Mi particular cuento de Navidad
Hoy se ha levantado un día extremadamente azul en Barcelona. Como cada mañana, cuando he conectado la radio para escuchar las noticias, nuestra meteoróloga de cabecera nos ha prometido un día soleado y de temperaturas más altas de lo normal para celebrar la llegada del invierno. Como viene siendo habitual en Barcelona durante los últimos años, el 21 de diciembre suele ser un día más otoñal que invernal, por no calificarlo de primaveral, ya que sería demasiado osado.
Después de un rápido desayuno, y con mi máquina de fotos en la mochila, he puesto rumbo a Barcelona. Hoy me esperaba un día de trabajo y de muchas sorpresas recorriendo la ciudad.
Como ya he comentado, el cielo de Barcelona resplandecía con un azul intenso. Supongo que la constante lluvia de los últimos días algo habrá tenido que ver.
Una vez fuera de los ferrocarriles e iniciado el camino por Passeig de Gràcia rumbo al centro de la ciudad, algo me ha llamado poderosamente la atención. ¿Qué le pasa a la fachada de la Casa del Dragón? -me he preguntado. ¿Puede ser cierto lo que ven mis ojos? ¿Está completamente nevada a pesar del espléndido día que hace en Barcelona? ¿O es solo efecto de mi imaginación?
Llegada frente a la fachada, me he parado y me he frotado los ojos para comprobar que no era una alucinación lo que veía ante mi. ¡Sí, es cierto! Grandes copos de nieve cubren todos los rincones de la fachada y hasta parece que caen sobre nosotros si te aproximas.
Las máscaras de los balcones parece que han cobrado vida, y sonríen burlonas ante las caras de sorpresa de los viandantes que se paran a observar. És sorprenent! ¿Debe ser un truco de magia? Oh my God! son algunas de las exclamaciones que se oyen, entre los clicks de fotografía tras fotografía. Las cámaras de los móviles no paran de inmortalizar el sorprendente espectáculo. Los selfies están a la orden del día.
La curiosidad me vence, y no me puedo resistir a entrar en el interior. Alguien ha dicho que dentro está nevando. ¿Será posible? Es cuestión de ir a comprobarlo.
Desde el vestíbulo subo hacia la planta noble. Un silencio extraño me envuelve. Solo percibo un ligero susurro que se oye de fondo. ¿Será posible que sea verdad? Entro en las habitaciones, y una tras otra empiezo a buscar. ¿Qué es lo que estará pasando?
De pronto, miro por una de las ventanas que da a los patios de luces. Et voilà! ¡No me lo puedo creer! Sí, es cierto. ¡Está nevando!
Una lluvia de copos de nieve cae silenciosamente ante mí. De manera ligera, pero constante. ¿Sabes esa sensación de calidez y tranquilidad que se siente cuando ves nevar desde una ventana? Así es como me siento observando el espectáculo. Porque realmente, es un verdadero espectáculo.
Una vez más, la magia de la Casa del Dragón ha funcionado y ha hecho posible lo imposible.
Have a snowy day!
Siguiendo con sus campañas originales y solidarias, Casa Batlló nos vuelve a sorprender. Si en Sant Jordi consiguieron que la fachada de la Casa del Dragón se llenase de rosas solidarias, y nadie se quedase impasible ante la impactante imagen, esta vez la encargada de conseguirlo será la magia de la Navidad.
¿Y cómo se llevará a cabo? Pues cubriendo la fachada con más de 6000 copos de nieve simulados (donde hay una buena dosis de trabajo e ingenio en su diseño) y haciendo que, plásticamente, nieve en el interior. Con la finalidad única de que sean muchos los que vengan a ver el espectáculo y participen en la campaña #Haveasnowyday.
En esta ocasión el objetivo es ayudar a conseguir que en Aldees Infantils SOS Catalunya se pueda llevar a la práctica el sueño de unos jóvenes de la Fundación, que sueñan con crear un taller de robótica. Para ello, un porcentaje de las entradas que se vendan, entre el 19 de diciembre y el 9 de enero, irá destinado a ello. Y como la Navidad es mágica, esperamos que ese sueño se convierta en realidad. Y todos podemos colaborar a ello.
Siempre es interesante visitar Casa Batlló. Si es tu primera vez, lo más seguro es que te atrape. Si es la segunda, tercera, cuarta… -en mi caso ya he perdido la cuenta-, seguro que descubrirás algo nuevo que te había pasado desapercibido antes, y que seguro te sorprenderá. Y en esta ocasión –igual que ocurrió en Sant Jordi- la visita tiene ese plus añadido de unir la visita a un escenario mágico con la participación en un proyecto solidario.
«La nieve ha empezado a caer de manera continua en Casa Batlló, y las previsiones metereológicas nos dicen que lo seguirá haciendo, de forma continuada, hasta el próximo día 9 de enero».
Para saber más: