Cuando publiqué el post sobre la ruta por las fuentes modelo Canaletas omití mencionar, de manera involuntaria, la que hay en el Barrio del Bon Pastor. Para saldar la deuda, hoy he tenido la satisfacción de ir a fotografiarla y, aprovechar para callejear por sus aledaños, acompañada de una constante lluvia que ha ido cayendo sobre Barcelona a lo largo de toda la mañana.
De acuerdo a la ley de Murphy, después de varios meses investigando cuántas fuentes modelo Canaletes había repartidas por los barrios de Barcelona y escribir el post, me di cuenta que me había dejado una. Inmediatamente me informé sobre el lugar en el que se encontraba, ¡y cuál fue mi sorpresa! cuando la descubrí justo al lado de un lugar con tanta historia en la ciudad como son “las Casas Baratas” y el Barrio del Bon Pastor.
Barcelona no solo es una ciudad de maravillosas vistas panorámicas, y de basílicas y edificios modernistas iluminados con mil colores. También es una ciudad de barrios periféricos, donde los barceloneses que los habitan se merecen que se hable de ellos. Por ese motivo, y como turista autóctona que soy, no puedo más que dedicarles a todos ellos este post.
El Bon Pastor es uno de los barrios que forman parte del Distrito de Sant Andreu, y las primeras referencias documentales a esta zona datan del siglo XII, y están directamente relacionadas al “Rec Comtal” que llevaba el agua de Montcada hasta el centro de la Barcelona medieval. La zona fue creciendo a partir de principios del siglo XX mediante la creación de barriadas limítrofes (unas situadas en Barcelona y otras en Santa Coloma), que posteriormente se unirían y formarían el barrio que hoy en día conocemos, y que se anexionó definitivamente a Barcelona en el año 1945.
En 1929, con la finalidad de dar vivienda a los chabolistas que se tuvieron que marchar de Montjuic con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona, se construyeron cuatro polígonos de pequeñas casas de una planta en diferentes partes de la ciudad. Uno fue el de la Zona Franca, otro el de Horta, el tercero el del Baró de Viver (barrio gemelo del Bon Pastor) y el cuarto, y el más grande de todos, el del Bon Pastor. Así nacía uno de los puntos más emblemáticos del barrio, que se conocería inicialmente como “Casas Milans del Bosch”, y cuya historia va irremediablemente unida a la del Bon Pastor. Actualmente todavía se conservan algunas islas de esas «Casas Baratas», que permanecen habitadas a pesar de los diferentes proyectos que ha habido para tirarlas abajo.
Otra zona histórica de casas unifamiliares del barrio es la que queda delimitada por las calles de Llinars, Foc Follet, Enric Sanchís y Estadella, y que en mi paseo de hoy creo haber visto algunos restos. El lugar se encuentra muy próximo a la Biblioteca Municipal y al Centro Cívico.
Otro lugar importante a mencionar es la parroquia que le da nombre al barrio, desde que en 1935 el Obispo de Barcelona, Manuel Irurita, se lo inventó al elevar a la categoría de parroquia el templo que se había construido junto a las «Casas Baratas».
Todas las crónicas que he consultado dedican un lugar muy destacado a Mossèn Joan Cortina, conocido por el sobrenombre de “Pare Botella”. Este sacerdote fue el rector de la parroquia desde 1940, y no solo intervino en solucionar problemas de convivencia entre los vecinos, sino que se dedicó a la recogida de botellas de vidrio para conseguir fondos para llevar a cabo su importante obra social. En la restauración de la iglesia, y como homenaje a M. Cortina, se colocó un rosetón diseñado con fragmentos de botellas de cava.
Para quien quiera saber más sobre uno de los barrios obreros y anarquistas por excelencia de la Barcelona de principios del siglo XX, os recomiendo el libro “Can Sala: l’origen industrial del Bon Pastor” del historiador Josep Capsir, en el que nos explica la historia de la primera fábrica que se instaló en la zona en el año 1905, dedicada al blanqueo y a los aprestos, y que fue la que más años permaneció activa, de manera ininterrumpida. “Una fábrica que se convirtió en barrio a la sombra de la Barcelona modernista y del éxodo rural de principios del siglo XX”, tal y como nos explicaba Meritxell M. Pauné en un artículo de La Vanguardia.
Entre otras fábricas emblemáticas que tuvo el barrio está la de la Maquinista Terrestre y Marítima, que también requiere ser mencionada; pero eso ya es otra historia.
Para finalizar, y siguiendo con la dinámica de recomendar el uso del metro para desplazarnos en esta ruta de fuentes, para llegar al Bon Pastor podemos tomar la línea 9 (naranja) o la línea 10 (azul claro) y apearnos en la parada de su mismo nombre: Bon Pastor. El acceso es único y está junto al carrer de Sant Adrià, justo enfrente de la fuente modelo Canaletas que ha originado este post.