Si preguntas por el Baix Llobregat a personas foráneas a la comarca, seguro que te responderán que es toda la extensión de terreno que hay a ambos lados de la autopista AP-2. De hecho, pocos sabrán decirte cuál es su capital, y mucho menos qué lugares irían a visitar en una ruta turística por la comarca. No obstante, siempre es posible que alguien te mencione la Colonia Güell…
Pues bien, una zona de origen agrícola y ganadero, en la que todavía se producen algunos de los productos estrella de la gastronomía barcelonesa y que en la época de la Revolución Industrial se convirtió en uno de los motores industriales de Cataluña, es un terreno prácticamente desconocido para aquellos que nos gusta dejarnos sorprender durante nuestras rutas y paseos, a pesar de que posee una importante lista de curiosidades, tanto para los apasionados por la historia, como para los amantes de la naturaleza y, por supuesto, para los foodies gastronómicos.
En esta ocasión, dentro del programa de promoción que está llevando a cabo el Consorci de Turisme del Baix Llobregat, han diseñado una innovadora ruta turística tomando como hilo conductor el recorrido del TramBaix, que nos muestra el patrimonio arquitectónico y museístico de los cinco municipios de la comarca por los que pasa: Cornellà, Esplugues, Sant Feliu de Llobregat, Sant Joan Despí y Sant Just Desvern. Una interesante propuesta para escaparte a un salto de Barcelona y descubrir su desconocido patrimonio, con el incentivo de poder disfrutar de descuentos y promociones especiales tanto en las visitas a los museos, como en algunos restaurantes.
Con la finalidad de vivir personalmente esta nueva experiencia, un grupo de los Barcelona Travel Bloggers participamos el pasado domingo en una ruta inaugural que, con dos acompañantes de lujo como fueron Antoni Gaudí y Josep María Jujol, nos llevó a descubrir algunos de los lugares incluidos en los itinerarios.
Salimos de la parada de Francesc Macià (Barcelona) con dirección hacia Sant Joan Despí, [parada Bon Viatge (T1 y T2)], desde donde iniciamos la primera parte de la ruta con un itinerario modernista, visitando dos edificios de los que el arquitecto Josep María Jujol construyó y reformó en el municipio.
Sant Joan Despí
La Torre de la Creu (popularmente conocida como la Casa dels ous, por la cúpulas ovoides que la coronan) fue un proyecto que Jujol realizó por encargo de su tía Josefa Romeu i Grau para usarla como residencia de veraneo, en la que acabaría viviendo largas temporadas dada su proximidad a la estación del ferrocarril. El edificio, totalmente rompedor en el entorno rural de la época, supuso más de una pesadilla a la Sra. Romeu ya que explican que, como le ocurrió a Roser Segimon con la Casa Milà, también tuvo serias dificultades para amueblarla dada la curvatura de las paredes. Junto a la Torre de la Creu vimos otros dos edificios modernistas con curiosos decorados de cerámica, piedras y trencadís. Són la Vil·la Elena y la Vil·la José, obras de Josep Maria Anzizu i Morell.
Nuestro siguiente destino fue Can Negre, una antigua masía rural del siglo XVII que Jujol reformó (entre los años 1915 y 1930) con el objetivo de convertirla en una casa aristocrática que quedase integrada en el nuevo entorno urbano de la población. El resultado, aún hoy, sigue llamando poderosamente la atención por su espectacularidad.
La casa posee interesantes singularidades tanto en el exterior como en el interior, y es especialmente recomendable dedicar unos minutos a observar detalladamente la fachada, transformada en una especie de retablo dedicado a la Virgen María, donde se puede leer “ave gratia plena dominus tecum” a la altura de les golfes (buhardilla) y en la que destaca poderosamente la tribuna central, que recuerda a un carruaje al más puro estilo Disney. Tanto dentro como fuera se puede ver una excelente combinación de esgrafiados, trencadís, yeso, madera e hierro. Tal y como se puede leer en una placa de la entrada, la familia Negre cedió la masía para uso público, y actualmente es un espacio cultural donde está la sede del Centre Jujol.
Por cierto, no te debes marchar de Sant Joan Despí sin degustar su postre típico: unas pastas elaboradas con esencia de manzana carabruta, una variedad de fruta (tradicional de la zona) que actualmente prácticamente ha desaparecido.
De regreso a la parada del Tram, tomamos nuevamente el tranvía con destino a Esplugues de Llobregat [parada Pont d’Esplugues (T1, T2 y T3)], donde iniciamos nuestra segunda etapa de la ruta.
Esplugues de Llobregat
Esplugues de Llobregat, conocida antiguamente como Santa Maria Magdalena de Esplugues, es el municipio más pequeño de toda la comarca del Baix Llobregat a la que se reincorporó en 1989, después de haber formado parte del Barcelonés desde 1936. La ruta nos llevó a visitar los dos centros museísticos por excelencia de la ciudad: el Museu La Rajoleta, ubicada en la antigua Fábrica Pujol i Bausis (uno de los centros de producción de cerámica más importantes del modernismo) y el Museu Can Tinturé, primer museo monográfico dedicado a la cerámica de muestra del mundo.
A continuación, entramos en el claustro “viajero” -trasladado piedra a piedra desde Barcelona- del Monasterio de Santa Maria de Montsió, un convento de clausura de las monjas dominicas construído junto a la masía de Can Casanovas (originaria del siglo XVI) y reformada por Antoni Mª Gallissà en 1902. A la salida, nos fuimos a recorrer a pie una parte del núcleo antiguo de la ciudad, considerado único en el Baix Llobregat, que nos llevó por la iglesia de Santa Magdalena, la masía de Can Cortada (en la que vivió el Baró de Maldà), el taller-estudio del escultor Xavier Corberó (que sirvió de plató para rodar algunas escenas de Vicky Cristina Barcelona) y que acabó en el Parc dels Torrents, una de las zonas verdes más bonitas de la ciudad.
Por cierto, en determinadas partes del recorrido llama la atención diversas siluetas de manos gigantescas grabadas en el empedrado. Según nos explicaron existen varias hipótesis sobre su significado y el origen de su relación con la ciudad, lo que sí que está claro es que es el símbolo heráldico de Esplugues y que se han elegido para señalizar el recorrido de la ruta histórica a los visitantes.
Regresamos de nuevo a la parada del Tram para que nos llevase a nuestros últimos destinos de la ruta, en el municipio de Sant Just Desvern [parada Walden (T3)].
Sant Just Desvern
Nuestra primera visita fue al emblemático Walden 7, donde pudimos recorrer el interior de un edificio diferente a los que lo rodean y que no deja de llamar la atención por tratarse de un monumental laberinto vertical, de 40 metros de altura, tal y como se puede comprobar dirigiendo la vista hacia arriba desde cualquiera de sus siete patios interiores. Su historia de éxitos y fracasos no ha impedido que se haya acabado convirtiendo en todo un referente de la arquitectura experimental.
A continuación, ascendimos a 105 metros de altura en el mirador colindante, desde donde pudimos disfrutar de unas excelentes vistas panorámicas sobre buena parte del Baix Llobregat, y desde donde se pueden apreciar las terrazas superiores y las dos piscinas del Walden (la del sol y la de la luna), que se idearon como depósitos de agua antiincendios, dada la monumentalidad del edificio.
El Mirador de la Ximeneia, como su nombre indica, está situado en la parte superior de la chimenea de la antigua fábrica de cemento Sanson, que en su día llegó a ser la chimenea de hormigón más alta de Europa, aunque actualmente haya perdido algunos metros de altura debido al desgaste y al deterioro que sufrieron los restos de la fábrica antes de su recuperación. La columna, rodeada de jardines en su base, además del mirador en la parte superior cuenta con una discoteca en el subsuelo (donde habían estado los silos de la antigua fábrica), y con un restaurante de paredes acristaladas, situado en un anillo metálico a media altura de la chimenea, a donde fuimos para poner punto y final a la ruta, frente a una muestra gastronómica de exquisitas tapas elaboradas por la firma Cubat, con una selección de productos procedentes del Parc Agrari del Baix Llobregat, entre los que no faltaron ni croquetas de alcachofas del Prat, ni una fondue de chocolate con cerezas del Baix Llobregat.
En resumen, fue una mañana de interesantes y sorprendentes descubrimientos a través de una ruta ideal para singles, parejas o familias, que puede ser una buena opción para realizar cualquier fin de semana o para incluirla en la agenda de novedades para estas próximas vacaciones.
Para saber más:
Ruta del Tram
Turisme del Baix Llobregat
El Mirador
Hola! Perdona, la casa estudio de Xavier Corbero se puede visitar? Soy arquitecta y me interesaría mucho ir.
Muchas gracias!
Hola Cristina.
La verdad es que desconocemos si es un lugar abierto al público en general o no. Quizás tendrías que contactar con el Consorci de Turisme del Baix Llobregat, donde te puedan dar esa información.
turisme@elbaixllobregat.cat
Teléfono 936852400
Un saludo,
Conxita
¿Golfas? ¿En serio? En todo caso la buhardilla…
Muchísimas gracias, David, por tu rectificación. La verdad es que tendría que poner «les golfes» en cursiva, cosa que ya hemos modificado. Un saludo.