Aunque os suene extraño el título que he elegido para este post, «Patios, cuplés y chimeneas», si lo leéis hasta el final, veréis como se acabarán enlazando las tres palabras. Eso es algo que te ofrece Barcelona: tenemos para todos los gustos, y lo podemos explicar de todas las maneras.
Como soy tan dada a hablar de todo un poco, en base a una serie de lugares que he ido descubriendo callejeando por la ciudad sin rumbo fijo, he querido dejar volar la imaginación y enlazar tres de ellos en un mismo post, pero a través de un hilo argumental.


La característica común que he elegido es que todos son patios interiores de manzanas del Eixample, abiertos al público y convertidos en plazas o jardines para uso y disfrute de la ciudad. Tal y como el mismo Ildefons Cerdà los definió en la publicación Teoría General de la Urbanización: “En cada uno de estos espacios, aislados de las vías urbanas, existe un pequeño mundo, una pequeña ciudad o urbs elementa”. Y eso es lo que he encontrado en los tres lugares que os quiero mostrar.
Evidentemente los tres patios o «interiores de isla» están separados físicamente dentro de la ciudad, por lo que se pueden ir a visitar siguiendo el orden que se quiera seguir. El que yo propongo es uno de entre muchos.
Evidentemente el uso de la palabra «patios» no es demasiado correcta. Hubiese sido mucho más adecuado hablar de «interiores de isla (interiors d’illa)». Pero no me he podido resistir esa palabra por su sonoridad al elegir el título del post. CPG.
La Fábrica Lehmann. El primero de los patios (Interior d’illa)
Mi primera parada es en la calle Consell de Cent 159, entre la calle Viladomat y la calle Comte de Borrell, donde estuvo una antigua fábrica de juguetes alemana. ¿Por qué he elegido este patio en primer lugar? Sencillamente porque es el que, de los tres, te permitirá viajar más atrás en el tiempo. Es como retroceder a la Barcelona de finales del XIX, en plena Revolución Industrial de la ciudad.
Al patio interior se accede a través de un pasaje adoquinado y algo desvencijado, pero con el atractivo de parecer, tal y como he dicho antes, un túnel del tiempo.
Nada más entrar en el patio, lo primero que te llama la atención es una chimenea de 25 m de altura, catalogada dentro del patrimonio industrial de la ciudad. Es la señal más evidente de que en ese lugar había habido una fábrica.
Según parece, este patio es de los pocos que conservan las características originales ideadas en el plan Cerdà.





Barcelona pionera en la fabricación de juguetes de hojalata
Ese lugar, que hoy en día acoge talleres de artesanos y de nuevos creadores, es donde estuvo la sede barcelonesa de la Fábrica alemana Lehmann & Eichner, dedicada a la fabricación de juguetes de hojalata (Belchspielwaaren Fabrik).
Ernst Paul Lehmann nació en Berlín en 1856 y, junto a Jean Eichner, fundó la fábrica Lehmann & Eichner de juguetes de hojalata. Unos juguetes que se caracterizaron por la innovación mecánica, las ideas originales y los nombres divertidos. Aquí una muestra: Lehmann Toy Collection.
El juguete de hojalata tuvo un importante nicho de mercado entre finales del siglo XIX y el final de la II Guerra Mundial, hasta que la entrada del plástico en la industria juguetera y la implementación de la seguridad en el uso, lo dejarían de lado.
Fue un producto derivado de la propia Revolución Industrial, en la que Barcelona fue pionera y Alemania, en especial la ciudad bávara de Núremberg, fue a la cabeza en su producción hasta finales de la I Guerra Mundial, tal y como había estado haciendo desde el siglo XVII, como principal centro de creación de juguetes en Europa.
Además de juguetes, durante los años en la Fábrica Lehmann & Eichner estuvo en funcionamiento también se fabricaron muñecas de porcelana y disfraces para peluches, así como platos y cubiertos para el ejército.
La Torre de les Aigües. El segundo de los patios (Interior d’illa)
Mi segunda parada es en els Jardins de la Torre de les Aigües, que está en la calle Roger de Llúria 56. Durante esta visita vamos a seguir hablando sobre torres de altura y la recuperación del antiguo patrimonio industrial que conserva Barcelona.

Este interior de isla fue el primero que se recuperó como espacio público en Barcelona. Debido a un problema de deudas de sus antiguos propietarios, el Ajuntament de Barcelona embargó los terrenos y los destinó a uso público de la ciudad a través del proyecto Proeixample, con el que se recuperaron hasta cuarenta patios interiores más.
Hasta el año 2019, todos los veranos, ese patio interior se transformaba en «la playa de l’Eixample». El estanque se transforma en una piscina pública, y los magnolios creaban un agradable espacio de sombra, para que los bañistas se pudiesen proteger del sol.
Agua para los primeros edificios del nuevo distrito
El elemento más interesante del lugar es la impresionante torre de ladrillo visto y planta hexagonal, que sostiene un depósito de agua. La construyó el arquitecto Josep Oriol Mestres a mediados del siglo XIX, con la finalidad de abastecer de agua a los primeros edificios que se construyeron en el nuevo distrito, aprovechando las aguas del subsuelo.
Fue un proyecto con cierta polémica. Para conseguir que la presión llegase hasta los últimos pisos de los nuevos edificios, la altura de la torre debía superar en cuatro metros la altura máxima permitida, por lo que inicialmente estuvo un tiempo parado sin recibir el permiso de obras, hasta que el alcalde lo autorizó y pudieron iniciarse las obras. Finalmente, la construcción alcanzó los veinticuatro metros de altura que, más adelante, se superarían con la construcción de un nuevo piso, para poder aumentar la presión del agua.



En 1870, el terreno y la torre pasaron a ser propiedad de la Asociación de Propietarios de Agua del Ensanche, cuyo cartel todavía se puede ver en la parte superior de la puerta de acceso al túnel de entrada.
Las cuatro primeras casas de l’Eixample
Muy cerca de la entrada a estos jardines, se encuentran las cuatro primeras casas proyectadas según el plan Cerda, y que ocupaban los cuatro chaflanes del cruce entre la calle Roger de Llúria y la calle Consell de Cent.
El edificio que está en el chaflán cara mar se conoce como la Casa de l’Aigua, ya que disponía de un pozo en la misma finca. El edificio que está en el chafán cara montaña es la Casa Josep Cerdà. Ambos edificios tienen las fachadas completamente decoradas con pinturas, que imitan esgrafiados con motivos clásicos.
Jardins de Cándida Pérez. El tercero de los patios (Interior d’illa)
Y llegamos a mi tercera parada y, por el momento, última propuesta de patio interior. Son els Jardins de Cándida Pérez, situados en la calle Comte de Borrell, 44. Y es aquí, en donde no solo hablaré de patios y de chimeneas, sino también de cuplés.
Al contrario que en los otros dos patios anteriores, el acceso a este interior de isla no es un pasaje largo y poco iluminado. Es un espacio amplio y de techo muy alto, integrado en la propia estructura de la moderna Biblioteca de Sant Antoni-Joan Olivé, que hace de puerta de entrada al interior d’illa.



Este patio, además de recuperarse como un nuevo espacio verde para la zona, la mejora ha ido acompañada de una importante dotación de equipamientos públicos, como la propia biblioteca, un espacio para la tercer edad y un conjunto de elementos de gimnasia para incentivar el ejercicio físico al aire libre, para todas las edades.
Al igual que en los otros dos lugares anteriores, aquí también se conserva una antigua chimenea de ladrillo, que recuerda la fábrica que hubo en ese lugar. Concretamente la que mando construir Pere Pujol i Llibet para instalar su negocio de hojalatería y lampistería y que posteriormente, entrado el siglo XX, pasaría a manos de Félix Tardá, quien la reconvertiría en una fábrica de dulces.
Cándida Pérez Martínez
Y como he dicho, para finalizar con los cuplés, no me queda más remedio que hablar de la persona a la que se le han dedicado estos jardines, y que me sorprendió gratamente conocer su biografía. Según el nomenclátor de Barcelona, Cándida Pérez i Martínez nació en 1893 en Olot, vivió en Brasil y murió en l’Hospitalet de Llobregat en 1989.
Fue compositora y cupletista. Inició su carrera en 1914 en su ciudad natal, para establecerse a continuación en Barcelona, donde estudió música y composición durante cinco años. Compuso el cuplé de Les Caramelles y, en 1919, Raquel Meller estrenó en el Odeón de París su Noi de la mare, inspirado en el villancico tradicional.
Entre sus otras composiciones destaca especialmente la de la Marieta de l’Ull Viu. Una canción tradicional de la cultura catalana que me va a servir para finalizar la historia de este post. Y para ello, os invito a que nos traslademos desde l’Eixample hasta el distrito de Ciutat Vella.
Callejeando por el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, justo al llegar a la plaça de Sant Agustí Vell, hay una fuente con una placa en la que se lee «en recuerdo de nuestra Marieta de l’ull viu».
Como he comentado al principio, en Barcelona encontramos curiosidades para todos los gustos y que podemos explicar de muchas maneras. Eso es lo que ocurre también con la historia que hay detrás de «esa popular Marieta» que, en base a la tradición popular y a la propia canción popular, mezcla leyenda y realidad.
La Marieta, su enamorado y la Font del Gat
Parece ser que la muchacha, que según la letra de la canción iba a la Font del Gat acompañada de un soldado (lugar donde se solían reunir las parejas de enamorados), era en realidad una empleada del hostal la Bona Sort. Un hostal ubicado en el número 12 del carrer Carders, muy próximo al lugar en donde está la fuente que la recuerda. Por lo que en 1995, la asociación de vecinos quiso dejar constancia pública de que allí había vivido la popular Marieta.
Paseo por els Jardins de Laribal en Montjuïc. Via Instagram de bcnenhorasdeoficina.
Pero volviendo a la composición de Cándida Pèrez, una última puntualización… En honor a la cupletista olotense, es necesario no confundir el cuplé que compuso mencionando a la Marieta que había conocido a un soldado en la Font del Gat (en cuya letra no falta la picardía y los sobreentendidos propios de ese género), con la canción popular que nos explica lo que pasó “Baixant de la Font del Gat”, ni con la película que se rodó en 1927 y que llevaba el mismo título. ¿No sé si me explico?
Nota: Artículo revisado y actualizado. Publicado inicialmente el 11 de diciembre de 2012.
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