Kerunta | Tener la oportunidad de residir de manera intermitente en la Platja de Pals nos ha dado la posibilidad de recorrer la zona y de ir descubrimiento lugares interesantes que hasta ahora desconocíamos. Y no solo del Baix Empordà, sino también de las comarcas limítrofes, como es el Gironès y los municipios que lo integran, repletos de riqueza natural, patrimonial, cultural y gastronómica.
Gracias a Turisme Gironès, y a las rutas gratuitas que organiza en temporada baja, hemos aprovechado la ocasión para acercarnos a Sant Julià de Ramis y recorrer un lugar espectacular, que nos ha sorprendido especialmente por lo inesperado. Se trata del antiguo poblado de Kerunta, y que explica el origen íbero de los primeros habitantes de Girona.
Kerunta antes que Gerunda
Aunque en la zona se han encontrado diferentes restos arqueológicos de épocas prehistóricas, nuestro paseo de hoy únicamente nos ha hecho retrocer a los años en que los íberos indigetas habitaron lo que hoy en día se conoce como la Muntanya de Sant Julià de Ramis.
Las diferentes excavaciones han dejado al descubierto los restos del poblado ibérico que se levantó en la parte más elevada de la montaña, y cuyo trazado sigue paralelamente la cresta de la montaña, con unas calles y casas perfectamente adaptadas a las fuertes pendientes mediante terrazas.
Según parece, los habitantes de Kerunta mantuvieron relaciones comerciales con los griegos, y consiguieron convivir «amigablemente» con los romanos, hasta que éstos les invitaron a dejar el poblado y trasladarse a vivir hacia la nueva ciudad que acababan de fundar: Gerunda (Girona).
De ahí que, por un lado, el poblado acabase siendo destruido por el abandono, no por ningún enfrentamiento bélico. Por el otro, se considera «extra oficialmente» que los ancestros de los actuales gerundenses sean los antiguos habitantes de Sant Julià de Ramis.
Un Castellum romano en plena Via Augusta
Siguiendo el trazado del camino «original» del poblado, llegamos al lugar en donde los romanos construyeron uno de sus Castellums, dada la importancia estratégica de la montaña en donde los indigetas habían construido Kerunta.
Gracias a las excavaciones arqueológicas que está llevando a cabo la Universitat de Girona se ha recuperado el trazado original de la construcción, sobre la que los visigodos construirían una segunda fortificación, al asentarse en el lugar tras la caída de Roma.
Una de las explicaciones más fehacientes sobre el porqué de la necesidad de la construcción de un Castellum en dicho lugar es que por allí pasaba la Vía Augusta, y su situación privilegiada lo convertía en un imperdible para poder visualizar panorámicamente todos los caminos que por allí circulaban. Un privilegio que todavía hoy se puede apreciar.
En la actualidad se han reconstruido diferentes partes de la muralla que rodeaba la fortificación, usando técnicas propias de los romanos, como el opus spicatum o espina de pez, para conseguir una mayor similitud a los muros originales. Eso sí, dejando constancia visual de qué partes son originales, y cuáles son de nueva construcción…
Y llegamos a Carlomagno, pasando por los visigodos
Y como hemos comentado, con la caída del imperio romano de Occidente los visigodos llegan, conquistan y se establecen allí. Y dado que es un momento histórico de luchas continuadas e invasiones, los peligros que les acechan les llevan a reformar el antiguo Castellum romano y recuperarlo en su antigua función defensiva. Es entonces cuando empieza a florecer la historia de otra de las construcciones del lugar, justamente situada en el extremo opuesto del trazado de la antigua Kerunta y de nuestro recorrido: la iglesia primitiva de la Muntanya de Sant Julià de Ramis.
El conocido como conjunto medieval dels Sants Metges tiene sus orígenes en un templo anterior de época romana vinculado al Castellum, sobre el que se construiría una iglesia primitiva que en 1019 quedaría documentada como dedicada a Sant Julià, tal y como nos comentan durante la visita. Pero hasta el siglo XII no aparece como institución canóniga de hecho.
Lo que sí que podemos constatar en nuestra visita es que visualmente el templo tiene aspecto de iglesia románica, con tres naves y campanario rectangular, al que se puede acceder por una escalera exterior que te lleva hasta una terraza. Llama especialmente la atención el magnífico estado en que se conserva gracias a las diferentes intervenciones a las que se ha sometido el conjunto.
La tumba del emperador Carlomagno
En el interior del templo llama la atención un sencillo sepulcro en una de las naves laterales, sobre el que existen diferentes leyendas alrededor de quién son los restos que descansan en su interior. [El sepulcro estaba ubicado en el exterior, pero se consideró su traslado al interior para protegerlo del deterioro que estaba sufriendo].
Una de ellas, la más «alocada», indica que guarda los restos del Emperador Carlomagno, quien decidió ser enterrado en ese lugar dado lo impresionado que quedó al verlo por primera vez; aunque no queda constancia histórica de su presencia por ese lugar, además de ser una leyenda que nos lleva a pensar que su tumba de Aquisgrán está vacía… Pero es otra leyenda la que atribuye los restos a uno de los soldados carolingios que participaron en la liberación de Girona, de los sarracenos.
+ Info a «La conquesta de Girona per Carlemany» (en català).
La Costa Roja y su leyenda
Si una cosa nos ha acompañado durante todo el recorrido por Kerunta ha sido una buena selección de leyendas inspiradas en la historia del lugar, y que se han integrado perfectamente en la cultura popular de Sant Julià de Ramis.
La leyenda sobre la tumba de Carlomagno es una de ellas, pero la que nos ha llamado poderosamente la atención es la que se refiere al origen del color rojizo de una parte de la tierra que hay en la zona. Concretamente a la que hay en la Costa Roja.
La Costa Roja -que quizás pueda sonar a destino de vacaciones estivales- discurre paralela a un tramo de la carretera que une Sant Julià de Ramis con Medinyà, y rcibe ese nombre por el color rojizo de la tierra que lo forma. De hecho, es un lugar que verás antes de desviarte hacia la carretera que te lleva a la zona arqueológica de Kerunta.
El lugar no tiene un interés particular, pero la leyenda que guarda nos ha parecido de lo más interesante incluirla en este post. Y también porque según hemos podido leer, en 1862 pasó por allí Hans Christian Andersen, en su viaje hacia Barcelona.
Pues bien, la leyenda que explica el origen del color de esa tierra nos enlaza con la historia del Castellum y de sus últimos moradores, quienes por amor, celos y maldad consiguieron que brotara tal cantidad de sangre que la tierra quedase teñida de rojo por los siglos de los siglos, leyenda que puedes leer en detalle en el enlace que incluimos a continuación, y que esperamos que te guste.
+ Info: La llegenda del origen de la Costa Roja de Sant Julià de Ramis (en català y castellano).
El recorrido por Kerunta
El paseo por Kerunta se inicia junto a la iglesia dels Sants Metges, y transcurre de manera lineal por el camino que lleva hasta los restos del antiguo Castellum. A lo largo del recorrido irás encontrando diferentes paneles informativos que te indicaran los detalles más significativos, acompañados de dibujos de cómo era cada lugar.
Para los amantes de los cómics especialmente recomendable los plafones que explican la historia en viñetas de unos hechos que tuvieron lugar en el Castellum durante la revuelta que protagonizó Flavius Paulus, en tiempos del rey visigodo Vamba, y que lleva por título: «Sinde i la revolta de Paulus. Una història del segle VII al Castellum de Sant Julià de Ramis». Plafones situados en la parte más alta del recinto, junto al que recuerda a Francesc Riuró i LLapart, a quien se le atribuye el descubrimiento de los restos arqueológicos de Kerunta.
Por el momento, aquí acabamos nuestra primera visita a la zona. Pero esperamos regresar pronto para recorrer otros entornos que también forman parte de la Muntanya dels Sants Metges, y que nos han dicho que son totalmente imperdibles, especialmente si te gusta pasear tranquilamente rodeado de naturaleza.