Barcelona, noviembre de 2012. En la calle Joaquim Costa, en pleno barrio antiguo de la ciudad, donde predominan los aromas escatológicos y el color gris de la suciedad, existe una casa encantada donde todo tiene color. Los duendes que la habitan han colocado unos enormes bigotes mágicos en su fachada, que nos marcan en dónde está la entrada, pero que para poder verlos tienes que cumplir con una condición… debes creer en ellos. Lo más habitual es que pasa desapercibida para la mayoría de personas que transitan, arriba y abajo de la calle, sin pararse demasiado a mirar a su alrededor. Si tú sí que crees; puedes pasar…
Nada más poner un pie en la primera sala, te sentirás observado por unos enormes rostros de infinitos colores, que te mirarán desde la pared… son los magos encargados de guardar los secretos que esconde ese lugar… Si no sientes miedo de tan enigmática sensación, y decides seguir avanzando hacia el interior, súbitamente aparecerá un genio, que con su varita mágica te tocará y te invitará a acompañarlo para visitar el sorprendente mundo del Street Art… ¡No lo dudes! ¡Acepta la propuesta, porque te sorprenderá!
Así es como empieza la mágica historia que me he imaginado, a partir de todas las imágenes que nos fueron sorprendiendo a lo largo de una ruta sobre arte urbano que hicimos el pasado fin de semana.
El street art como una expresión artística alternativa
Oir hablar de arte urbano o street art hace que los más puritanos lo relacionamos directamente con la ilegalidad y la subversión, y que lo veamos como algo que utilizan los marginales incívicos para enmarañar el mobiliario urbano. Nunca lo vemos como una vía de expresión artística alternativa.
Para cambiar esa percepción necesitamos de personas que nos ayuden a aprender a observarlo a través de unos ojos que se dejen llevar por las sensaciones que cada obra les provoca, y que no se limiten únicamente a mirarlas y a criticar la forma, sin ver el fondo; como reconozco que he hecho yo hasta este momento.
El street art en época romana
Parece ser que este tipo de arte no es algo nuevo. Según los arqueólogos, ya en época romana existía la costumbre de pintar o esgrafiar improperios, consignas políticas o declaraciones de amor en muros y columnas, para lo que se usaba el latín vulgar, y que se pueden considerar los orígenes de este arte subversivo. En épocas más modernas, eran los piratas y los corsarios quienes acostumbraban a marcar, con sus iniciales o apodos, los lugares que visitaban cuando pisaban tierra.
Algunos ejemplos que vimos durante la ruta me han hecho imaginar cómo serían estas inscripciones.
Un arte y muchas técnicas distintas
Con relación a las técnicas utilizadas, los menos entendimos las relacionamos directamente con el grafiti, pero parece ser que desde los años noventa han ido ampliándose, y a la simple aplicación de aerosol, se ha incorporado la utilización de plantillas, el pegado de carteles y el uso de pegatinas, con la finalidad de reducir drásticamente el tiempo en que el artista debe permanecer en la calle y estar expuesto a ser detectado y multado. Parte del trabajo artístico se realiza en el taller, y en la calle solo hay que adaptarlo y retocarlo.
Así han nacido los cuts, los stencils, las baldosas, los mosaicos, las chapas y los retales, entre otros. Algo que me llamó poderosamente la atención son la infinidad de muñecos de fango repartidos por diferentes fachadas, así como los corazones rotos.
Desde hace algún tiempo, durante mis paseos por Barcelona, tengo por costumbre fotografiar persianas de comercios, pintadas con dibujos relacionados con el producto de su negocio. Según parece eso es arte premeditado y capitalista. Para Chordi, el verdadero arte callejero está en el que es subversivo, rápido, prohibido… El que expresa los sentimientos de sus autores… El que expresa amor, odio, lucha… Aunque a los que como yo, somos más conservadores, nos dé un vuelco el corazón cuando lo vemos como algo que “ensucia la imagen de la ciudad”. Eso sí, nunca debemos confundirlo con el incivismo; porque el incivismo no es arte, es simplemente incivismo.
A la caza de street art por diferentes lugares de Barcelona
Cuando nos proponemos callejear por Barcelona en busca de arte urbano, siempre pensamos que visitar los barrios de Ciutat Vella es lo más indicado para encontrarlo. Nada más lejos de la realidad. Una buena parte de la ruta transcurrió por diferentes puntos del Eixample y del Barrio de Sant Antoni, donde puedo asegurar que vimos algunas de las obras más entrañables, de artistas como C215 y Alice.
En definitiva, y a modo de conclusión, el Street Art te permitirá revivir historias de amor…
Ver películas “Made in USA”
Asustarte con historias de miedo
Viajar por diferentes países del mundo
Hacer un recorrido por el mundo animal
O sencillamente, limitarte a leer mensajes que te pueden llegan hasta el corazón.
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