Una vez más tengo que reconocer que en CaixaForum lo han bordado. Su apuesta por acercar al público el arte en general, y el contemporáneo en particular, de una manera sencilla y fácil de comprender, sigue su camino ascendente hacia la perfección. En esta ocasión se han centrado en mostrar el poder de la imagen, y cómo la capacidad de saber trabajarla a través de la fotografía puede acabar convirtiéndola en arte en mayúsculas.
Una exposición que hay que ir a ver, ya que resulta sumamente difícil explicarla con palabras. Una exposición que te sorprenderá.
El hilo argumental
Y lo han hecho tomando como hilo argumental la fotografía, y eligiendo de protagonista la obra de uno de los grandes genios creadores del siglo XX: el sorprendentemente maravilloso Philippe Halsman. Fotógrafo estadounidense, de origen letón, que destacó especialmente por sus retratos de personajes famosos, por sus portadas de la revista LIFE y, sin lugar a dudas, por sus obras totalmente surrealistas junto al excéntrico Salvador Dalí, con quien llegó a colaborar durante más de tres décadas.
A través de más de 300 de sus fotografías -en los diferentes formatos en que trabajó (retratos, reportajes, fotografía de moda, desnudos…)-, la exposición construye un relato artístico a partir de diferentes procesos creativos desarrollados en diferentes etapas, incluyendo pruebas y maquetas preparatorias de los trabajos, muchas de ellas inéditas, que han salido a la luz gracias a la colaboración de la propia familia del artista.
Una de las retrospectivas más completas del fotógrafo que se han realizado hasta el momento, entremezclando algunas de sus imágenes más icónicas, con otras totalmente desconocidas.
La exposición
La exposición está dividida en cuatro espacios temáticos que empiezan repasando sus inicios en París, en “París en la década de los Treinta”, y sigue por otros tres, después de dar un salto a los Estados Unidos donde el fotógrafo desarrolló la mayor parte de sus trabajos.
“Retratos” se centra en sus retratos de famosos, destacando especialmente los que le hizo a Marilyn Monroe. “Puestas en escena” gira en torno a la fotografía como una herramienta para dar rienda suelta a la imaginación, y en la que destaca especialmente su curioso proyecto “Jumpology”. Y en último lugar, “Halsman/Dalí”, espacio que recoge una magnífica muestra de la parte más surrealista de su obra, resultado de su colaboración con el genio ampurdanés.
El artista
Filips Halsmann, nacido en Riga (Letonia) en 1906 y de familia judía, en el año 1937 eliminó la última «n» de su apellido y se convirtió en Philippe Halsman, nombre con el que alcanzaría la fama.
La fotografía la entendió como un medio expresivo con el que experimentó toda su vida, dedicando una atención especial a los detalles. Su formación académica como ingeniero eléctrico le ayudó a buscar la perfección técnica en el medio fotográfico, llevándolo incluso a diseñar su propia cámara de doble objetivo para tomar los retratos como él quería. En París llegó a darse de alta en el registro mercantil como “artesano fotógrafo”.
Siempre reconoció el innegable potencial creativo que escondía la imagen y que permanecía sin explorar, opinión que -según nos explican- argumentaba recordando la respuesta que el empresario ruso Serguéi Diáguilev (fundador de los Ballets Rusos) le dio a Jean Cocteau (novelista francés) cuando éste le preguntó qué tenía que hacer para poder colaborar con él. Sencillamente le dijo: «¡Sorpréndeme!», respuesta que la exposición ha tomado prestada como título.
El 5 de octubre de 1941, la revista LIFE, publicó su primera portada “Eye Catcher”, que daría pie a la publicación de un total de 101, lo que lo convertiría en el fotógrafo que más portadas realizó para la revista.
Philippe Halsman. ¡Sorpréndeme!
Av. de Francesc Ferrer i Guàrdia, 6-8
08038 Barcelona
del 15 de julio al 6 de noviembre de 2016