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DRAGONES Y BARCELONA: UNA PAREJA EXÓTICA

Cuando me propuse comenzar a investigar sobre el porqué de tal cantidad de imágenes de dragones en Barcelona, nunca me imaginé que los resultados obtenidos me darían para tanto.

He encontrado infinidad de información al respecto, que espero poder resumiros sin dejarme nada en el tintero.

Tejado de la Casa Batlló

En primer lugar consulté dos publicaciones sobre este tema para que me ayudasen a concretar los lugares más destacados que fuesen interesantes visitar o las imágenes más sorprendentes. El libro de Marta Molas“No desperteu el drac” (No despertéis al dragón), nos ofrece una lista de treinta lugares, pero es en el libro de Josep Martínez “Drakcelona. Barcelona ciutat de dracs” (Barcelona ciudad de dragones) donde se nos localizan hasta medio millar.

Como anécdota, os diré que una de mis mayores sorpresas me la he llevado leyendo una entrada que el Ayuntamiento de Barcelona publicó en su blog, titulada “la Barcelona dels dracs” (la Barcelona de los dragones) donde, para ilustrarla, utilizan una fotografía de @Gothalo, uno de mis blogueros conocidos. ¡Genial!

Pero antes de listar algunos de esos lugares, voy a centrarme en analizar el motivo de la relación de Barcelona con ese mitológico animal o animal mitológico.

Dragones
Dragón en la Casa del Paraigüa (La Rambla)

El dragón como animal mitológico

La palabra dragón procede de la palabra latina draco, que procede de la palabra griega drakon que significa “serpiente”, y que a su vez proviene de la voz griega dérkomai, que significa “ver claramente” o “mirar fijamente”. Por ello, los entendidos dicen que dragón significa “la serpiente que mira fijamente”.

Para los que estén interesados en saber más, en este artículo se os explica claramente la etimología de la palabra.

El dragón es un animal mitológico que aparece en varias culturas, representado con diversas formas y asociado a diferentes simbolismos. La mitología popular nos habla de dos tipos de dragones.

Por un lado, los dragones europeos, que son en su mayoría malévolos y cuya avaricia y codicia les lleva a destruir para conseguir grandes riquezas.

Por el otro, los dragones orientales (dragones chinos –long-, los japoneses –ryū– y los coreanos –yong-), que son vistos como seres benévolos que encarnan la sabiduría y el conocimiento.

También se les atribuye un doble papel: el de guardián (habitualmente de un tesoro) y el de monstruo devorador que debe ser vencido (lo que nos lleva irremediablemente a buscar un héroe o dios que, a modo de prueba, luche frente al monstruo).

Dragones
Sant Jordi matando el dragón, junto a la puerta de entrada de la Casa Amatller

El dragón en la Edad Media

Con la llegada del poder de la Iglesia durante la Edad Media, los dragones empezaron a relacionarse con la simbología del pecado, por ese motivo suelen representarse a los pies de un santo en representación del triunfo de la fe y de la cristiandad sobre el mal.

Hay dos ejemplos muy característicos. El de Sant Jordi, imagen que podemos ver repetidamente en muchos espacios de Barcelona, y que las de origen medieval, principalmente, se encuentran en lugares religiosos. Y el de Sant Miquel, como la imagen que hay el patio interior de la Casa de la Caritat.

Dragones
San Miguel y el dragón en la Casa de la Caritat

El dragón en la tradición popular catalana

Dentro del bestiari festiu tradicional catalán, el dragón también es un elemento que no nos suele sorprender verlo participar en correfocs o pasacalles.

La llegada del Corpus (origen de todos los desfiles festivos populares) creó la necesidad de cristianizar las tradiciones paganas, por lo que al dragón le concedieron un lugar destacado al lado de Santa Margarita. Una santa a quien, según la leyenda, el diablo intentó devorar escondido tras la apariencia de un dragón, pero que finalmente consiguió escapar gracias al crucifijo que llevaba entre las manos.

También de la época medieval procede la presencia de un dragón alado en la cimera del escudo del rey de la corona catalano-aragonesa Pere III el Cerimoniós a modo de emblema personal, y que se conoce con el nombre de cimera reial (cimera real), cimera del drac pennat o drac alat (cimera del dragón alado).

En heráldica, la cimera se coloca en la parte superior (timbre) de un escudo de armas como distintivo personal. En la actualidad, el escudo de la Comunidad Valencia sigue conservando este distintivo.

El dragón en el Modernismo

Pero la explosión de la presencia de dragones en cornisas, balcones, dinteles, lámparas, picaportes llegó con el Modernismo, especialmente destacable en el barrio del Eixample, donde mayor número de edificios modernistas hay en la ciudad de Barcelona.

La imagen de los dragones se mueve entre lo gótico y lo exótico, lo que explica perfectamente su presencia tanto por la deriva neogótica de este movimiento artístico, como por el interés de la burguesía de la época por lo exótico.

Por supuesto, tal y como hacemos siempre que tocamos el tema del modernismo, no nos queda más remedio que hacer una mención especial a los dragones que nos legó Antoni Gaudí, especialmente a dos de ellos.

El primero es el de la puerta de la Finca Güell (Ladón). Y el segundo, el de “trencadís” del Park Güell (Pitón), convertido con los años en una de las imágenes de Barcelona más conocidas alrededor del mundo. Aunque más que a un dragón, se parece más a una salamandra.

Dragones
Ladón en los Pabellones Güell
Dragones
Pitón en el Park Güell

Barcelona, ciudad de dragones

Barcelona tiene el hito de ser la ciudad occidental con mayor número de dragones.

Como hemos comentado destaca el Eixample, seguido por Ciutat Vella, pero lo más interesante es que en cualquier lugar de la ciudad se nos puede aparecer un dragón de manera imprevista.

Podemos verlos a simple vista, o encontrarlos camuflados en ornamentos de puertas o balcones. Pueden ser tan grandes como el que hay en el Parque de la Espanya Industrial o el tejado de la casa Batlló, o tan pequeños como los del Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat. Los encontramos solos o acompañados (por Sant Jordi o Sant Miquel), en posición rampante o trepadora, construidos en forja, en piedra o en azulejo, pero casi siempre feroces, temibles y amenazantes.

Sant Jordi en la fachada gótica del Palau de la Generalitat
Sant Jordi en la fachada neoclásica del Palau de la Generalitat

Aquí os dejo la selección que he hecho de los que me han parecido más interesantes, sin seguir ningún orden determinado. Algunos muy conocidos y otros no tanto; unos solos y otros acompañados.

  • Los dos dragones más famosos de Antoni Gaudi: Ladón y Pitón en la finca Güell y en el Park Güell, respectivamente.
  • El caño de agua de la Fuente de Hércules en los jardines del Palacio Real de Pedralbes.
  • Las cuatro dragonas (de las pocas representaciones femeninas que hay en la ciudad) en la fachada de la Foix de Sarrià de la plaça de Sarrià.
  • La imagen de Sant Jordi y el dragón en la fachada del Palau Baró de Quadras que da a la Diagonal.
  • Los 556 dragones en las barandas de los balcones del Hotel Condes de Barcelona.
  • El tejado de azulejos representando el lomo de un dragón recubierto de escamas en la casa Batlló.
  • La imagen de Sant Jordi luchando contra el dragón en la puerta de acceso a la Casa Amatller.
  • Los dragones de las arcadas de la casa Lleó i Morera.
  • El dragón enroscado en el pináculo que corona el lateral del edificio de Passeig de Gràcia, 26.
  • Los de la tribuna que hay en la esquina del edificio Bosch Alsina en la plaça Catalunya.
  • Las dos representaciones de Sant Jordi luchando con el dragón en la fachada neoclásica (plaça de Sant Jaume) y la fachada gótica (carrer del Bisbe) del Palau de la Generalitat (la representació más antigua de Sant Jordi en toda la confederación catalano-aragonesa).
  • El escudo de armas que hay sobre la puerta de la fachada gótica del Ajuntament.
  • El dragón chino de la casa de los Paraigües, de Josep Vilaseca, en el Pla de la Boqueria; el más exótico de todos.
  • Los ocho dragones en la base del monumento a Colón.
  • El Carro de la Aurora del Parque de la Ciutadella y el Castell dels Tres Dracs.
  • El dragón del mosaico que hay en la fachada de la Casa Ramona.

Pero no finalizaré sin dejar de mencionar el templo expiatorio de la Sagrada Familia, el teatre del Liceu, la fachada y el claustro de la Catedral, la casa dels Canonges, el carrer Paradís, la iglesia de Santa Maria del Mar, el Passeig Lluis Companys y las representaciones que encontramos en los edificios de Rambla de Catalunya 8, Gran Via 601 y 603, Passeig de Gracia 27, Valencia 2, Mallorca 235, Provença 185, Diagonal 411; así como en el del colegio de abogados y en el dels Quatre Gats, y tres famosas esculturas de Sant Jordi en las que sus autores decidieron prescindir de la figura del dragón:

El Sant Jordi de Subirachs que hay de cara a la nave principal del templo expiatorio de la Sagrada Familia;

El Sant Jordi que hay en la entrada de la sede de la Diputació de Barcelona, encargo de Joan Antoni Samaranch en su época de presidente de la Diputación, que se caracteriza por el gran parecido físico que tiene con Pablo Picasso;

Y el Sant Jordi a caballo, de Josep Llimona, que hay en la montaña de Montjuic.

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