Barcelona es una gran ciudad. Con sus cosas buenas y sus cosas malas es una gran ciudad, admirada y respetada por muchos. A los que hemos nacido en ella nos hace sentir orgullo de pertenencia, y no dudamos en gritarlo a los cuatro vientos cuando vamos a otros lugares y nos preguntan de dónde eres.
“Archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única; y aunque los sucesos que en ella me han sucedido no son de mucho gusto, sino de mucha pesadumbre, los llevo sin ella, sólo por haberla visto… sólo por haberla visto”.
Miguel de Cervantes
Barcelona es una ciudad que ha sabido sobrevivir a lo largo de su historia. Cuando ha dejado de ser, se ha reinventado. Siempre caminado hacia el progreso y la internacionalización.
Como bien supo plasmar Cervantes a través del Quijote, Barcelona es una ciudad que te deja huella cuando vienes a visitarla. Una ciudad que nos ha enamorado e inspirado mucho más allá de la Barcelona del 92, pero que ha entrado en una dinámica degenerativa a la que hay que poner freno. Y la culpa no es solo del turismo de masas que ahoga la ciudad.
No, la Barcelona de ahora ya no nos inspira, como sí hizo en su momento cuando creamos este blog. La Barcelona en la que nos encantaba perdernos cualquier día de la semana ha desaparecido. Su degradación es evidente y, por muchos esfuerzos que nos venda el marketing gubernamental, hay muchas cosas que han dejado de funcionar.
Barcelona está en la UVI, y es necesario luchar por recuperarla.
«Habebimus Baluard de Migdia!»
En octubre de 2014 publicamos un post titulado «Habebimus Baluard del Migdia!», artículo en el que nos felicitábamos de que Barcelona hubiese apostado por recuperar un espacio tan emblemático, a la vez que olvidado, de la historia de la ciudad. Con el incentivo añadido de que la decisión coincidía con el 300 aniversario de los hechos históricos acaecidos en 1714, en los que ese baluarte jugó un papel muy importante.
A principios del pasado mes de junio de 2022, a través del formulario de consultas del blog, recibimos un correo del G.B., vecino de la zona, en la que nos comentaba la situación en la que se encontraba el lugar ocho años más tarde, adjuntándonos algunas imágenes y rebautizándolo como “vertedero” del Migdia.
Refiriéndose a su artículo "Habebimus Baluard del Migdia" (8/10/2014) es mejor decir: tenemos un vertedero. El sitio histórico es una vergüenza llena de basura, grafiti y actividades ilegales. El diseño y el plan total es un fracaso. La renovación y el cuidado de la ciudad son muy necesarios. ¿Quién está a cargo? Saludos amables G.B. (vecino)
Como siempre hacemos, le agradecimos el comentario y le argumentamos el porqué de la existencia de ese post, así como nuestra opinión sobre la situación actual de dejadez y abandono en la que se está sumiendo buena parte de Barcelona.
Agradezco muchísimo su comentario con relación al post que publicamos en el blog. La verdad es que Barcelona ya no es la que era, y comparto perfectamente su opinión. En aquel momento, la recuperación de espacios históricos para la ciudad era todo un hecho. De ahí el artículo que menciona ese espacio históricamente tan emblemático de la ciudad. Actualmente la degradación de la ciudad en general, y los barrios más próximos al mar en especial, es absolutamente inaceptable. Le puedo asegurar que cuando comenzamos el proyecto de crear un blog para escribir exclusivamente sobre Barcelona, allá por 2011, lo hicimos con un entusiasmo que se ha ido desvaneciendo. Es evidente que la ciudad necesita un revulsivo para que pueda volver a ser la ciudad encantadora y preciosa que entusiasmó al mundo en el 92.
En nuestro mismo correo le prometimos mencionar ese intercambio de opiniones, con la finalidad de cumplir con uno de nuestros objetivos fundacionales, que no es otro que compartir Barcelona, intentando hacerlo siempre desde lo positivo, pero sin dejar de lado aquello que ya no lo es tanto.
Me gustaría pedirle permiso para mencionar su queja en un nuevo artículo, con el uso de las imágenes que adjunta. Si podemos ayudar a dejar constancia de su queja, encantadas de hacerlo.
La respuesta del G.B. a nuestra petición fue afirmativa:
Buenos días, Muchas gracias por su rápida y elaborada respuesta. Y sí, estaré feliz si usas mis fotos en tu próximo artículo. Hace algunas semanas también escribí un correo electrónico al arquitecto (Lola Doménech) del sitio histórico. Y sugerí que había que hacer algunos cambios (demasiadas cuevas abiertas). Espero que logremos mejorar este lugar/sitio para que el Barcelona debajo Av Diagonal sea también atractivo. Gracias por su ayuda.
De ahí el porqué de este post, un tanto extraño en comparación a los que solemos publicar, y que es el resultado de la promesa que le hicimos.
Convertir una amenaza en una oportunidad
Poder contribuir a denunciar aspectos negativos (debilidades) de Barcelona, con la finalidad de que puedan transformarse en positivos (fortalezas) si se solucionan, siempre es estimulante. Y en Barcelona en horas de oficina siempre estamos abiertos a ello, especialmente si la aportación está directamente relacionada con la conservación y mejora del patrimonio de la ciudad.
Mil gracias, G.B., por sus comentarios y por su aportación. No somos ningún medio informativo de gran peso, pero esperamos que este granito de arena pueda ser útil para mejorar, entre todos, una ciudad que siempre nos ha apasionado, y que esperamos nos vuelva a apasionar como antaño.
Galería de imágenes
Estas son las fotografías que nos envió G.B. para denunciar la situación de deterioro y abandono en la que se encuentra el Baluard de Migdia en la actualidad, y que publicamos con su permiso.
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