Aunque tenía la intención de publicar este post dedicado a Antoni Gaudí antes de que finalizase el mes de junio, no ha podido ser. ¿Y por qué publicarlo en junio? Pues porque el mes de junio fue el mes que lo vio nacer (25 de junio de 1852), y que lo vio pasar a la inmortalidad (10 de junio de 1926). Y también junio ha sido el mes en que he visitado el Gaudí Exhibition Center por primera vez. Una visita que me ha sorprendido gratamente, tanto por el contenido, como por el hilo argumental del museo -el Antoni Gaudí más técnico-.
La casualidad ha querido que este pasado fin de semana coincidiese en una celebración familiar con un matrimonio estadounidense que, entre las visitas que habían hecho en Barcelona, se incluía una al Gaudí Exhibition Center. Lo más sorprendente del caso es que cuando lo comentaban, ninguno de los barceloneses que estaban presentes en la charla sabían de qué lugar se trataba.
¿Extraño? Pues no. En Barcelona todavía tenemos muchos lugares desconocidos para los propios barceloneses y barcelonesas. Y resulta que el Gaudí Exhibition Center, a pesar de su interés, es un lugar que nos queda por descubrir a la mayoría.
La creatividad de un genio
Hablar de Gaudí nos obliga a hablar de creatividad, de técnica y de ingenio.
Es evidente que Barcelona es gaudiniana. Imposible negarlo. Tenemos importantes muestras de su obra por diferentes partes de la ciudad. Podemos observar sus fachadas, pasear por sus interiores o recorrer sus jardines. Pero detrás de todas esas creaciones que nos dejan maravillados hay toda una técnica arquitectónica, una manera de trabajar, un conjunto de ideas revolucionarias y métodos poco convencionales, adelantados a su época, que si los conocemos, todavía puede hacer que observarla nos pueda parecer mucho más interesante.
Eso es lo que nos ofrece el Gaudi Exhibition Center. Un museo que gira en torno al estudio y explicación de las técnicas gaudinianas, más que en la obra en sí. Para poder verla, solo tenemos que recorrer Barcelona.
A través de una interesante colección de piezas inéditas y documentos originales del arquitecto, la exposición nos invita a sumergirnos en la mente de Gaudí, para poder conocer cómo ideó cada una de sus principales obras.
Tal y como afirmó Elies Rogent, presidente del Tribunal de la Escuela de Arquitectura que otorgó el título de arquitecto a Gaudí: «Hoy hemos dado el título a un genio o a un loco. El tiempo lo dirá». Y el Gaudí Exhibition Center nos ayuda a concretar la respuesta.
El proyecto museistico
El museo te ofrece la posibilidad de entender más fácilmente la obra de Gaudí sin necesidad de ser ningún experto. Te invita a hacer un recorrido por su proceso creativo a través de documentos, diseños, planos, dibujos, documentos y maquetas, que el arquitecto usó para llevar a cabo sus creaciones.
Según dijo el propio Gaudí: «El arquitecto es el hombre sintético, el que es capaz de ver las cosas en conjunto antes de que estén hechas». Y eso es lo que te muestran en Gaudí Exhibiton Center. Cada una de sus obras tal y como las ideó, antes de que se llevasen a efecto.
Especialmente interesante la exposición de maquetas, entre las que me llamó poderosamente la atención una de lo que hubiese sido la espectacular Iglesia de la Colonia Güell, si no se hubiese quedado solo en una impresionante Cripta. Una maqueta que nos muestra el templo acabado, tal como lo ideó Gaudí, y que me dio la impresión de «una pequeña Sagrada Familia». Mucho más pequeña evidentemente, pero no menos espectacular.
La exposición, que te lleva a recorrer las tres plantas del edificio, además de los objetos expuestos y sus correspondientes carteles explicativos, se complementa con diferentes audiovisuales y espacios multimedia, además de ofrecerte la posibilidad de acabar el recorrido con una experiencia de realidad virtual en 360º.
La creación del Gaudí Exhibition Center nació de un acuerdo entre el Museu Diocesano de Barcelona y Gaudí Exhibition, cuyo objetivo es crear un centro museístico internacional dedicado a Antoni Gaudí, un espacio original y único. Que además ya se ha convertido en una parada imperdible de la ruta del modernismo, que ya recibe visitantes de todas las partes del mundo.
Detrás de este proyecto museistico está el Museu Diocesà de Barcelona, Molines Patrimonis y The Gaudi Research Institute. Esta última institución como asesor científico.
La exposición, que está dividida en cuatro ámbitos diferentes, incluye algunas piezas procedentes del Museu Diocesà de Barcelona que se muestran como ejemplo de influencias de otros estilos artísticos que pudieron inspirar a Gaudí.
El edificio: La Pia Almoina
Que se trate sobre modernismo en el interior de un edificio de estilo gótico puede chocar a los visitantes. De hecho más de uno se plantea lo acertado o no de la elección. Eso es lo primero que te planteas cuando accedes al edifico del museo: La Pia Almoina.
Personalmente considero que se puede desligar perfectamente lo uno de lo otro. Y que disfrutar de la exposición recorriendo un edificio tan emblemático de Barcelona le otorga cierta solemnidad. Además debemos pensar que dada la Fe de Antoni Gaudí, quizás el mismo arquitecto hubiese dado su VºBº al lugar.
La casa de la Pia Almoina, conocida también como la Canonja por haber sido residencia de los canónigos de la Catedral, fue la sede de una institución benéfica creada en 1009 que se dedicaba al mantenimiento diario de los pobres de la ciudad. El edificio primitivo, construido junto a la muralla romana de Barcelona, fue derribado en el siglo XV y se construyó el edificio actual, que fue modificado y ampliado.
En la actualidad, el edificio consta de dos cuerpos -uno gótico y otro renacentista-, y está declarado Bien Cultural de Interés Nacional. De la construcción primitiva se conservan los restos de una torre de la muralla romana, así como un capitel prerrománico, que se pueden ver durante la visita.
Caleidoscopios gigantes
Dos de los elementos que más sorprenden a los visitantes -y que son objeto de más fotografías- son los dos caleidoscopios gigantes que hay al inicio y al final de la exposición.
El primero juega con los efectos ópticos que producen las propias construcciones de Gaudí (la Pedrera, la Casa Batlló, el Park Güell, la Sagrada Familia…). Y el segundo -mayor que el primero- lo hace con imágenes de diferentes edificios de la Barcelona más actual, creaciones de arquitectos a los que Gaudí abrió el camino.
Gaudí Exhibiton Center
Pla de la Seu, 7
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