La agenda de esta semana no me ha dejado demasiado tiempo para crear nuevo contenido, y he tenido que improvisar. Y qué mejor manera para hacerlo que recuperando el curioso descubrimiento que supuso la ciudad de Baarle.
Sí, Baarle, esa localidad belga-neerlandesa, repartida entre estos dos países europeos, como bien queda marcado por la línea de frontera que encontrarás «dibujada» por buena parte de sus calles… Y que, incluso, la podrás ver en el interior de algún que otro comercio.
Baarle, ciudad de frontera
En principio, Baarle tiene poco que ofrecer desde el punto de vista turístico. Pero es evidente que su ubicación en tierras neerlandesas, pero con una buena parte de su extensión bajo soberanía belga (así como la curiosa manera en que lo han escenificado), hace que sea un lugar que no debes dudar en incluir en una ruta por esa parte del Benelux.
Baarle es una pequeña localidad ubicada en el Noord-Brabant neerlandés (provincia del sur de los Países Bajos), fronteriza con el Vlaams-Brabant (provincia de Flandes), que la historia quiso que quedase dividida en dos municipalidades: Baarle-Hertog (Bélgica) y Baarle-Nassau (Países Bajos).
El sustantivo Brabante deriva de Braecbant. Una palabra formada por braec (que significa «tierra pantanosa») y bant (que significa «regiión»).
Nota de la autora. Fuente: Wikipedia.
Lo más curioso de esa división es que puedes ir saltando de un país a otro a medida que paseas por la ciudad, ya que toda su línea divisoria está perfectamente marcada con adoquines.
El origen de la división fronteriza de Baarle
El origen de esta curiosa situación tiene sus raíces en los pequeños estados medievales que conformaban la zona, que tras la firma de la Paz de Westfalia (primer congreso diplomático de la Edad Moderna) quedaron divididos entre las Províncias Unidas de los Países Bajos y los Países Bajos del Sur. Situación que las casualidades históricas han querido mantener vigente hasta nuestros días.
En la actualidad Baarle-Hertog cuenta con veinticuatro pedazos de terreno -aislados entre sí- dentro de los Países Bajos, que a su vez contienen siete enclaves neerlandeses en su interior, correspondientes a Baarle-Nassau.
La complicación de esta frontera hace que algunas casas y comercios queden divididos entre los dos países, lo que ha llevado a que, a lo largo de la historia, la aplicación de las leyes de cada uno de los países en sus respectivos territorios haya dado lugar a situaciones completamente kafkianas.
Por ejemplo, se ha dado el caso de que restaurantes de la zona holandesa tuviesen que cerrar más temprano que los de zona belga, dando lugar a que las terrazas que ocupaban ambos lados de la frontera tuviesen que vaciar de comensales una parte de las mesas a una hora determinada, mientras que podían continuar atendiendo a los que se encontraban en el resto hasta más tarde.
En resumen, una curiosa historia que no está de más conocer.
Por si os interesa saber más, aquí os enlazo el post Baarle, el pueblo de las mil fronteras, que es de lo más interesante.
Y como el artículo quedaba demasiado escueto, a continuación os incluyo algunas pinceladas culturales, tanto de los Países Bajos como de Bélgica, que nunca está de más conocer.
Respuestas y cotilleos a un quiz sobre los Países Bajos
Tipo de estado y tipo de gobierno
Los Países Bajos son un estado unitario, dividido en doce provincias y diferentes áreas dependientes de ultramar (Curaçao, Aruba, San Martín y las Antillas Neerlandesas). Su forma de gobierno es la monarquía parlamentaria, regulada por una Constitución que data de 1815, aunque enmendada en diferentes ocasiones.
El jefe de gobierno es el Primer Ministro y acostumbra a ser el líder del partido o coalición mayoritaria que gana las elecciones legislativas. Lo elige el Parlamento y lo nombra el Rey.
El Poder Legislativo lo ostentan los Estados Generales (Staten Generaal). Un parlamento bicameral formado por una Cámara Alta o Eerste Kamer y una Cámara Baja o Tweede Kamer. Sus miembros se eligen por sufragio universal directo, por un periodo de cuatro años.
Nombre, capital e idioma oficiales
El nombre oficial es Reino de los Países Bajos (Koninkrijk der Nederlanden). Aunque históricamente se aceptó el uso del nombre de Holanda como imagen de marca, en la actualidad se ha recuperado el de NL Netherlands (en inglés).
La capital oficial del país es Àmsterdam, dignidad que le reconoce la propia Constitución, y La Haya (Den Haag) es la sede gubernamental y el centro administrativo del país. También es donde se encuentra la residencia oficial del jefe de Estado, el palacio de Huis ten Bosch o «Casa de Madera», y su lugar de trabajo, el palacio Noordeinde.
El neerlandés es el idioma oficial del país, aunque también se habla frisón (que procede de la rama occidental de las lenguas germánicas, una lengua próxima al inglés y al escocés), y limburgués, que tiene origen germánico.
El Día del Rey es su fiesta nacional
El día de la fiesta nacional de los Países Bajos, conocida como Koningsdag o Día del Rey, desde 2013 se celebra el 27 de abril.
La tradición de esta celebración la instauró el rey Guillermo III, el día 31 de agosto de 1885, con motivo del quinto aniversario de su hija la princesa heredera Guillermina. Cuando Guillermina se convirtió en reina, se mantuvo la fecha pero se le cambió el nombre, pasando de «Día de la Princesa» a «Día de la Reina». La reina Juliana, su heredera, lo trasladó al día 30 de abril en 1948, fecha que mantendría su hija, la reina Beatrix, en honor a su madre y que coincidía con el día de su investidura como monarca.
Oranje es más que un color. Es el nombre de la Casa Real
Desde 1544, los monarcas holandeses forman parte de la Casa Real de Oranje-Nassau. Es una monarquía hereditaria, y según una enmienda de la Constitución de 1987, el trono pasa a los descendientes legítimos del último monarca, en orden de edad, independientemente del sexo. Ante la extinción de la línea sucesoria, el Parlamento tiene potestad para elegir a un nuevo soberano. El heredero al trono lleva el título nobiliario de Príncipe o Princesa de Oranje.
Los herederos a la corona no pueden renunciar voluntariamente a sus derechos dinásticos y tienen el deber de ejercerlos. También pueden llegar a perderlos, si contraen matrimonio sin la autorización del Parlamento.
Sociedad, folklore y símbolos de identidad
La sociedad neerlandesa es moderna e igualitaria. Son discretos y llanos en el trato, algo conservadores en sus costumbres, y grandes amantes de su país, por lo que son respetuosos con su historia, con su patrimonio y con sus tradiciones. Son claros y directos, muy prácticos y el valor que le dan al tiempo hace que no lo pierdan en detalles superfluos o intrascendentes.
Aparte del folklore relacionado con la imagen de las bicicletas, los molinos de viento, los zuecos o las muchachas rubias con largas trenzas, hay dos elementos que identifican especialmente a los Países Bajos.
Por un lado está el color naranja (oranje) que, como ya he comentado es el nombre de un color relacionado con el linaje de la Casa Real, y se ha convertido en un símbolo de orgullo del país y de ser holandés.
El color naranja se introdujo en la bandera de los Países Bajos en el siglo XVI, homenajeando la figura del príncipe Guillermo III de Orange, quien liberó al país del dominio español. Y, curiosamente, el nombre procede de la ciudad francesa de Orange, de donde es original ese título nobiliario.
Nota de la autora. Fuente: Wikipedia
Por el otro, están los tulipanes. Están considerados la flor nacional del país, a pesar de que tienen un origen foráneo.
Respuestas y cotilleos a un quiz sobre Bélgica
Tipo de estado y tipo de gobierno
El Reino de Bélgica es uno de los seis países que fundaron, en 1951, lo que hoy conocemos como Unión Europea y que, además, es sede de sus principales instituciones.
Es un estado federal asimétrico. Y el único estado federal de Europa que tiene una monarquía parlamentaria como sistema de gobierno.
El poder ejecutivo pertenece al Rey y lo delega en el Primer Ministro. No obstante, y bajo ciertas condiciones, puede intervenir en la formación y dimisión del Gobierno federal. El cargo de Primer Ministro lo suele ocupar el líder del partido más votado en las elecciones legislativas, y es el encargado de formar gobierno, que debe estar integrado por el mismo número de ministros flamencos, que de ministros valones.
El poder legislativo a nivel federal lo ostenta la Chambre des Representants o Kamer van Volksvertegenwoordigers.
La Constitución que rige en el país es originaria de 1831, aunque se ha revisado y enmendado en diferentes ocasiones, como por ejemplo en 1991 para abolir la diferencia de sexos en la línea de sucesión al trono, en base a la política de igualdad promovida por la Unión Europea (cosa que en España todavía no ha ocurrido), y en 1993 para reconocer el estado federal actual.
Además de las funciones simbólicas y representativas, el rey es quien firma las leyes, y no se puede negar a ello. Esta “obligatoriedad”, trajo mucha polémica en 1990 cuando el rey Balduino, alegando profundas convicciones cristianas se negó a sancionar la ampliación de los supuestos legales del aborto. Para poder aprobar la ley se optó por una solución de compromiso. En base al artículo 82 de la Constitución, el rey abdicó y el Gobierno tomó la Regencia para sancionar la ley. Al día siguiente, el Parlamento belga, por 245 votos a favor y 93 abstenciones, declaró a Balduino nuevamente rey de los belgas.
Nota de la autora
Nombre, capital e idiomas oficiales
El nombre oficial del país es el de Reino de Bélgica (Royaume de Belgique, en francés, y Koninkrijk Belgie en flamenco).
La capital del país es Bruselas, que tiene entidad de región propia, junto a las otras dos que también forman parte de la federación: la región de Flandes y la región de Valonia.
En el país se hablan tres idiomas oficiales: el neerlandés o flamenco por un 60% de la población (principalmente en la región de Flandes), el francés por un 40 % de la población (en la región de Valonia) y el alemán por un escaso 1% (dentro de un estrecho territorio de la región de Valonia, fronterizo con la República Federal Alemana).
La Fiesta Nacional y la Casa Sachsen-Coburg und Gotha
La Fiesta Nacional se celebra el 21 de julio. Y conmemora la jura de la Constitución por el recién ascendido al trono, Rey Leopoldo I, en 1831 tras independizarse de los Países Bajos, de los que había formado parte desde el siglo XIV, bajo el Ducado de Borgoña y el reinado de los Habsburgo.
La Casa Real de Bélgica es la Casa alemana Sachsen-Coburg (Maison de Saxe-Cobourg, en francés; Huis Saksen-Coburg, en neerlandés), por lo que mantiene raíces familiares con la monarquía británica y las antiguas monarquías de Bulgaria y Portugal.
Y ¿por qué una casa ducal alemana se hizo con la corona belga?
En 1831, para desvincular al nuevo reino de la Casa de Orange, el Congreso Belga ofreció la corona, en primer lugar, al hijo del rey de Francia, que la rechazó para evitar problemas con Inglaterra.
A continuación, se la ofrecieron al príncipe alemán Léopold de Sachsen-Coburg und Gotha, que había estado casado con la princesa Charlotte de Gales, hija del Príncipe Regente del Reino Unido (futuro rey George IV) y heredera al trono británico, pero de la que había enviudado sin descendencia. Quién sí que aceptó.
La capital de Europa o el hub europeo de las relaciones internacionales
Bélgica se puede definir como el hub europeo de las relaciones internacionales. Es la sede oficial de las instituciones de la UE: el Consejo Europeo, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo (aunque las sesiones plenarias también se realizan en Estrasburgo), del Comité Económico y Social Europeo y del Comité de las Regiones y de la OTAN, por lo que existen muchísimas misiones diplomáticas bilaterales y multilaterales.
Esta múltiple variedad de misiones diplomáticas obliga, irremediablemente, a la interacción continuada del protocolo oficial y el protocolo diplomático e internacional.
Sociedad y diferencias lingüísticas
Como la mayoría de los centroeuropeos son personas eminentemente prácticas, poco dadas a las bromas y a perder el tiempo con temas fuera de programa.
Y, recuperando el tema de las diferencias entre las comunidades lingüísticas, hay que puntualizar que es recomendable utilizar el neerlandés o el inglés en Flandes, y dejar el francés para las zonas francófonas.
Si oyes hablar de Bélgica ¿qué te viene a la cabeza?
Evidentemente, y no me lo niegues: los gofres (que curiosamente son originarios de Brabante), la cerveza (alrededor de 600 tipos diferentes), los moules-frites, los pralinés (¿Godiva, Leonidas, Cöte d’Or o Neuhaus?… ¿cuáles te gustan más?). Y, evidentemente: Tintín, Milú y el capitán Haddock.
Nota: Artículo revisado y ampliado. Publicado inicialmente, el 25 de mayo de 2023.
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