ciudad.
Aguinaldos y paneras
Barcelona inspira Nadal | Siguiendo el paseo, dejamos Ciutat Vella camino de la Ribera recordando las costumbres paganas de la antigua Barcino, que la cristianización convirtió en fiestas religiosas de la nueva religión. Y de camino hacia el punto final de la ruta, no podemos dejar de visitar Santa Maria del Mar para hablar de los aguinaldos y el origen de las primeras paneras (lotes de productos gastronómicos).
Finalizamos el paseo en Pla de Palau, a donde ya acabada la Navidad y llegado el fin de año solían acudir los más pequeños a buscar al Home del nassos…
¿Sabías que…?
La iluminación de Navidad
A pesar de que la iluminación navideña siempre se ha atribuido al deseo de los comerciantes para fomentar la predisposición al consumismo navideño, tiene su explicación en el origen pagano de estas fiestas, cuando a través del fuego se representaba a un sol ausente en el punto álgido del solsticio de invierno.
Un punto de inflexión en el ciclo anual del astro rey, que daba paso a la finalización del su retroceso en el cielo.
La leyenda del turrón y las neules
Nadie puede negar que el turrón y las neules son los dulces estrella de la gastronomía navideña, a pesar de las actuales interferencias foráneas.
Si el turrón es un dulce de marcada herencia del pasado árabe de la Península que empezó a elaborarse hacia el siglo XV, sobre las neules (barquillos) ya se tienen evidencias de que se consumían en el siglo XII, aunque era un privilegio exclusivo de las clases nobles.
Existe una leyenda en la ciudad en la que se explica que el origen de ambos productos se debe a un certamen que, a las puertas de la Navidad, convocaron las autoridades entre los pasteleros y los confiteros de la ciudad con la finalidad de elevar la moral de la población, que acababa de superar una mortífera epidemia de peste. El objetivo era elaborar una golosina que pareciese una piedra y otra que se asemejase a un pergamino.
Los ganadores del concurso fueron el Sr. Turrón, que elaboró un dulce compacto y duro hecho con almedras y miel, y el Sr. Neula, que ideó una especie de oblea crujiente y enrollada, que se rompía con facilidad.
Tuvieron tanto éxito ambas golosinas entre los barceloneses, que a partir de entonces ya no se pudo entender una Navidad sin ellas.
La antigua Fira de Sant Tomàs
La tienda por excelencia donde se pueden adquirir este tipo de dulces en Barcelona es, sin duda, la Planelles Donat, una tienda de dulces que comenzó como un negocio callejero sin establecimiento fijo, que ya en 1850 vendía sus productos en una parada de la Fira de Productes de Nadal de Sant Tomàs.
La supresión de esta feria, con la finalidad de modernizar el aspecto de la ciudad de cara a la Exposición Universal de 1888, hizo que los turroneros optasen por instalar sus paradas de dulces en los portales de las casas, lo que explica el tipo de establecimiento que todavía hoy conserva la empresa en la avinguda de Portal de l’Àngel y en la calle Cucurulla.
La primera tarjeta de Navidad barcelonesa
Y para acabar, aunque se considera que en 1843, a iniciativa de un editor inglés con muy poco tiempo para felicitaciones llamado Henry Cole, se imprimió la primera tarjeta para felicitar la Navidad a la familia y a las amistades (siguiendo la costumbre que pondría de moda la propia Familia Real Británica y que seguirían por imitación el resto de aristócratas), se tiene constancia de la existencia en Barcelona de una felicitación navideña anterior.
Se trata de la que mandó imprimir en 1831 la viuda del propietario del Diario de Barcelona, Antoni Brusi i Mirabent, con la finalidad de que se entregase a los repartidores del diario para que felicitasen a los suscriptores, y que se puede ver en el grabado que os incluyo a continuación.