Partiendo de un artículo de opinión que escribí hace un tiempo, a propósito de la campaña que ha lanzado el Ajuntament de Barcelona para concienciarnos de que todos tenemos un papel que jugar ante un problema tan serio como es el de la Violencia de Género, me ha parecido interesante compartirlo en el blog para dejar constancia de mi apoyo a la iniciativa.
Aprovecho para recordar que el próximo 25 de noviembre se celebrará el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Mujeres maltratadas y «machos»
Intolerante, injusto, inaceptable, odioso, absurdo, pero sobretodo preocupante, muy preocupante. Que en España, en lo que va de año, 48 mujeres (a fecha de 21 de noviembre de 2015) hayan perdido la vida a manos de sus parejas y ex parejas nos sitúa en una situación muy agravante en términos de desarrollo social.
Y estas 48 mujeres, que tienen nombres comunes como los de todas nosotras, son la punta de un iceberg al cual se le deben sumar toda la violencia derivada de gritos, insultos, maltratos y violaciones. El número de llamadas registradas en el 016 –número de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género-, en el primer trimestre de 2015, ascendía hasta las 15.642, y el número de denuncias, hasta las 30.293, según datos oficiales del Ministerio de Sanidad y el Consejo General del Poder Judicial. Es obvio, por tanto, que se deben sumar esfuerzos para luchar contra la violencia de género, ahora que la actual legislatura ha supuesto una lamentable regresión que debe ser revertida.
El inicio del período de publicación de los programas electorales de cara a los comicios del próximo 20 de diciembre ofrece una oportunidad para que los partidos propongan medidas e iniciativas. La puesta en marcha de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género aprobada el año 2004 necesita una revisión, ya que pese a los avances que supuso, en los últimos 10 años se han registrado 743 muertes más.
Y los cambios, además de políticos, también tienen que ser sociales. Hay que hacer fuertes a las personas que sufren la violencia, para que sean capaces de salir a la calle a denunciarlo. La vulnerabilidad es parte de la esencia humana pero no hace víctima a nadie. A las mujeres las hace víctimas el sistema y, por ello, se debe ir a la raíz del problema y trabajar para educar desde la igualdad. Es necesaria una mayor implicación por parte de los familiares y amigos, pues la violencia de género nos incumbe a todos.
Solamente la acción de todas las víctimas, familiares y amigos, permitirá, junto con la colaboración de la administración, combatir la situación con mejores resultados que hasta ahora.
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