Inicio Punto de lectura MI CUENTO DE NAVIDAD

MI CUENTO DE NAVIDAD

La Navidad es una época ideal para recordar y relatar mil historias y mil leyendas. El propio Charles Dickens está considerado como «el hombre que inventó la Navidad» gracias a la fábula que ideó en su archifamosísima novela «Cuento de Navidad» (A Christmas Carol). Muchas de las «tradiciones navideñas de toda la vida» se popularizaron y universalizaron gracias al escritor inglés, especialmente en el mundo anglosajón.

Navidad
Hall del Scottish National Portrait Gallery, Diciembre 2024

Charles Dickens, a través de sus obras, quiso mostrar la Navidad como una época ideada para ser feliz y generoso, saber compartir con los demás y aprender a perdonar.

«Cuando te haces mayor, la Navidad pierde su magia»…

Siempre me habían dicho que cuando te haces mayor la Navidad pierde la magia que te rodea con sus brazos durante la infancia.

En mi caso, tengo que reconocer que algo de pérdida de magia he experimentando, pero sigue siendo una época del año que me hace sentir bien.

Me sigue gustando vestir la casa con adornos rojos, verdes y brillantes. Colocar luces extras para iluminar tanto el interior como el exterior. Programas visitas a cuantos mercadillos navideños me permita mi agenda y mi tiempo. Y pasarme parte del mes de diciembre pensando en qué nuevos platos puedo incluir en los menús navideños para que sentarse en la mesa siga siendo atractiva, a pesar de que el número de comensales se ha ido reduciendo con el tiempo, a la espera de que las nuevas generaciones aporten nuevos miembros…

Mi regalo de esta Navidad. Imagen captada durante los días de visita a Edimburgo de este mes de diciembre

Otra experiencia que no me ha abandonado en Navidad, a pesar del paso de los años, es recuperar aquellas historias que escuché cuando era pequeña, y que marcaron las navidades de mi infancia. Toda una lista de películas y lecturas que en su momento entraron a ese «cajón de los recuerdos navideños» y que siguen ahí. Un conjunto un tanto peculiar, en el que hay un poco de todo, pero algunas vuelven con más fuerza que otras a mi memoria.

De todas ellas, siempre destaco una de las más tiernas que leí en uno de mis primeros libros de lectura, y que recupero cuando me piden que explique «un cuento de Navidad».

La verdad es que me es imposible recordar el título de la obra, pero sí que recuerdo que era un libro que recopilaba varios cuentos, y que formaba parte de la Colección Historias, de la Editorial Bruguera. Unos libros juveniles, que iban intercalando dibujos a modo de cómic entre el relato escrito.

Y como estamos en medio de las fiestas navideñas, y no dispongo de demasiado tiempo para cumplir con el compromiso de publicar mi post de los viernes, aquí os dejo un resumen de esa historia que, además, me va a servir para enviaros los mejores deseos para todos los que os habéis pasado por aquí y le estais dedicando un tiempo a esta lectura. ¡Mil gracias!

Ahí va mi resumen…

«El espíritu de la Navidad llegó en Nochebuena»

Un joven matrimonio de campesinos vivía en una humilde casa, en medio del bosque. La tarde del 24 de diciembre, mientras estaban al lado del fuego que les daba calor y les iluminaba la única estancia de su hogar, oyeron que alguien golpeaba en la puerta de entrada. Era tarde, hacía frío y no esperaban que nadie les fuera a visitar.

El esposo se acercó a la puerta y la abrió. En el postigo había un hombre viejo y harapiento que le preguntó si podía entrar en la casa para resguardarse del frío del exterior. Se había perdido por el bosque, y le era imposible continuar su camino.

Dejar fluir la bondad sin esperar nada a cambio

El joven no dudó en invitarle a entrar y a que se acercase al calor de la lumbre. La joven esposa le dijo que estarían encantados de compartir con él un poco del pan y de la sopa que estaba preparando para su cena de Nochebuena. Y, además, no dudase en poder quedarse allí hasta que amaneciese, para resguardarse del frío nocturno.

Navidad
En la actualidad las mazorcas de maiz son decoraciones ideales para recordar el ambiente campestre debido a su belleza rústica, aunque «poco navideña»… pero ayudan a ilustrar «mi cuento de Navidad»

Habiendo ya anochecido y tras finalizar la austera cena, el vagabundo se dirigió al joven matrimonio que lo había acogido aquella vigilia de Navidad y les entregó una fina rama de avellano. Les dijo: “Cuando empiece a despuntar el alba, tenéis que ir a la leñera y elegir el tronco más grande que encontréis. Golpeadlo con esta vara y vuestras penurias habrán acabado”.

Los jóvenes esposos se miraron extrañados, pensando que la necesidad y el hambre le habrían afectado la razón. Pero no le contradijeron y le dieron las gracias por el regalo.

A la mañana siguiente, se dieron cuenta que el anciano ya no estaba junto a la chimenea donde había dormido, y se extrañaron por su silenciosa marcha.

La recompensa a la bondad humana

Tal y como les había pedido el viejo, y  a pesar de su incredulidad, se fueron hacia la leñera. Eligieron uno de los troncos más grandes y lo golpearon levemente con la vara.

Súbitamente el tronco se partió en dos y en su interior, ante los sorprendidos ojos del matrimonio, aparecieron infinidad de ricos manjares y lujosos presentes que nunca habían soñado poder tocar con sus pobres manos.

En aquel mismo momento, y desde un lugar muy lejano, un anciano vagabundo de blancas barbas, sonrió en su interior…”

Navidad
Bola de Navidad en el mercado navideño de Edimburgo 2024, representando la imagen de Santa Claus… «ese anciano vagabundo de barbas blancas»

Siempre he querido pensar que esa fábula explica el origen del Tió, una de las tradiciones navideñas catalanas más populares, y la escenificación de la manera de obtener los regalos que suelen entregarse en el Día de Navidad. Una tradición que, evidentemente, está directamente relacionada con las costumbres rurales de nuestros ancestros y la especial relación que siempre se ha tenido con la Madre Naturaleza.

Una tradición ancestral, que parece ser muchos han descubierto no hace tantos años…

Bon Nadal | Feliz Navidad | Merry Christmas

Recuerda que la Navidad es un buen momento para reflexionar sobre lo importante de nuestras vidas. Para hacer balances y para crear nuevos propósitos. Un buen momento para saber qué es lo mejor para nuestras vidas y para nuestra felicidad.

Un momento que, como nos mostró Charles Dickens a través de su obra, el espíritu de la Navidad reside en nosotros mismos. Un espíritu que nos ayuda a saber discernir que es lo que nos ayuda a sentirnos bien, rodeados de paz y esperanza.

La Navidad no hay que buscarla en las decoraciones y la fiesta comercial. Hay que buscarla en aquello que nos gusta y nos hace sentir bien.

Mi canción preferida de Navidad. Año 1984.

También te puede interesar:
Barcelona inspira Nadal
De San a Santa y de Claus a Noel

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.