Quién no ha pasado frente al edificio de la Facultat de Nàutica y se ha preguntado: ¿Cómo debe ser su interior? La verdad es que es un edificio de Barcelona “que siempre ha estado ahí”, pero que muchos no saben realmente que hay en su interior. Un edificio que parece puesto ex profeso para separar Pla de Palau de la Barceloneta. ¿A que sí?
De hecho está ubicado sobre el mismo espacio donde estuvo el Portal de Mar (una de las puertas de acceso a la Barcelona amurallada), por lo que sin quererlo, sí que visualmente vuelve a hacer más o menos esa función.
Aunque su fachada principal está de espaldas al mar, ya que se abre a Pla de Palau, es un edificio en el que, si accedes al interior, constatarás inevitables guiños al mar. De hecho todo él “hace olor a mar”.
Una escuela con 248 años de historia
La Facultat de Nàutica tiene una larga historia, que de aquí dos años cumplirá su 250º aniversario. Se creó en 1769, a propuesta de la Junta de Comerç (Reial Junta Particular de Comerç de Barcelona) y es la facultad de estudios técnicos más antigua de Cataluña y la segunda de España, con el orgullo de haber llevado a cabo su labor de manera continuada desde su creación. Solamente se constatan algunos altos y bajos durante la época de la Guerra del Francès, cuando su director y algunos de sus estudiantes enarbolaron la bandera corsa y se embarcaron para luchar contra el invasor francés.
El motivo de su creación fue fomentar la formación en conocimientos prácticos de náutica para pilotos de barcos mercantes y así favorecer la navegación, en una época en que el comercio marítimo empezaba de nuevo a florecer. Una escuela que se fundó con el beneplácito real del monarca de por aquel entonces, Carlos III.
Desde su fundación hasta 1932 ha sido una escuela con “sede viajera”. De un piso de la Barceloneta, pasó al carrer del Carme (periodo adscrito a la UB). Se mudó seguidamente a la Baixada de Viladecols, y posteriormente al primer piso de la propia de la propia Llotja de Mar (entidad promotora de su creación), para acabar en los dos pisos que hay sobre el Restaurant 7 Portes, en els Porxos d’en Xifré, desde donde se trasladaría a su sede definitiva, una vez acabadas las obras del nuevo edificio de Pla de Palau.
El edificio de Pla de Palau
El proyecto del edificio se inició a finales del siglo XIX, pero no se llevó a la práctica hasta la década de los treinta. Se inauguró en 1932, tal y como consta en la espectacular vidriera multicolor que preside la escalera de honor del edificio.
Es obra de los arquitectos municipales Adolf Florensa y Josep Vilaseca. Su estilo neoclásico –que contrasta con las construcciones de principios de los años 30- se justifica en que se trató de seguir con la coherencia arquitectónica de los otros edificios de la zona (els Porxos d’En Xifré, la Llotja de Mar o el Palau de la Duana).
Las columnas de la entrada se explican a partir de tres hipótesis. La primera dice que quieren recordar el antiguo Portal de Mar. La segunda, que imitan la fachada de la propia Llotja de Mar –sede de la entidad promotora de la creación de la facultad-. Y la tercera, y más curiosa, establece que el director de aquella época, Ramon Bullón, original de Salamanca, influyó en el diseño inspirado en la Escuela de Filosofía de la Universidad de su ciudad natal (Palacio de Anaya). Sin embargo, solo son especulaciones.
El proyecto inicial constaba de tres módulos pero finalmente, por temas presupuestarios, solo se pudo edificar el cuerpo central, que todavía hoy se conserva. Curiosamente, la estructura es prácticamente la inicial dado que durante la Guerra Civil –a pesar de su ubicación al lado del puerto- no sufrió daños estructurales, solamente algunos desperfectos.
En el interior, todavía se conservan con su aspecto original tanto la Sala de Actos (Aula Magna) y la Sala de Juntas, donde están los retratos de los directores que han dirigido la Escuela desde su fundación.
La Universidad del Mar
La inauguración del edificio coincidió prácticamente en el tiempo con la creación del Institut Nàutic de la Mediterrània, un proyecto de 1929 con el que se quiso convertir la Escuela Náutica en una Universidad del Mar. Además de la Escuela de Náutica (dedicada a la formación de pilotos y oficiales de máquinas) y de destinar espacios para la formación profesional, en el nuevo edificio se instaló una biblioteca especializada, un museo naval y la sede central del Asilo Naval para huérfanos de marinos que ya existía en Barcelona desde la segunda mitad del siglo XIX. El primer director del Instituto fue Francesc Condeminas Mascaró, naviero y uno de los propietarios del edificio Condeminas que todavía hoy en día está en Passeig Colom.
Durante la Guerra Civil, para evitar que el edificio de les Drassanes se usase con fines diferentes a los culturales, se trasladó allí el fondo expositivo del museo de Pla de Palau, lo que dio origen al actual Museu Marítim de Barcelona. Muchas de las piezas expuestas todavía llevan el sello del Institut Nàutic de la Mediterrània.
La maqueta del San Carlos
Uno de los símbolos de la Escuela de Náutica es la maqueta del galeón que se exhibe en su vestíbulo, espacio que se diseñó ex profeso pensando en ella. Se trata de la maqueta más grande de un barco que se conserva fuera de un museo (¿¿3,7 metros de eslora, 0,6 de manga y 0,48 de puntal??). ¡Realmente espectacular!
Se trata de la maqueta del Galeón San Carlos, mandada construir en 1769 a la naviera Josep Pedra, a propuesta del propio fundador de la Escuela de Náutica, Sinibald de Mas. ¿Su finalidad? Puramente docente. Para que los alumnos de la escuela pudiesen aprender tanto el funcionamiento de un barco, como terminología propia del mismo.
En la actualidad la nave se expone sin las velas (por temas de logística de la Escuela), y los cañones originales de bronce se han sustituido por unos de madera. Resulta que de los de bronce (de los que solo se conservan dos en el museo) resultaron ser una pieza demasiado golosa para “coleccionistas de recuerdos sin excesivos escrúpulos”.
A pesar de ello, la maqueta sigue transmitiendo un total esplendor.
Una clase práctica en el planetario
Una de las joyas de la Facultat de Nàutica es su planetario. Construido en 1948, es el más antiguo de Barcelona. Representa el hemisferio norte y puede llegar a representar hasta 6000 estrellas. Que te inviten a participar en una clase práctica de su funcionamiento es todo un honor.
Su función es puramente docente. Como nos explican, los estudiantes que se quieren especializar en navegación, además de estudiar Matemáticas 1, Matemáticas 2 y Matemáticas 3… #OMG… tienen que formarse en trigonometría esférica. ¡Imprescindible saber hacer cálculos de navegación astronómica con triángulos esféricos! De ahí la importancia del planetario en la Facultad.
En la clase práctica nos sitúan a 41º de latitud, bajo el cielo de Barcelona, para mostrarnos la Osa Mayor y como, a partir de su ubicación, podemos localizar la Estrella polar, que siempre nos indicará donde está el norte. También podemos ver el Cinturón de Orión, constelación fácil de localizar a simple vista cuando el cielo está despejado, sin excesiva contaminación lumínica. Y una mención especial a Sirius, una de las estrellas más importantes para los marinos, ya que por ser la más brillante, es la primera que se localiza al anochecer.
En definitiva, imprescindible saber reconocer los puntos de referencia para orientarse en el mar. Incluso hoy en día –época de GPS, radares, sondas…-, los sextantes continúan siendo obligatorios entre los aparejos que se deben llevar en el puente de mando.
Algunas curiosidades
Darte un paseo por el interior de la Facultat de Nàutica te hará pensar inevitablemente, en el mar. La barandilla de los balcones abiertos al vestíbulo principal podría ser perfectamente comparable a la de los de un trasatlántico de época. Las ventanas que dan luz a las escaleras de servicio recuerdan perfectamente lo que podría ser un ojo de buey de un barco. Hasta la cigala que corona uno de los pararrayos de la terraza superior son un guiño al mar.
El Aula Magna lleva el nombre del fundador de la Escuela, Sinibald de Mas, y entre los objetos de su decoración destacan especialmente las espectaculares lámparas de araña. En una de sus paredes está el escudo de la Facultat, un escudo ovalado cuarterado, con la bandera de la provincia marítima de Barcelona, un ancla (que representa la navegación), una hélice (que representa la ingeniera naval) y la bandera de Barcelona. Al pie tres ceñidores de azur (que representan el mar). En bordura el nombre original de la Escuela de Náutica y el año de su fundación. El escudo está timbrado con una corona ducal.
El fondo de la biblioteca cuenta con 1750 cartas náuticas y una de sus joyas es un derrotero de 1780.
Vocabulario para principiantes
Haber estudiado protocolo asociado a las banderas permite que algunos términos marineros nos puedan haber empezado a ser familiares. Por ejemplo: proa (parte delantera de la nave, con la cual corta las aguas), popa (parte posterior de una embarcación), estribor (costado derecho de un barco), babor (costado izquierdo de un barco), mástil (palo situado en la parte posterior de la embarcación) o pico del palo mayor (percha alta situada en el palo más alto del buque y que sostiene la vela principal).
Tras una visita a la Facultat de Nàutica, tu vocabulario náutico puede complementarse con palabras como eslora, manga, calado, obra viva, obra muerta, derrota, rumbo, escalera de gato o TEU…
- Eslora: medida de la embarcación de proa a popa.
- Manga: medida de la embarcación de estribor a babor.
- Calado: distancia vertical entre la línea de flotación y la quilla.
- Obra viva: superficie sumergida del casco de un buque.
- Obra muerta: parte del casco que está fuera del agua de manera permanente.
- Derrota: itinerario marcado entre un punto de inicio y un punto de destino de la navegación. Puede ser ortodrómica o loxodrómica (aunque eso ya excede a los conocimientos adquiridos)… Tampoco hay que confundirla con el rumbo y la trayectoria.
- Escala de gato: Escalera de fibra y madera por la que acceden los prácticos a un buque.
- TEU (twenty-foot equivalent unit): Palabra técnica con la que se denominan los contenedores en el mundo portuario y naval.
Programa de la Facultat de Náutica
Durante su historia la Escuela ha dependido de diferentes organismos. Actualmente está adscrita a la Universitat Politècnica de Catalunya. Dentro del programa de estudios ofrecen tres titulaciones de grado y tres másteres, que cubren desde la formación de los que operan los barcos hasta los que los diseñan.
Su oferta inicial (1769) fue la de formar pilotos y capitanes de la marina mercante. En 1912-1913 incorporó los estudios de máquinas y oficiales de máquinas. En 1995 amplió la oferta con ingeniería naval. De ahí que su oferta formativa englobe tanto las funciones que se realizan en el interior y en el exterior de un barco como en los propios puertos, controlando maniobras de carga y descarga o de atraque o desatraque.
Esa evolución de la oferta académica es una señal de que siempre ha sido una Escuela viva, que se ha ido adaptando a las necesidades formativas de cada momento, a la vez que ha ido ampliando su oferta.
Facultat de Nàutica de Barcelona
Pla de Palau, 18
