“Ni los muertos estarán seguros ante el enemigo si éste vence. Y es ese enemigo que no ha cesado de vencer”. Walter Benjamín.
Aunque Portbou no suele ser un lugar habitual en la agenda de los que van a hacer turismo por la Costa Brava, es uno de los lugares que más sentimiento desprenden, no solo por su condición de población de frontera y su papel durante la Guerra Civil, sino porque la casualidad quiso que su historia se uniese a la del filósofo berlinés Walter Benjamin.
Hoy se cumplen 70 años de su muerte (¿suicidio o asesinado?) en esa población del Alt Empordà, huyendo de los nazis camino de América y retenido por las autoridades españolas, y he querido recordar la visita que hice este pasado verano a la población, en la que tuve la oportunidad de recorrer los lugares que forman parte de una ruta urbana que lleva su nombre.
La ruta empieza en la más que famosa estación internacional de ferrocarril, un punto de partida o de llegada de todos los que vienen o van en tren hacia Europa. Como muestra de lo que representó ese lugar durante la Guerra Civil, a la entrada hay una placa que recuerda el discurso que La Pasionaria pronunció durante la despedida a las Brigadas internacionales.
Desde allí, descendiendo por las escaleras que conectan la estación con el centro de la población, vamos hacia el segundo lugar del recorrido, en la calle del Mar. Actualmente se trata de un domicilio particular, pero la placa que hay en la fachada recuerda que allí fue donde Walter Benjamín pasó sus últimas horas de vida, la antigua Fonda Francia.
A continuación hay que dirigirse hacia el passeig de la Sardana, situado frente al mar, desde donde se inicia un recorrido ascendente hacia el cementerio de la población, y que pasa junto al monumento que el escultor Dani Karavan construyó en memoria del filósofo. Dado que la población está situada en una cala rodeada por un terreno accidentado, el ascenso te llevará hasta un magnífico mirador desde el que podrás disfrutar de unas magníficas vistas hacia el pueblo y hacia el mar. El monumento es una sorprendente cavidad en la roca que te lleva directamente hacia el mar… Difícil de explicar, pero que seguro no deja a nadie indiferente.
Ya dentro del cementerio, verás que la tumba del filósofo (que de hecho está vacía dado que sus restos fueron trasladados al osario) está adornada con piedras de diferentes tamaños. Si te preguntas el porqué de ellas, debes saber que dentro de las costumbres judías (religión del pensador), las piedras se colocan como homenaje al difunto y para dejar constancia de haber estado allí, en señal de respeto.
Una vez fuera del cementerio, la ruta urbana se puede transformar en un recorrido por la carretera del exilio, ampliándolo hasta convertirlo en una ruta transfronterera por lugares que te llevan hasta el punto de origen del grupo de refugiados, entre los que estaba el filósofo alemán, la población francesa Banyuls-sur-mer (Banyuls de la Marenda).
Galería fotográfica
Para saber más:
Walter Benjamin Portbou
Encontré entre los documentos de mi abuelo,una cantidad de permisos para salir de Portbou a Marsella y poder evitar el servicio militar entre los años de 1910 y 1912.
De hecho si el hubiera ido a la guerra de Africa,yo no estaría escribiendo ahora esto porque yo no existiría.
Ahora en 2024 iré a Portbou a visitar la tumba del gran Walter Benjamin a quién admiro y leí sus libros, y también intentaré reconstruir la historia de mi abuelo y sus escapadas a Francia.
EL fascismo destruye vidas,pero algunas se salvan
Hola Silvina,
¡Qué historia más bonita! Seguro que te emocionará visitar el lugar tan bonito en donde está enterrado Benjamin y el monumento que tiene dedicado (a pesar de la triste historia que guarda). Sería maravilloso que puedas reconstruir esa historia de tu abuelo. Siempre es muy bonito conocer de dónde venimos y la historia que escribieron nuestros antepasados.
Mil gracias por tu comentario.
Conxita
Me gusto mucho tu post. Me gustaría ir a Portbou y, ahora, después de ler tu relato tengo mas ganas. La historia de Walter Benjamin la conocí en la faculdad y siempre me ha tocado. Beso.
La verdad es que Portbou es un lugar donde se respira la historia, ya que muchas personas tuvieron que pasar por ese pueblo en dramáticas circunstancias, al ser un pueblo de frontera. Realmente vale la pena ir a darse un paseo. Gracias por darte un la visita al post. Besos.