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DE LA BARCINO PAGANA A LA BARCELONA CRISTIANA. BASILICA DELS SANTS JUST I PASTOR

Basílica dels Sants Màrtis Just i Pastor | Para llegar a nuestro nuevo destino, la Basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor, pasaremos nuevamente por el decumanus maximus de Barcino -actual carrer del Bisbe- y por debajo del puente neogótico que une el Palau de la Generalitat con el Palau dels Canonges.

Por cierto, dicen que no hay que mirar hacia arriba cuando estás debajo. Nada más alejado de la realidad. Os lo recomiendo; si no, no podréis ver los cuatro elementos que simbolizan el poder real, la iglesia, la administración y la justicia. Os propongo que adivinéis cuál corresponde a cada cual.

Relieves interiores del falso puente gótico de la calle del Bisbe

Cruzamos la plaça de Sant Jaume y continuamos por la calle Ciutat. A nuestra derecha dejamos la fachada gótica original del Ayuntamiento y seguimos por la calle de Hércules, por la que llegaremos a la plaça de Sant Just. Frente a nosotros se alza una imponente iglesia, muy poco conocida por los propios barceloneses, y además repleta de leyendas y misterios que vamos a ir desvelando.

Antes de eso, en la plaza hay algunas curiosidades a comentar. Una de ella es la Font de Fiveller, que fue la primera fuente pública de la ciudad. Joan Fiveller fue un prohombre de la ciudad, cuya estatua podemos ver a la derecha de la puerta principal del Ayuntamiento y que, según la leyenda, encontró la fuente en Collserola y la trajo a la ciudad.

Otro lugar que nos puede llamar la atención es la fachada esgrafiada de un edificio situado frente a la iglesia. Es el Palau Moxó, de estilo barroco pero reconstruido sobre un palacio gótico anterior. Aparte de la riqueza de la decoración en su interior –totalmente recomendable visitarlo-, hay que destacar que es el único edificio del siglo XVIII de Barcelona que todavía conserva el mobiliario y la decoración original. Actualmente puede visitarse bajo reserva y se puede contratar como sala de eventos para celebrar actos privados o de empresa.

De la plaza parte la estrecha calle del Bisbe Caçador donde está el Palau de la comtesa de Palamós o Palau Requesens, que se caracteriza por estar construido sobre la muralla romana. Desde 1917 es la sede permanente de la Reial Academia de les Bones Lletres, donde está la colección de pinturas “Galeria de Catalanes Ilustres”, propiedad del Ayuntamiento.

La font d’en Fiveller, la primera fuente pública de agua potable de Barcelona

Haciendo esquina con esta calle, está la calle Lledó. Explica la leyenda que en el número 6, hace más de cien años, vivió una viuda de vida alegre y desenfrenada, a la que cuatro diablos convirtieron en mula ante su negativa a corregir el rumbo de su vida, a pesar de las advertencias que le había hecho el mismo párroco de la iglesia ante una serie de revelaciones sobrenaturales que tuvo.

La Basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor

Pero centrémonos en el lugar que veníamos a visitar: la basilica dels Sants Màrtirs Just i Pastor. La tercera catedral de nuestro recorrido, cuya historia nos lleva de la Barcino pagana a la Barcelona cristiana.

Con relación a la arquitectura, se caracteriza por tener una fachada muy simple y una única torre a la derecha de ésta, si la observamos de frente. La estructura es típica del gótico catalán, con una única nave y capillas laterales entre los contrafuertes y, a diferencia del magnífico rosetón de la de Santa Maria del Pi, ésta tiene únicamente un ventanal sobre la puerta principal que todavía le da un aspecto más austero.

Tal y como hemos leído en la prensa estas pasadas semanas, debido a unas obras en la pavimentación del suelo de la basílica, los arqueólogos han encontrado diferentes restos del siglo I (época de la fundación de Barcino), otros tantos del siglo IV (cuando la ciudad ya se había convertido al cristianismo) y un osario del año 1714 (final de la Guerra de Sucesión). Estos descubrimientos dejan al descubierto la larga historia de esta iglesia, construida sobre un templo romano pagano y que ha estado dedicada ininterrumpidamente al culto de la religión cristiana desde el siglo IV. Por ello, está considerada la más antigua de la ciudad, y no se descarta que durante el periodo de dominio musulmán (del 718 al 801) fuese usada en mezquita.

Pinceladas de su historia

Volviendo a sus orígenes, dice la tradición que anteriormente a la construcción de la primera iglesia cristiana había habido un templo dedicado a Mitra, un dios romano muy popular entre los legionarios, que obligaba a la honestidad y al coraje. Su culto se organizaba en sociedades secretas exclusivamente masculinas, con carácter esotérico e iniciático, e incluía los sacrificios humanos. Frente al templo había un pozo muy profundo, llamado de los sacrificios, a donde se arrojaba a los mártires cristianos. Con la finalidad de recuperar los cadáveres para enterrarlos cristianamente, los familiares de los fallecidos empezaron a excavar túneles desde las cloacas, que a modo de catacumbas acabaron convirtiéndose en un lugar secreto de encuentro para los cristianos, y que tras las diferentes reformas del templo han ido saliendo a la luz y han ayudado a corroborar algunas de esas historias.

Con la conversión oficial al cristianismo, en el siglo IV se decidió construir una iglesia y un cementerio frente a ella. Siguiendo la costumbre cristiana de venerar las reliquias de un santo, el mismo Papa sugirió que exprimiendo la tierra de la propia plaza se obtendría “sangre de mártir” para venerar.

Tras la liberación de la ciudad de manos musulmanas en el siglo X, Luis I el Piadoso (hijo del emperador Carlomagno) impulsó la reconstrucción del templo y su dedicación a los santos mártires Justo y Pastor, nombres que según parece se pueden corresponder a la cristianización del de los héroes griegos Cástor y Pólux (llamados «Géminis» o «Castores» en la mitología latina) que participaron en la expedición de Jasón y los argonautas para buscar el vellocino de oro, leyenda de la que ya hemos hablado durante nuestra visita a la catedral. Esta suposición se explica a que Justo y Pastor fueron dos niños hispanorromanos de Tielmes (Madrid) que fueron martirizados en Alcalà de Henares, muy lejos de Barcelona. En el techo de la iglesia hay trece escudos, que si los unimos de manera imaginaria representan la constelación de Géminis, otra teoría que nos daría indicios del origen pagado del templo. De esa época se conserva la lauda sepulcral de Witiza, que se conserva en el MUHBA y se cree que podría pertenceer al rey Witiza o a un noble con el mismo nombre, aunque la única certeza es que es de época visigótica.

La construcción de la iglesia gótica (estilo que ha conservado hasta nuestros días) se empezó a mediados del siglo XIV y se alargó hasta el siglo XVI, con la finalización de la fachada y del campanario. Evidentemente, al igual que otras iglesias como es el caso de la propia Catedral, durante la última parte del siglo XIX y principios del XX ha sufrido diferentes reformas y reconstrucciones. Desde 1948 goza del rango de Basílica menor.

La Mare de Déu de Montserrat

En el interior podemos ver diferentes esculturas y retablos, entre los que destaca el de la Santa Creu en la capilla de Sant Felix. Pero lo que nos llama más la atención es la imagen de la Mare de Déu de Montserrat situada en la parte superior del altar mayor… Sí, sí “la Moreneta”, la misma que estamos habituados a visitar en la Basílica de Montserrat a 60 km de Barcelona.

La tradición dice que éste fue el lugar original de culto a esta virgen desde que Sant Pacià, obispo de Barcelona, colocó la imagen que San Pablo trajo a Tarragona y que había recibido previamente de manos de San Pedro. Su llegada a Montserrat fue posterior, como explicaremos al finalizar la visita.

Talla de la Mare de Deu de Montserrat. ¡Dicen que ésta es la verdadera!

El templo y la nobleza medieval

La relación de la iglesia con la nobleza medieval también es digna de mención. La cantidad de escudos que hay, tanto en los muros como en las capillas, dejan clara muestra de ello. Cabe destacar especialmente a la familia Requesens, que obtuvo el permiso de los consejeros de la ciudad para poder ser enterrada en la iglesia a cambio de financiar la decoración de una de sus capillas. Y, evidentemente, no podemos dejar de mencionar el inmenso escudo de los condes de Barcelona que hay apoyado en la pared de la parte baja del campanario.

También tenemos que comentar que las pilas de agua bendita de la entrada son unos capiteles procedentes de la iglesia visigótica, y que cada una tiene una inscripción. En una podemos ver el anagrama de Barcino en griego “BARK”, y en la otra la palabra “NIKA”, que quiere decir Victoria.

Parte interior de la puerta principal, franqueada por las pilas de agua bendita

Como última curiosidad, mencionar que esta iglesia fue utilizada como plató cinematográfico en la película El Perfume… ¿Recordáis el asesinato de una monja en la catedral de Grasse?

Y ahora, tras finalizar este paseo por la basílica y por su historia, acabaremos la visita con un viaje de ida y vuelta a Montserrat, recordando los tres privilegios del altar de San Félix, y la tradición de la “carassa” de moro. Todo eso antes de llegar al último destino de la ruta…

Galería fotográfica

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