Un año más llega Sant Jordi, la fiesta popular más importante de Barcelona y de toda Cataluña, y con ella recuperamos leyendas, dragones, princesas, rosas y corazones. Pero en esta ocasión, con un incentivo añadido: la SOLIDARIDAD en letras mayúsculas.
Como ya he explicado en otras ocasiones, Barcelona tiene el hito de ser la ciudad occidental con mayor número de dragones en sus edificios. Hay ejemplos grandes y otros más pequeños, pero es evidente que si buscamos el lugar que mejor lo representa es, sin lugar a dudas, nuestra particular “Casa del dragón”, en la que Gaudí dejó grabada –por dentro y por fuera- la popular leyenda que gira en torno a ese ser fantástico. Desde la azotea hasta el vestíbulo son múltiples los elementos que lo recuerdan: el lomo del dragón a través de las tejas en forma de escamas que cubren el tejado, el balcón de la princesa en forma de flor, las calaveras y huesos de las víctimas de la bestia que decoran balcones y tribuna principal, la barandilla de la escalera noble que recuerda a una gigantesca espina dorsal, o los arcos catenarios del desván, evocadores de una inmensa caja torácica.
Un jardín vertical y 2016 rosas solidarias
Pues bien, este próximo 23 de abril el dragón va a cobrar vida de nuevo y Casa Batlló –como ya debéis haber adivinado- nos invita a que nos acerquemos a presenciarlo, y para darnos la bienvenida van a cubrir su fachada con un millar de rosas, creando un espectacular jardín vertical. Una puesta en escena que pretende mezclar cercanía, tradición y creatividad, que además va a ir asociada a una acción solidaria, a la que todos nos podemos sumar.
En esta ocasión, a pie de calle no solo habrá turistas y curiosos fotografiando el espectáculo, sino que nos encontraremos con un impresionante despliegue de 2016 rosas que estarán a disposición del público asistente, y que se podrán adquirir a precio voluntario, con la finalidad de destinar los ingresos que se obtengan a Arrels Fundació, objetivo de la acción solidaria.
Asimismo, dado que durante la jornada también se celebrará el día del libro, también se presentará el libro “15 años en la calle” en el que Miguel Fuster, un artista barcelonés del cómic y la ilustración, explica su experiencia de más de una década viviendo como un sin techo, y de cómo ha podido recuperar su vida gracias a la ayuda de los trabajadores y voluntarios de la fundación.
Arrels Fundació y Housing First
Para saber en qué consiste la labor que realizan en Arrels Fundació hace falta retroceder unos veinte años atrás e irnos a Estados Unidos, donde nació el Housing First, un modelo de atención a personas sin hogar que tiene como punto de partida la vivienda digna y estable, además de ofrecer a cada persona el apoyo que necesita. Gracias a este tipo de programas sociales se ha podido certificar que si a una persona que duerme en la calle le ofreces la posibilidad de tener un techo, en poco tiempo empezará a mejorar. En Barcelona, cada noche duermen al raso una media de 900 personas sin hogar, y otras 1500 lo hacen en centros públicos y privados, por lo que la labor de Arrels continua siendo imprescindible.
Desde su creación en 1987, en Arrels se han atendido y ayudado a más de 9000 personas sin hogar. De ahí la importancia de llevar a cabo iniciativas como la de Casa Batlló, para que pueden seguir haciéndolo durante muchos más años.
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