Baix Empordà | Este 2021 podemos decir que ha sido un año especial. Si el 2020 nos ofreció la inesperada realidad de poder pensar en volver a vivir -en un futuro- en Barcelona ciudad, este año ha hecho que el Baix Empordà haya entrado en nuestras vidas, para quedarse. Y más concretamente, una pequeña porción próxima a la orilla de la platja de Grau, una de las playas de Pals.
En casa nunca habíamos tenido un lugar de referencia a donde podernos escapar de tanto en tanto. Nos referimos a «ese pueblo» o «esa segunda residencia» a donde se solía ir de pequeños a pasar los veranos y las vacaciones, motivados por lazos o tradición familiar.
En nuestro caso el 2021 empezó con ese regalo. Todos los astros se alinearon y nos mostraron que el momento tan buscado había llegado, y que el lugar sería en esa zona de l’Empordà.
Y ya estamos a punto de cumplir un año en el que el Baix Empordà no solo nos ha dejado molt tocats per la Tramuntana, sino que el barro de Can Fanga, que llevábamos pegado a nuestros pies, ha ido desapareciendo y nos ha ido dejando caminar e ir aprendiendo com de bonic és l’Empordà.
Y esas visitas continuadas nos han ido descubriendo nuevos rincones que todavía no habíamos visitado, y nos han permitido explorar con más profundidad otros tantos que no nos eran ajenos, que nos hemos permitido incluir en un rápido listado que os compartimos a continuación… pero que no cerrramos.
Pals
Sobre Pals nada a añadir… de momento. Os remitimos al artículo que ya publicamos en el blog cuando nos invitaron a asistir a la inauguración de las jornadas del arroz de 2018, que empezaba así:
Me tomo la libertad de coger prestado un poema a Miquel Martí i Pol para empezar a escribir sobre mi reciente visita a Pals. Un poema que dice así:
“De Pals enllà tot és mar i soroll; més ençà hi ha el silenci, un silenci que es diu amb noms sonors: Peratellada, Gualta, Fontanilles i sobretot Fontclara. Pels rostolls hem encalçat la tarda amb automóvil d’un groc molt més lluent que els blats lligats en garberes rodones. Tornats al Mas, en la calma del vespre, t’explicaré els secrets que he descobert astutatment als ulls de les turistes.”…
Tendremos tiempo de visitar y escribir con más detenimiento sobre les basses d’en Coll, el delta del Ter o los estudios abandonados de Radio Liberty. Así como recorrer el camí de Ronda hasta Begur, pasando por la famosa platja d’Illa Roja.
Torroella de Montgrí
Torroella de Montgrí es el lugar que más hemos visitado desde que visitamos la zona casi semanalmente. No solamente es uno de nuestros puntos de referencia para visitas culturales, sino que es, sin lugar a dudas, el lugar ideal para nuestras compras de casa.
Las visitas a Torroella nos han permitido descubrir el Museu de la Mediterrània, subir al Castell de Montgrí e ir descubriendo rincones sorprendentes de la población, como la impresionante iglesia parroquial de Sant Genís. Así como volvernos unos incondicionales de la coca del Montgrí de Can Francès, que definen como «un pan fuera de serie», con toda la razón.
El Museu de la Mediterrània
Como su nombre indica, la temática del Museu de la Mediterrània gira en torno al Mediterráneo, y está dedicado tanto aproximar el territorio más cercano a Torroella de Montgrí, como a fomentar el conocimiento de los otros pueblos del Mare Nostrum.
Es la sede del Centre d’Interpretació del Parc Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter, y está ubicado en una casa pairal catalogada del siglo XV-XVI, que se llama Can Quintana.
Entre las actividades culturales que ofrece están las visitas guiadas. Algo que, este pasado verano, nos permitió recorrer el municipio de la mano de la Sandra Bisbe, en base a un hecho histórico acontecido en la zona a finales del siglo XIX y principios del XX, que se conoce como «la guerra del arroz».
El castell de Montgrí
Realizar una excursión hasta la cima del Montgrí y visitar su castillo es todo un reto al alcance de todos los miembros de la familia, con el que también hemos cumplido… ¡Incluso Kara Marpi se lo pasó de lo más bien!
La única manera de alcanzar los 303 metros de altura es «un rato a pie, y otro andando». La subida se puede realizar tranquilamente en una hora y media, siguiendo la senda marcada, que va cambiando la tierra por las piedras a medida que se va subiendo.
Evidentemente no es un lugar adecuado para subir en bicicleta… Aunque siempre te encontrarás algún intrépido ciclista con la bicicleta a cuestas.
El castillo que está perfectamente conservado en su exterior, no tiene nada en el interior. Lo que quizás sea la gran decepción de la visita (de hecho nunca se acabó de construir). No obstante, seguro que lo que no te ocurrirá es decepcionarte con relación a las impresionantes panorámicas que disfrutarás sobre buena parte de l’Empordà, les illes Medes y el Gironès.
Dado que no tiene puertas, el acceso es libre a lo largo de todas las horas del día. Aunque, evidentemente, las horas nocturnas no son las más adecuadas para visitarlo.
Verges
Es otro de los lugares que nuestra nueva rutina de fin de semana nos ha permitido visitar por primera vez de manera detenida, y por cuya carretera hemos pasado unas cuantas ocasiones los últimos meses. Concretamente, cada vez que hemos querido ir a descubrir otros rincones del Gironès, de l’Alt Empordà o cruzar la frontera, para acercarnos a algún lugar de Occitania.
Aunque la tradición manda que a Verges hay que ir en Jueves Santo, visitarla un día de agosto, bajo una tormenta eléctrica, y con un encuentro en la iglesia para hablar de su procesión y de la Danza de la Muerte también tiene su qué.
La ruta por Verges
El paseo circular lo iniciamos en la Placeta, justo detrás de la cual se encuentra el castillo, considerado el núcleo donde se creó la población primitiva.
Siguiendo por el carrer del portal llegamos hasta la plaça Major, donde nos explican la primera de las dos tradiciones ancestrales de Verges: la sopa de Verges. Una tradición del martes de carnaval, que se celebra como un ritual de convivencia entre los vecinos.
Continuamos rodeando el núcleo medieval por el carrer de la Font, siguiendo por el carrer del Rec del Molí, hasta llegar al carrer del Canonge Iglesias, que nos lleva de nuevo hasta la Placeta, donde está el Ajuntament.
La visita la finalizamos en el interior de la església de Sant Julià, en donde nos explican la segunda tradición más popular de Verges, y su significado como una riqueza patrimonial inmaterial de la población: la processó de Dijous Sant y su famosa Dansa de la Mort. Una reliquia de época medieval que ha sobrevivido al paso del tiempo y ha llegado de manera viva e ininterrumpida.
Verges, además de ser el pueblo en donde nacieron Francesc Cambó y Lluis Llach, también es el lugar de origen de la familia Albert, una de las más importantes de la población y de la que forma parte una de las escritoras catalanas más famosas: Caterina Albert, más conocida como Victor Català.
La casa de la familia Albert, Ca l’Albert o Can Punton, es uno de los edificios patrimoniales de la población. Lamentablemente no está abierta al público debido a su estado de conservación, algo que nos contrarió después de ver en fotografías la rica decoración pompeyana que conserva en algunas de sus salas nobles.
Para más info: Punts d’interès turístic | Turisme de Verges
Foixà
La visita a Foixà fue una escapada ipso-facto de una tarde de duración.
Siguiendo la ruta de las poblaciones interiores del Baix Empordà que publicó nuestra querida Elvireta en el mes de julio, a través de su perfil de instagram @Jubileta3, nos decidimos por ésta, dejando Cuixà y Parlavà (que nos cogen de camino desde Pals) para una próxima ocasión.
Tal y como nos explica Elvira, estas poblaciones interiores forman parte de lo que se conoce como la Catalunya Vella, territorios que en el siglo VIII ya formaban parte de la «marca» del Imperio Carolingio frente a los musulmanes, de ahí su riqueza patrimonial respecto a restos de castillos y recintos amurallados.
Son lugares que hay que visitar sin prisa, dejándote perder por sus calles y descubriendo rincón tras rincón, a fuerza de ir observándolos pausadamente. De hecho es un consejo que te sirve para recorrer la mayoría de los pueblos de interior del Baix Empordà.
Josep Pla calificó Foixà como «delícia recòndita, pura meravella«. Está dividida en dos núcleos principales,. Uno, sobre la cima de un pequeña colina, se sitúa alrededor del antiguo castell de Foixà. El otro, donde está la parte principal de la población, está situado alrededor de la església parroquial de Sant Joan de Foixà.
Como curiosidad indicar que la leyenda sitúa en Foixà la muerte repentina del rey Joan II el caçador, el 19 de mayo de 1396, durante una cacería en sus bosques (¡no se podía saber!). En el camino que une los dos núcleos de la población hay una cruz de término que lo recuerda.
Palau-Sator
A escasos 3 km de Pals está Palau-Sator. Un lugar al que por su proximidad a «nuestro cuartel general» se puede ir y volver tantas veces como se quiera.
Aunque de muy pequeñas dimensiones, el núcleo del pueblo es un ejemplo perfecto de la disposición urbanística de los pueblos medievales. Un recinto amurallado, donde todavía se conservan restos de la muralla y de las torres de defensa, al que se accede a través de una espectacular Torre de las Horas, y cuyo recorrido ascendente te lleva hasta el antiguo castillo, que preside el núcleo desde la zona más elevada.
La visita que realizamos fue tan rápida, que nos limitamos a incluirlo en este listado con solo una mención. Tendremos tiempo de regresar para profundizar en sus detalles.
Para más info: Coneix Palau-Sator
Peratallada
A 5 km de Pals está Peratallada. A la pregunta de ¿qué te gusta más: Pals o Peratallada? Difícil respuesta.
Conocí la población en el año 2000 cuando, además, tuve el gran honor de pasar una noche en su castillo. Desde entonces he ido en diferentes ocasiones, pero lo que tengo claro es que en verano es poco recomendable la visita. Mejor elegir cualquier fin de semana fuera de temporada para hacerlo, especialmente cuando se puede hacer una escapada rápida desde Pals.
Petra scisse o Petra taiata también conserva su aspecto medieval pero, a diferencia de Palau-Sator y Pals, no tiene ese aspecto de pueblo circular.
El pueblo bien se merece un paseo, dejándote perder por sus calles. Y, evidentemente, no te tienes que resistir a degustar uno de los sorprendentes helados artesanales de roquefort, idiazábal, vermut amb olives, anxoves de l’Escala o seitons amb vinagre, o una de las gigantescas magdalenas de Cal Tuset, con variedad de gustos y rellenos.
Para más info: Peratallada
Regencós
Una mención especial a Regencós, esa pequeña localidad por la que pasas mil y una vez camino de Palafrugell, pero que solo la CNN consigue que te pares, aparques el coche y te molestes en dar un paseo por allá.
Algo que, como nos comentan, han observado los mismos vecinos del pueblo. Parece ser que el que la CNN lo haya incluido entre los pueblos más bonitos de Europa este pasado año, ha provocado un interés poco común con conocer el pueblo, lo que ha hecho que se multipliquen exponencialmente las visitas de foráneos.
Begur
Y para acabar este rápido resumen de nuestro primer año de visitas continuadas por el Baix Empordá hemos elegido Begur, por dos razones.
La primera razón, porque por fin he podido visitar el castillo de Carmen Amaya, que siempre me había llamado la atención conocer, tal y como expliqué en el post que le dediqué en el blog.
Y la segunda, porque la visita casual y no planificada a Mas d’en Pic nos llevó a descubrir un sorprendente Cinema Brava (un autocine al más puro estilo Grease), a cuyo encanto no nos pudimos resistir y al que, esa misma noche, regresamos para poder ver Barcelona nit d’hivern, en pleno mes de agosto y desde el corazón de la Costa Brava.
Un lugar que seguro va a ser un imperdible de nuestros próximos veranos costabravencs.
Calella, Llafranc y Tamariu
Por el momento: el meu avi y solo dos imágenes. Habrá tiempo para muchos futuros relatos…
Escapada a Castelló d’Empúries
Y como el Baix Empordà no estaría completo sin l’Alt Empordà, ¿qué tal recordar la única incursión en los territorios del norte de este 2021?
Y como no podía ser de otro modo, el destino elegido fue Castelló d’Empuries, desde cuya oficina de turismo nos recomendaron realizar un paseo panorámico por sus calles e ir ubicando los edificios más significativos, ya que ir acompañados por Kara no nos permitió entrar en la mayoría.
No obstante, también nos animaron a acercarnos a les Sitges de Mas Matà, unos antiguos silos arroceros que actualmente ya no se utilizan como tales, y a los que se puede acceder y subir a su parte superior para observar pájaros, al encontrarse dentro del Parc Natural dels Aigüamolls de l’Empordà.
Dado que ya empezaba a oscurecer cuando llegamos tuvimos poco tiempo para visitar todo el espacio con tranquilidad. Por lo que tenemos claro que regresaremos para pasear y visitarlas con más calma, así como para poder recorrer con más calma algunos de los pueblos que nos cruzamos por el camino.
En resumen, el año empezó -y acaba- con pandemia, con confinamiento municipal y comarcal. Sin embargo, este 2021 nos ha dado pie a poder recorrer una buena parte de nuestro territorio más próximo que hace tiempo teníamos pendiente de explorar, así como la posibilidad de disponer de un cuartel general en una impresionante zona de Girona, que nos ha facilitado nuestro objetivo.
La agenda de escapadas 2022 ya la tenemos a punto de estrenar…